¿Quién puede tomar en serio a un país que por tómbola elige a los candidatos a jueces, magistrados y ministros? Nadie en la comunidad internacional. Hemos caído tan bajo que los hechos que se cuentan de México hacen reír a los ciudadanos de otros países. La desgracia es que nuestra realidad es terrible. Ya de por sí elegir a los integrantes del Poder Judicial es una maniobra para acabar con su independencia y partidizarlo, lo que acaba con la separación de poderes y el funcionamiento del Estado de Derecho. De todas las perversiones de la 4T la peor ha sido, sin duda, el desmantelamiento del Poder Judicial. Sin certeza jurídica se lesionan los negocios, las familias, las inversiones, los empleos.
Se protege a los poderosos, ya sea los que pueden pagar por la justicia que creen merecer, los políticos para no enfrentar delitos cometidos al amparo del poder, y desde luego, al narcotráfico, que puede desde proponer juzgadores hasta conseguir sentencias por plomo o plata, como reza viejo refrán. Se acabó la impartición de justicia en este país.
Lo expresó claramente Claudia Sheinbaum al decir que no se invitaba a la SCJN a la ceremonia de aniversario de la promulgación de la Constitución “por obvias razones”, haciendo alusión a sus decisiones en contra de reformas anticonstitucionales. Ahora, la Fiscalía General de la República ha abierto investigaciones contra jueces que determinaron se debía frenar la reforma al Poder Judicial. En lugar de delincuentes persiguen a juzgadores.
Aún no nos llega el agua al cuello. Las amenazas de Trump empiezan a materializarse. Primero acero y aluminio. La presión para adelantar la revisión del T-MEC implica imponer por la vía negociada mayores aranceles. Trump piensa que bajar el déficit público, para no subir impuestos debe ser financiada bajando los déficits comerciales, lo cual traerá mayor inflación y no implicará la relocalización de empresas en EU. Los recortes de su consejero Elon Musk, sin experiencia en gobierno, son arbitrarios y no miden consecuencias que afectarán la eficiencia de la labor gubernamental y humanitaria.
La American Chamber señaló que ‘América, primero’ no es lo mismo que América aislada. Pero las recomendaciones, si llegan a Trump, son ignoradas. No es que tenga un plan, tiene solo ideas de lo que quiere, pero no sabe cómo lograrlas y actúa en sentido contrario a lo que desea. Esto es peligroso, porque en cuatro años quiere hacer tantos cambios que no le dará tiempo de reflexionar, sobre todo sin la presión de la reelección. México está en la primera línea de los afectados, pues de sus prioridades estamos en las de migración, seguridad y comercio, lo cual implica fuertes presiones.
Hacia el interior, aun cuando Morena y sus aliados han construido un sistema autocrático, a Claudia Sheinbaum le agrada, pero no será fácil de hacer funcionar. El deterioro puede ser rápido y profundo. Por lo pronto, ya heredamos el menor crecimiento económico desde el siglo pasado. Obras faraónicas que requieren de subsidios. Una deuda pública de más del 50 por ciento del PIB. Y una resistencia de inversionistas, nacionales y extranjeros para trabajar con sus recursos en México.
Así las cosas, ni los subsidios sociales serán el remedio, porque no habrá suficientes recursos para cubrirlos. Ese dinero no incorpora a los beneficiarios a actividades productivas que rompan círculos de pobreza. Por el contrario, inhibe la necesidad de buscar empleo porque varios miembros de una familia pueden cubrir sus gastos con los fondos que reciben. Es decir, dependen del gobierno para subsistir, sin tener que realizar esfuerzo alguno.
La cultura del esfuerzo está fuera de moda. No se requiere ni estudiar, ni trabajar, ni capacitarse para mejorar habilidades, porque no se requieren. Estamos pues en una sociedad que día a día pierde su capacidad productiva y de innovación. Desde luego que no hay recursos para producir conductores, y con el tiempo tampoco habrá la preparación científica que se requiere. Vamos hacia atrás en todos los campos de la ciencia, el arte, la tecnología, la innovación, la competitividad y la productividad, pues no hay alicientes correctos.
El gasto educativo se usa para universidades patito que no cumplen estándares de preparación para el mercado, mientras se reduce el de las universidades públicas que sí cuentan con planes aprobados por la ANUIES, y se alejan cada vez más las oportunidades de la excelencia académica. Las becas al extranjero casi califican como traición a la patria, con una óptica aldeana de complejos de supuestos intelectuales y científicos.
Generar empleo al ritmo que requiere la población parece una meta ya olvidada. O por lo menos no forma parte de las prioridades gubernamentales, más preocupadas por conservar el poder político que por impulsar el progreso del país. La juventud lo sabe y tiene miedo. Así las cosas, las debilidades internas se conjugan con los ataques de nuestro vecino y socio comercial. Pueden o no destruirse las cadenas productivas, pero los costos serán enormes y crecerán geométricamente.
Y para coronar el escenario tenemos 200 mil muertes violentas en el pasado sexenio. Sinaloa vive entre balaceras, al igual que Tabasco, Chiapas y Michoacán. La población se paraliza. La vida no vale nada pues se cruza con balas. Todo México es territorio narco y la impunidad que ya campeaba se verá fortalecida por la desaparición del sistema de impartición de justicia.
De las causas de los grupos vulnerables, vemos que en EU desaparecen los derechos, y aquí no se pueden ejercer plenamente. Pero tenemos tómbolas para solucionar desacuerdos. Quizá no ayuden a la unidad nacional, como lo haría un diálogo y concertación de acciones, pero ayuda.