Jiaxing es un próspero centro manufacturero ubicado cerca de la desembocadura del río Yangtze. A pesar de que su población duplica la de Chicago, la ciudad no es muy conocida fuera de China, pero en el país es conocida como la ciudad de las tijeras y las cuchillas. Hay alrededor de 80 fábricas especializadas en máquinas rasuradoras, cortadoras de pelo para mascotas, tijeras para ovejas, tijeras infantiles y cualquier otra necesidad de objetos afilados que haya en el mundo.
Dentro de una fábrica al sur de la ciudad, Ma Da recorre la planta e inspecciona las máquinas mientras producen docenas de cuchillas de acero por minuto. Su compañía, Haining Yongfa Clipper Blade Co., ha estado fabricando herramientas para salones de belleza y barberías desde hace casi 40 años. Por largo tiempo había vendido sus productos a marcas de afeitadoras más reconocidas que solo colocaban sus nombres en las piezas, pero eso comenzó a cambiar después del Covid-19. “Vimos la oportunidad”, dice Ma. Fue una combinación de dos cosas. Una coyuntural: la gente se cortaba el pelo en casa y adoptaba nuevos miembros de cuatro patas que necesitaban cuidados, por lo que Ma creó una marca de consumo para los productos de la empresa, KBDS, y agregó una línea de maquinillas cortadoras para mascotas. La otra gran novedad fue Temu.
En solo dos años, Temu se ha convertido en la tienda de descuento más grande del mundo.
Su portal refleja perfectamente la intención. Los visitantes son bombardeados con artículos aleatorios (cubreasientos de cuero sintético para el auto, disfraces de rana para gatos, bolsos de imitación, suplementos, lo que sea) y una avalancha de anuncios, ofertas relámpago y ruletas para ganar productos y descuentos por tiempo limitado.
No contenta con fabricar los productos que compra el resto del mundo, China encontró en Temu un canal eficaz para vender esos productos directamente a los consumidores. En comerciales emitidos durante el Supertazón de 2023 y 2024, Temu invitaba a “comprar como un multimillonario”, describiendo precios tan bajos que cualquiera podía comprar todo lo que quisiera sin pensarlo. Y la gente lo hace. Con 50 millones de compradores estadounidenses al mes, según la firma de investigación Sensor Tower, es la aplicación de comercio electrónico más grande después de Amazon. Según estimaciones de EMarketer Inc., Temu generará 30 mil millones de dólares en ventas en Estados Unidos este año, un hito que Amazon tardó más de una década en alcanzar.
El impulso de Temu
Sin embargo, Temu no es una startup. Su empresa matriz, PDD Holdings Inc. (Pinduoduo), lleva operando en el mercado digital chino desde 2015, alternando posiciones periódicamente en los últimos años con Alibaba Group Holding Ltd. como la compañía de comercio electrónico más valiosa del país. Temu es el resultado de un estudio cuidadoso de los hábitos de compra estadounidenses y de los sistemas de inteligencia artificial para recomendar productos de manera hiperpersonal. Para impulsar la plataforma, PDD gastó a manos llenas en anuncios y subsidios para reducir los precios.
Otro factor que ayudó a impulsar el meteórico ascenso de Temu en Estados Unidos fue Donald Trump. Los aranceles que impuso a China en su primer mandato, mantenidos en su mayoría por la administración Biden, aumentaron el costo de todo tipo de artículos. Pero Trump dejó intacta una laguna jurídica de casi un siglo que exenta de aranceles a los paquetes internacionales con un valor inferior a 800 dólares cada uno. Esa capacidad de enviar directamente a Estados Unidos artículos libres de impuestos explica cómo Temu puede cobrar precios más bajos que Amazon y casi el resto de los comercios. En lugar de abrir almacenes y centros de distribución cerca de las casas de los clientes, Temu empaqueta los pedidos en China cerca de las fábricas donde se manufacturan los productos, los carga en aviones con destino a las principales ciudades y los entrega directamente en las puertas de los clientes.
Biden prometió eliminar la norma fiscal que permite esto, pero nunca lo hizo. Trump ha asumido la misión, ordenó que se suspendiera la laguna jurídica como parte del esquema de aranceles que impuso a China el 1 de febrero, pero dio marcha atrás días después cuando los funcionarios de aduanas no estaban seguros de cómo manejar las montañas de paquetes que se acumulaban en los aeropuertos estadounidenses. Por ahora, Temu vive en un limbo similar al de la aplicación china TikTok.
