Para el final de la semana pasada, después de conocerse quien sería el Presidente electo de Los Estados Unidos, el índice S&P 500 cruzó la barrera de los 6,000 puntos con un máximo de 6,012.45 puntos, aunque cerró la semana en 5,995.54
Destaca que el martes 5 al cierre el nivel fue de 5,783.07 pero para el miércoles 6 abrió con 5,898.62 puntos. Un incremento impresionante.
Recordemos que los precios de las acciones -y por consiguiente de los índices- reflejan las expectativas actualizadas de los inversionistas que reaccionan a nueva información: el saber quién será el nuevo Presidente de la economía más próspera del planeta.
Quizá más importante es otro dato que ha pasado desapercibido: de acuerdo con Bloomberg se presentó un flujo -influjo – de cerca de USD$ 20,000 millones de dólares que entraron a los mercados accionarios el miércoles que se supo la noticia.
Graficando el comportamiento del precio de una acción o de un índice vemos las “subidas” y “bajadas”, así como la tendencia en el mediano o inclusive el largo plazo, si es que hubiera.
Al análisis de dichas gráficas se le conoce como análisis técnico (aunque no se limita exclusivamente al comportamiento del precio de la acción porque se complementa con otros indicadores). En esencia al análisis técnico no le preocupa el porqué del comportamiento del precio de una acción. Se centra en el dónde estará en un siguiente momento en el tiempo, sin importar el porqué.
Sin entrar a las diversas formaciones que se presentan y el cómo se analizan y que indican, normalmente en la parte de abajo de las gráficas se presenta el volumen operado. En otras palabras, puede que el precio de una acción de un día para otro se haya disparado -incrementándose o decrementándose- pero si solo fuera el reflejo del precio operado de una acción o unas cuantas acciones, no sería representativo. Hay un dicho que aplica muy bien: una golondrina no hace verano.
Sin embargo, el monto tan importante que se presentó en el volumen del flujo de dinero es un impresionante verano: ciertamente el incremento que derivó en un récord más del S&P 500 pero también un posible récord -habría que verificarlo históricamente- en flujos positivos hacia los mercados accionarios confirmando que dicho incremento es “valido”. Otro dicho, ahora americano: put your money where your mouth is, y vaya que lo hicieron. Aún más, para poner ese monto en perspectiva, representa casi un 10% de las reservas de Banco de México. En un día.
Sin tener el detalle a fondo ese monto tan impresionante se invirtió en alguno de los múltiples fondos administrados, en los que alguna persona -más bien un equipo-, deciden que acciones comprar y vender, o bien en fondos indizados.
Es un mundo por sí mismo la administración de fondos de inversión, hay toda una teoría al respecto y es la teoría de portafolios de inversión. Esta teoría nos dice que no importa solamente el rendimiento o el riesgo de una acción determinada, sino también como interactúa con el resto de los valores de un portafolio.
Otro camino es invertir en fondos indizados que pueden ser los famosos trackers que, como su nombre lo implica, hacen el seguimiento de un índice lo más preciso posible o bien fondos indizados que también buscan seguir a algún índice pero que requieren de liquidez para hacer frente a retiros de los inversionistas.
Le recomiendo leer A Random Walk in Wall Street de Burton Malkiel. Se lo va a agradecer Ud. mismo en el momento de su retiro.