El lunes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la imposición de aranceles de 25 por ciento sobre todas las importaciones de acero y aluminio, incluidas las provenientes de Canadá y México, sus dos principales proveedores de esos metales.
Aunque la medida entrará en vigor el 12 de marzo, “es el 25 por ciento, sin exenciones, sin excepciones”, dijo Trump después de firmar las órdenes ejecutivas en la Oficina Oval, por lo que aplicará “a todos los países, sin importar de dónde venga” el metal.
Sin embargo, el republicano dejó ver que podría considerar una exención para Australia, país con el que EU tiene un superávit comercial y al que le exporta “muchos aviones”.
La nueva medida proteccionista de Trump se agrega a los aranceles de 10 por ciento sobre las importaciones provenientes de China, así como a los de 25 por ciento sobre todas las exportaciones mexicanas y canadienses hacia EU, que están en pausa ‘condicionada’ hasta el 4 de marzo.
Ante la nueva amenaza, una duda entre especialistas consultados por este reportero es si para México y Canadá, sus dos socios en el T-MEC, esta acción unilateral de EU en acero y aluminio es adicional al 25 por ciento que ya está ‘cantado’ para el 4 de marzo.
Lo de China, a su vez, derivó en que el país asiático anunciara represalias que incluyen gravámenes a algunos productos de EU, que entraron en vigor este lunes, pero también medidas sobre empresas estadounidenses con operaciones en el mercado chino.
Es la guerra comercial de Trump en sólo 23 días que lleva despachando en la Casa Blanca de su segunda presidencia.
Además, persiste la posibilidad de que el republicano imponga aranceles a las importaciones automotrices provenientes de México, según lo que dijo el fin de semana en una entrevista con Fox News:
“En México están construyendo plantas de automóviles por todas partes para fabricar automóviles y venderlos en EU. Yo digo: ‘de ninguna manera van a hacer eso’. Vamos a imponer grandes aranceles a esos automóviles”.
La industria automotriz mexicana cerró el 2024 con récord histórico tanto en producción como en exportación de vehículos ligeros.
En términos de producción, se alcanzaron 3 millones 989 mil unidades fabricadas. Por su parte, las exportaciones también marcaron un máximo histórico, con 3 millones 479 mil unidades enviadas al extranjero.
EU fue el principal destino de las exportaciones de vehículos ligeros, con 2 millones 771 mil unidades, que representaron 79.7 por ciento del total.
La posibilidad de que la administración Trump imponga aranceles a los envíos automotrices provenientes de nuestro país, intensificará las tensiones bilaterales entre México y EU.
Cuando Trump anunció la imposición unilateral de tarifas de 25 por ciento a las mercancías provenientes de nuestro país, la industria automotriz establecida en México dejó claro que “los aranceles debilitan a toda América del Norte”, además de que “van en contra del espíritu de integración” comercial entre los tres países socios en el T-MEC.
Los aranceles al acero y aluminio son injustificados, primero porque fueron impuestos por EU bajo la Sección 232 de su ley comercial, que invoca cuestiones de seguridad nacional para imponer restricciones a las importaciones.
El argumento es que la importación de esos metales se ha incrementado de tal manera que representa un riesgo para la seguridad nacional de EU.
Sin embargo, la orden de Trump no hace diferencia de sus socios comerciales ni considera que EU tiene un alto superávit comercial en productos siderúrgicos con México.
A todas luces, es una decisión unilateral que viola varias disposiciones del T-MEC, empezando por el beneficio arancelario, además de que el criterio de “amenaza a la seguridad nacional” no se sustenta en el tratado en los términos de las excepciones en materia de seguridad esencial.
La medida carece no sólo de fundamento comercial en el T-MEC, sino de toda lógica económica, pues inevitablemente los aranceles se van a reflejar en un alza en los precios de los bienes producidos en EU con acero y aluminio importados, con su consecuente efecto inflacionario.
México debe estar preparado para tomar contramedidas, en cualquier caso y momento, con una finalidad disuasoria, sin entrar en una guerra comercial, pero dejando claro que tiene derechos y está dispuesto a defenderlos.