La prosperidad de Temu no depende solo de Trump. Amazon y TikTok Shop compiten cada vez más por los mismos compradores, y Temu, aunque muestra signos alentadores de retención de clientes, sigue gastando en marketing a un ritmo que puede resultar difícil de mantener.
Pero al menos por ahora, Temu está ganando más clientes y vendedores. De vuelta en la fábrica de rasuradoras, Ma explica que Yongfa empezó vendiendo en Amazon. Pero trabajar con Amazon, dice, puede ser ruinoso. Después de fabricar y embalar sus productos, Yongfa tiene que empaquetarlos todos juntos, organizar su transporte a EU y pagar una tarifa para descargarlos en el puerto. Luego tiene que pagar para que los productos se envíen a los almacenes de Amazon en todo el país. Las tarifas continúan: publicidad para la visibilidad en Amazon.com, embalaje y envío local a los clientes, una multa si el stock del almacén no se repone rápidamente, una multa si el inventario permanece estancado por mucho tiempo, y una comisión del 15 por ciento por cada transacción. En total, dice Ma, las tarifas de Amazon se comen al menos la mitad de cada venta.
Vender en Temu es más sencillo. Yongfa envía sus productos a un almacén cercano de Temu en China, y eso es todo por su parte. Temu se encarga de la promoción, empaqueta la mercancía cuando llegan los pedidos y la envía por avión para el tramo final de entrega. Temu le paga al vendedor un monto fijo. Hay pocas tarifas y no hay tiendas que abrir o mantener. “No somos una empresa de comercio electrónico profesional”, explica Ma. “Temu es un modelo más fácil para nosotros”.
¿Qué significa esto para los compradores? Un paquete de tres cuchillas desmontables KBDS cuesta 70 dólares en Amazon y 36 dólares en Temu. Los clientes de Amazon recibirán su pedido en uno o dos días, mientras que los de Temu tardarán entre 7 y 10 días. De cualquier manera, la fábrica se embolsa la misma cantidad de dinero.
El sobreprecio de Amazon refleja en gran medida el costo de la entrega rápida, que desde hace mucho tiempo le ha dado a la empresa su ventaja competitiva. Temu está demostrando que hay otro tipo de consumidor ahí fuera.
¿Un “dollar store”?
Ver a Temu como un simple vendedor de productos baratos es no entender el atractivo de las llamadas “dollar store” o tiendas de dólar, ese formato de tienda con mercancía económica y variada. Además de los precios bajos, recorrer los estantes puede provocar la sensación de estar buscando antigüedades en un bazar o tianguis o descubriendo una joya rara en una tienda de discos. El objetivo no es necesariamente encontrar algo valioso, sino encontrar algo interesante. Esa es parte de la razón por la que Dollar General Corp. y Dollar Tree Inc. tienen más sucursales en Estados Unidos que cualquier otro minorista.
Temu replica el concepto de una tienda de dólar con una peculiar estética. La variedad aparentemente aleatoria de productos y la apariencia general de desorganización es parte del objetivo. Es comprar por deporte. Hay, empero, un elemento de la experiencia de compra en Temu que no obtendrás en una tienda de dólar tradicional. Cuando llega un pedido varios días después, los clientes dicen que a menudo han olvidado lo que compraron. Abrir las bolsas de plástico o las cajas puede parecer como abrir un pequeño regalo que te obsequiaste tú mismo. Este ritual ha inspirado todo un género de videos en Instagram y TikTok conocido como el Temu haul, donde los clientes se graban abriendo sus paquetes.
Dicho lo anterior, los precios bajos son una parte realmente importante de la ecuación. Y para la mayor parte de lo que vende Temu, esas gangas no serían posibles sin la Ley de Aranceles de 1930. El Congreso estadounidense aprobó esta ley para proteger a los agricultores y fabricantes nacionales de la competencia extranjera mientras luchaban contra la Gran Depresión. Ocho años después, los legisladores se dieron cuenta de que los agentes aduanales estaban perdiendo el tiempo y crispando a los viajeros estadounidenses adinerados al gravar cada recuerdito que traían a casa desde el extranjero. Entonces, Estados Unidos agregó la llamada regla de minimis. La locución latina “de minimis” se refiere a algo de valor tan marginal que se considera insignificante. En esa época, los límites eran 1 dólar para artículos personales y 5 dólares para regalos enviados a Estados Unidos desde el extranjero.
