En la vertiginosa evolución del ecosistema fintec, la seguridad siempre ha sido un pilar fundamental, la confianza del usuario depende de la capacidad de estas plataformas para resguardar datos financieros, proteger transacciones y evitar fraudes; sin embargo, un desafío sin precedentes se avecina: la amenaza de la computación cuántica a los sistemas de cifrado tradicionales.
Los avances en computación cuántica han puesto en jaque los métodos criptográficos actuales, algoritmos como RSA y ECC, que hoy protegen millones de transacciones en línea, podrían volverse obsoletos en cuestión de años, la razón es simple las computadoras cuánticas tienen el potencial de resolver problemas matemáticos complejos en una fracción del tiempo que tomaría a una máquina convencional, esto implica que claves de cifrado consideradas seguras en la actualidad podrían ser vulneradas en minutos.
Según un informe de IBM, una computadora cuántica con 4 mil qubits podría romper RSA-2048 en solo unas pocas horas, en comparación, los superordenadores actuales tardarían miles de años en realizar la misma tarea. Además, un estudio de Google en 2019 demostró la “supremacía cuántica” al resolver en 200 segundos un problema que a la mejor supercomputadora le tomaría aproximadamente 10 mil años.
Las fintec, al depender de la encriptación para proteger la identidad digital, la validación de transacciones y el almacenamiento de datos, se encuentran en una carrera contrarreloj para adaptarse antes de que esta revolución tecnológica deje expuestos sus sistemas.
Ante este escenario, los expertos han comenzado a desarrollar soluciones basadas en la criptografía post-cuántica, un conjunto de algoritmos diseñados para resistir ataques de computadoras cuánticas, organismos como el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EU (NIST) ya están en proceso de estandarizar nuevos protocolos de seguridad que puedan blindar los sistemas financieros del futuro.
En 2022, el NIST anunció cuatro algoritmos candidatos finales para la criptografía post-cuántica: CRYSTALS-Kyber, CRYSTALS-Dilithium, FALCON y SPHINCS+, estos algoritmos están siendo evaluados para convertirse en los estándares de seguridad en la próxima década.
Además, surge la posibilidad de implementar la distribución de claves cuánticas (QKD, por sus siglas en inglés), un método que utiliza principios de la mecánica cuántica para garantizar comunicaciones imposibles de interceptar sin ser detectadas. Empresas como ID Quantique y Toshiba ya han implementado redes QKD en países como Suiza, China y Japón.
Si bien, algunas startups fintech han comenzado a explorar estas tecnologías, la adopción masiva aún es incipiente. Implementar seguridad cuántica no solo implica cambiar algoritmos, sino también repensar la infraestructura de TI, entrenar talento especializado y garantizar compatibilidad con el ecosistema financiero global.
Las grandes instituciones bancarias ya están invirtiendo en pruebas piloto con seguridad cuántica. JPMorgan Chase, en colaboración con Toshiba, probó con éxit una red de comunicación cuántica en 2022. Sin embargo, el reto para las fintech es aún mayor su agilidad para adaptarse a nuevas tecnologías podría jugar a su favor, pero también enfrentan limitaciones presupuestarias y regulatorias que podrían retrasar la transición.
El cambio no es una cuestión de si sucederá, sino de cuándo las fintech deben comenzar a evaluar estrategias de migración hacia la criptografía post-cuántica, colaborar con investigadores y participar en iniciativas globales de seguridad cuántica, la resiliencia digital será clave para seguir ofreciendo servicios financieros confiables en una era donde la computación cuántica redefine las reglas del juego.
El futuro de la seguridad en fintec ya está escrito en la física cuántica. La pregunta es: ¿estamos listos para enfrentarlo?
La computación cuántica representa una disrupción sin precedentes en el mundo digital a medida que esta tecnología avance, es fundamental que las fintech inviertan en investigación y desarrollo para adelantarse a posibles amenazas, la colaboración con organismos reguladores y expertos en seguridad cuántica será clave para garantizar una transición segura y eficiente.
Según un informe de la Agencia de Seguridad Nacional de EU (NSA), se estima que para 2030 muchas de las infraestructuras críticas deberán haber implementado criptografía resistente a la computación cuántica, esto implica un esfuerzo conjunto entre gobiernos, empresas y universidades para liderar esta transformación y construir un ecosistema más sólido, resiliente y preparado para los desafíos del mañana.