De los temas en las mesas más relevantes en la transferencia de funciones del INAI a la Secretaría de Buen Gobierno y Anticorrupción, y que ha acaparado la atención de sociedad, academia y medios de comunicación, es la continuidad de la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT).
¿Por qué? Porque es la herramienta tecnológica construida por mexicanas y mexicanos que participan en su operación, desde las unidades de transparencia que capturan cada tres meses información pública para que esté ahí, (en algunos casos como Jalisco cada mes), las direcciones de tecnologías de los institutos locales en sus mejoras y verificaciones, y un ejército de servidores públicos de la Dirección de Tecnologías del INAI que se encarga de su mantenimiento, operación y seguridad 24 por 7.
Con ello se mantienen seguros 15 mil 478 millones 060 mil 365 registros de obligaciones de transparencia; 10 millones 296 mil 609 solicitudes de información y 428 mil 307 recursos de revisión ingresados, que es la historia reciente de México en acceso a la información y datos personales, pero sobre todo de rendición de cuentas.
La permanencia de la PNT se traduce en que tú y yo podamos seguir ejerciendo los derechos constitucionales de conocer lo público y tener los documentos de lo que deseemos, así como el ejercicio de los derechos ARCOP (Acceder, Rectificar, Cancelar, Oponerte y Portar tus datos personales) más allá de la extinción del INAI, estos derechos continúan, y la plataforma, como referente mundial, es donde se seguirán haciendo efectivos.
Una de las mesas de trabajo con la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno es precisamente el destino de la plataforma, para que toda la sociedad tenga certeza de que su infraestructura, pero sobre todo su información prevalecerá, eso nos dio confianza y más escucharlo por voz de la misma secretaria Raquel Buenrostro.
Estamos trabajando con un equipo muy profesional que tiene a su cargo la maestra Buenrostro en materia de Tecnologías (que viene con ella desde el SAT), por lo que seguiremos aportando todo lo necesario para que siga el camino de la PNT. Por cierto, es excelente trabajar con gente capaz, porque también te enfrentas con gente en el servicio público que desconocen los temas, pero aun así son muy insistentes y ni con peras y manzanas comprenden; por eso celebro el equipo con el que nos tocó trabajar.
Una de las primeras determinaciones fue que, en el momento de la entrega de la base de datos, se hará con validación criptográfica, es decir, una huella digital para que no exista ningún cambio o alteración. También hemos visto la intención de que la seguridad perimetral que tenemos hasta abril, por tema presupuestal, continúe, lo cual garantizaría que nadie pueda hackearla (algo que nunca han logrado).
En las dos mesas de trabajo que hemos realizado, ha quedado claro que el camino debe apuntar a dar certidumbre a la sociedad de que la transferencia de funciones y responsabilidades no debe afectar a la sociedad.
En la última reunión se resaltó que el Sistema de Obligaciones de Transparencia es un rubro muy complejo, pues en él intervienen servidores públicos de todo el país, lo que implica un mayor reto de configuración, operación y seguridad.
Todo el intercambio de información fue de forma descriptiva, pues ambas partes sabemos que hasta que no existan leyes secundarias no puede entregarse información que comprometa la seguridad de la Plataforma Nacional de Transparencia.
En el INAI y como responsable de la PNT, la mantenemos con los más altos estándares de seguridad y fiabilidad. Como servidores públicos profesionales, lo seguiremos haciendo hasta el último día, porque nuestro compromiso siempre es y ha sido con México. Al día siguiente del último día, seguiré velando por la continuidad de la PNT, usándola y promocionándola como cualquier ciudadana, es un deber de todas y todos.