Las autoridades siguieron aumentando el umbral a lo largo de los años para tener en cuenta la inflación, sin alterar la regla subyacente, ignorando los grandes cambios en el alcance del comercio global. La mayor parte del mundo tiene versiones de la regla arancelaria de minimis, pero la de Estados Unidos es la más generosa. Barack Obama fue el último presidente en elevar el umbral, a 800 dólares en 2016. En el Reino Unido es de 135 libras (170 dólares). Durante el primer mandato de Trump, en el que la política comercial con China fue una de sus mayores obsesiones, el presidente nunca mencionó la regla de minimis.
Cuando Biden estaba en la presidencia, Sun Qin, uno de los fundadores de PDD, pensaba mucho en Estados Unidos. Cuando Sun ayudó a iniciar el negocio de comercio electrónico chino hace una década, los inversionistas se mostraron escépticos. Alibaba dominaba el mercado chino, pero Sun y los otros cofundadores vieron una oportunidad en lo que la industria denomina “el consumidor olvidado”, la población rural menos pudiente pero ávida de gangas.
La aplicación homónima de la empresa, Pinduoduo, se traduce aproximadamente como “juntos conseguimos más”, una referencia a su oferta inicial, similar a Groupon. Pinduoduo hoy vende de todo, desde comestibles hasta electrodomésticos y muebles, y las ofertas siguen siendo fundamentales para la experiencia. Los clientes pueden ganar verduras gratis y dinero para gastar en la tienda en línea jugando juegos a través de la aplicación, incluido uno como FarmVille donde los jugadores riegan árboles y alimentan vacas.
Sun pensó que también podría haber un consumidor olvidado en Estados Unidos. A principios de 2022, viajó por el país, para familiarizarse con el mercado minorista y aprender lo que interesaba a los compradores estadounidenses. Cuando regresó a China, se reunió con exejecutivos de Alibaba y otras empresas que habían intentado sin éxito entrar en Estados Unidos, dice una persona familiarizada con las reuniones que pidió no ser identificada. Después, Sun intercambió opiniones con Gu Pingping, directora de operaciones de PDD y una de las mujeres más poderosas en el sector tecnológico chino.
Querían evitar los errores cometidos por el cofundador de Alibaba, Jack Ma, quien pasó años cortejando a funcionarios estadounidenses con la esperanza de demostrarles que había al menos una persona en China en la que podían confiar. En una reunión de 2017 con el presidente Trump, Ma prometió traer un millón de empleos a la Unión Americana. De todos modos, Trump siguió adelante con su guerra comercial; los empleos nunca llegaron; y Ma finalmente cayó de la gracia del presidente Xi Jinping, quien resintió el creciente perfil público de Ma. Los empleados de PDD que anteriormente trabajaron para Alibaba compartieron sus frustraciones con Sun porque Ma había perdido demasiado tiempo y dinero en Washington.
Entre los empresarios chinos, la vertiginosa caída de Ma reforzó un viejo proverbio: el pájaro más ruidoso en la copa del árbol se lleva el disparo. Sun se propuso ser un pájaro silencioso. A través de un portavoz de Temu, rechazó las solicitudes de una entrevista.
A los pocos meses de su gira por Estados Unidos, Sun estableció una empresa en Delaware bajo el nombre de Whaleco Inc. y abrió una pequeña oficina en Boston, principalmente para personal legal y contable. Uno de los primeros empleados cuenta que les dijeron inicialmente que la empresa planeaba expandir la oficina, pero eso nunca sucedió. La mayor parte del trabajo se enviaba a China.
