La imposición de aranceles al acero y al aluminio por parte de Estados Unidos ha puesto en marcha la renegociación del TMEC en forma adelantada, la decisión de imponer un impuesto a las importaciones que hace Estados Unidos de Canadá y México es una manera de adelantar este proceso. El presidente Trump argumentó que sus aranceles al acero eran “los primeros de muchos” por venir. Dijo que su equipo se reuniría durante las próximas cuatro semanas para discutir los aranceles sobre automóviles, productos farmacéuticos, chips y otros productos. Los tiempos de Trump no son los marcados dentro de los acuerdos comerciales, el ha mostrado que su estrategia comercial inició desde el 20 de enero, y que en las próximas semanas habrá nuevas medidas para establecer nuevas reglas del juego.
La respuesta del empresariado estadounidense ha sido de respaldo, los fabricantes de acero estadounidenses acogieron con satisfacción los aranceles. En una declaración del domingo pasado, Kevin Dempsey, presidente del Instituto Estadounidense del Hierro y el Acero, dijo que el grupo saludaba el “compromiso continuo de Trump con una fuerte industria siderúrgica estadounidense, que es esencial para la seguridad nacional y la prosperidad económica de Estados Unidos”.
Pero la respuesta positiva de este grupo de empresarios contrastó con las declaraciones de Robert Budway presidente del Instituto de Can Manufacaturers, que representa a empresas que fabrican latas para frutas y verduras, señaló que hay consecuencias no deseadas para la seguridad alimentaria de Estados Unidos cuando se impone un arancel a la hojalata de acero. Voces disidentes surgen también del sindicato de United Steelworkers, que tiene miembros en Canadá, dijo que acogía con agrado el esfuerzo de Trump para ayudar a la industria, pero que “Canadá no es el problema”.
Las nuevas medidas afectarán principalmente a socios comerciales de Estados Unidos. El mayor proveedor de acero a Estados Unidos en 2024 fue Canadá, seguido de Brasil, México, Corea del Sur y Vietnam, según el Instituto Americano del Hierro y el Acero. Canadá también es un importante proveedor de aluminio para Estados Unidos, seguido de lejos por los Emiratos Árabes Unidos, Rusia y China.
En México la Secretaría de Economía mostró el día de ayer en la conferencia de la presidenta Sheinbaum la intensidad de la interacción comercial de la industria automotriz para lograr un auto terminado. Mostrando que en realidad lo que ha logrado México es configurar el auto de Norteamérica, logrando integrar a tres aparatos productivos en lo que pudiéramos denominar la fábrica de América del Norte. Esta visión es la que debería prevalecer en la renegociación del tratado, sin embargo la posición del nuevo gobierno estadounidense será presionar lo más que se pueda a sus socios comerciales para elevar su contenido estadounidense y reducir el contenido aportado por Canadá y México.
En México este debate ha agrupado al sector empresarial con el nuevo gobierno y ha mostrado una visión de apoyo, sin embargo, las visiones sobre como renegociar el nuevo acuerdo parece tener visiones diferentes de como realizar este proceso. El lunes pasado en una conferencia de prensa Carlos Slim Helú mencionó que la economía mexicana puede crecer más si se eleva la inversión, se aterriza la sustitución de importaciones y se consolida el intercambio comercial con Estados Unidos.
Es decir, en este proceso de renegociación se requiere de una estrategia compleja, ya que se requiere contar con una estrategia nacional definida, ya que aterrizar la sustitución de importaciones dentro de la negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos es un reto estratégico que requiere equilibrio entre fortalecer la producción nacional y cumplir con los compromisos internacionales. Sería momento de que estuviéramos identificando sectores estratégicos, deberíamos focalizarnos en industrias donde exista potencial competitivo, como manufactura avanzada, agroindustria o tecnología, apoyándonos en sectores donde Estados Unidos ya ofrece incentivos para nearshoring o reshoring. Asimismo, requeriríamos negociar reglas de origen que favorezcan la integración de insumos nacionales sin perder acceso preferencial al mercado estadounidense.
Es un momento crucial en donde se requiere sumar a todas las fuerzas productivas que puedan contribuir a un rediseño del tratado, en la perspectiva de poder poner en marcha una renegociación que fortalezca el aparato productivo, en este sentido la propuesta de aterrizar la sustitución de importaciones en medio de la renegociación parece ser una propuesta pertinente, para lo cual se requiere una amplia convocatoria en donde el sector público sume a todos los que puedan contribuir a este esfuerzo, las cámaras de industriales a nivel nacional y estatal, las universidades y a todos los sectores que puedan desplegar rápidamente un contingente de apoyo para la renegociación del tratado. Frente a la provocación estadounidense debería mostrarse un frente unido y propositivo para consolidar el espacio productivo de América del Norte para acrecentarlo y no disminuirlo. Es una oportunidad histórica que México debe aprovechar para consolidar su posición estratégica a nivel global.