En su cuartel general, PDD tiene reputación de tener una cultura laboral agresiva. Se rige por el mantra “11-11-6″: se espera que los empleados trabajen de 11 a.m. a 11 p.m., seis días a la semana (y a veces se les pide que hagan horas extra). Aunque en 2018 la empresa prometió que los empleados podrían descansar fines de semana completos, todavía trabajan los fines de semana. En Temu, por su parte, “el horario de trabajo varía según los equipos y la naturaleza de su trabajo, con flexibilidad para adaptarse a diferentes horarios de inicio y término”, afirma un portavoz de la compañía. “Priorizamos la promoción de un entorno de trabajo favorable que permita a nuestro personal rendir al máximo”.
Llega a EU
PDD llegó a Estados Unidos en septiembre de 2022 con la introducción de Temu (el nombre proviene de la frase “juntos bajamos los precios”, una mutación corporativa del eslogan original de Pinduoduo). No pasó mucho tiempo antes de que PDD encontrara la siguiente gran oportunidad publicitaria: el Super Bowl. El primer comercial de Temu se emitió durante el partido final de la NFL en 2023, presentando las cajas de color naranja y los precios bajos de la marca a millones de estadounidenses. Dos cosas que diferenciaron a Temu de otros comerciales del Super Bowl fueron una producción sencilla y la ausencia de celebridades. El equipo de marketing pensó que la curiosidad provocaría descargas y que las celebridades eran un gasto innecesario, dice una persona familiarizada con la estrategia de la empresa que pidió el anonimato.
Los minoristas estadounidenses subestimaron a Temu al principio, viéndolo como un refrito de Wish, otro minorista aspiracionista que no arraigó en el país (Wish también dependía de importaciones baratas de China y fracasó tras quejas por la baja calidad y la lentitud de los envíos, que en algunos casos tardaban un mes). Sun, el presidente de Temu, reconoció que su servicio necesitaba realizar entregas más rápidas que Wish y deshacerse de los productos de mala calidad para preservar su reputación. Shein, el minorista chino de moda rápida, ofrecía un modelo mejor, pues había descubierto cómo entregar ropa a bajo precio a Estados Unidos en una semana, y las adolescentes estadounidenses eran ávidas consumidoras. Temu abrió almacenes en la provincia de Guangdong, donde se fabrica gran parte de la ropa del mundo, y en Yiwu, una ciudad definida por su abundante suministro de pequeños productos como bisutería y adornos navideños. Sun leyó todas las quejas de los clientes en el primer año de Temu, dice una persona con conocimiento que pidió no ser identificada.
Temu compró aún más anuncios para el Super Bowl de 2024. Eso ayudó a cimentar el lugar de la marca entre el público estadounidense. Temu se convirtió en el vehículo para las ambiciones globales de PDD, primero en América del Norte, Australia y Nueva Zelanda, luego en Europa y finalmente en otras partes de Asia, incluyendo Japón y Filipinas. Apple Inc. dijo que Temu fue la aplicación para iPhone más descargada en dos docenas de países en 2024. Sun claramente había encontrado a su consumidor olvidado.
El debate por la imitación
Alisha Sholtis navegaba por Facebook un día cuando vio un anuncio de un minijuego de garra que dispensa caramelos y figuras de plástico. Nunca había oído hablar de la aplicación que lo vendía, pero 10 dólares le pareció una buena oferta, así que descargó Temu y realizó un pedido. Algunas personas pueden tener reservas sobre introducir el número de su tarjeta de crédito en una aplicación misteriosa, Sholtis no es una de esas personas. “Soy del tipo de persona que compra primero y pregunta después”, dice.
Cuando llegó la maquinita de garra, Sholtis filmó su compra de Temu y la publicó en TikTok. Se volvió viral, lo que la llevó a un cambio de carrera y a una adicción a las compras impulsivas. Sentada en la mesa de su cocina en Davison, Michigan, Sholtis relata cómo dejó la enfermería para volverse influencer en redes sociales, mostrando las pilas de cosas que compró en Temu y los videos de sus reseñas, que registran hasta 3 millones de vistas.
Sholtis, que tiene 38 años, saca de entre sus cosas un termo Meoky (imitación del de la marca Stanley), un par de tenis para niño y un ramo de flores falsas, todas adquisiciones de Temu. Hizo una serie de videos exitosos que mostraban cómo se pueden encontrar productos listados en Amazon por mucho menos en Temu. Para otra serie de videos, compró varios bolsos falsos, incluido uno de imitación de Marc Jacobs y otro de Bogg por 20 dólares. “Es exactamente lo mismo, solo que no trae el nombre”, comenta. Descarta la idea de que Temu y Shein sean malas simplemente porque son chinas. “Hay gente que dice que no hay que comprar en Temu, pero Amazon vende literalmente el mismo producto por el doble o el triple del precio”.
Eso no es del todo cierto. En numerosos casos, los anuncios de Temu muestran fotos idénticas a las que se encuentran en Amazon, con las mismas modelos haciendo las mismas poses, pero ofreciendo el producto a una fracción del precio. Resulta que los artículos suelen ser drásticamente diferentes. Bloomberg Businessweek encargó blazers, camisas, suéteres y otras prendas comercializadas de forma idéntica por ambos minoristas y descubrió que las versiones de Temu suelen contener más poliéster y otras telas baratas. Una playera de mujer vendida en Amazon, con una mezcla de algodón, poliéster y licra, es suave al tacto, mientras que su equivalente en Temu, toda de poliéster y por la mitad del precio, se siente como una camiseta de fútbol.
El alud de productos disponibles en línea (algunos idénticos, otros casi idénticos) ha puesto en entredicho la noción misma de falsificación. Pensemos en el caso de Nicholas Widmann, un ingeniero mecánico que creó un dispositivo con forma de pico de pájaro para perforar una lata de cerveza y beberla de un trago. La herramienta Krak’in, según se anuncia, es una forma más segura de perforar una lata que usar una llave o los dientes. Widmann empezó a vender el Krak’in por 20 dólares y en 2022 tuvo un boom cuando los estudiantes vacacionistas publicaban videos de sus hazañas. En menos de un año, aparecieron imitaciones en Temu, una versión costaba tan solo 1.69 dólares. Los videos de TikTok pasaron de repente de ser testimonios felices a clientes que admitían que se sentían estúpidos por gastar 20 dólares en algo que podían conseguir por un par de dólares en Temu. Widmann demandó a la empresa, uno de al menos una treintena de casos de propiedad intelectual a los que se ha enfrentado en Estados Unidos. En abril de 2024, las partes llegaron a un acuerdo cuyos términos no se divulgaron; se negaron a hacer comentarios sobre el caso.
Temu afirma que tiene un sistema automatizado para detectar posibles falsificaciones, ha estado contratando personal para revisar manualmente los artículos listados e introdujo un formulario en septiembre de 2023 para que los titulares de derechos envíen y monitoreen sus reclamaciones. “Temu está profundamente comprometida en proteger los derechos de propiedad intelectual y garantizar un mercado seguro tanto para las marcas como para los consumidores”, dice el portavoz de la empresa.
Las falsificaciones son un problema de larga data en el comercio electrónico. Alibaba, Amazon, eBay y Wish han enfrentado el escrutinio en esa materia y han tomado medidas para apaciguar a las marcas y a los reguladores, pero la piratería sigue encontrando su camino en los sitios web. La escala de crecimiento de Temu amenaza con convertirlo en un problema más grave, pero no es nuevo, advierte Robert Freund, un abogado de comercio electrónico en Los Ángeles. “Temu es solo un lugar más para que esto suceda a gran escala”, indica. Aun así, la Unión Europea lanzó una investigación sobre Temu en octubre, y los legisladores de Estados Unidos han citado las falsificaciones vendidas en China como justificación para revisar la regla de minimis, aunque esos esfuerzos se han estancado en el Congreso.
El reto de Amazon
Amazon comenzó a tomar en serio a Temu en 2024, lo suficiente como para lanzar en noviembre un sitio idéntico llamado Amazon Haul. Con el clic de un botón en la aplicación de Amazon, los clientes son dirigidos a una tienda dentro de la tienda; el portal, en color violeta, anuncia un 50 por ciento de descuento o una selección de productos a 20 dólares o menos. Es una miscelánea de suéteres, espátulas y masajeadores de cuero cabelludo. Muchos de los vendedores están en China y envían sus pedidos a nivel internacional utilizando la exención de minimis. Pero Haul no puede igualar la velocidad de Temu; los envíos tardan una o dos semanas en llegar.
El éxito de Temu no es una amenaza existencial para Amazon. Las más afectadas en Estados Unidos han sido las tiendas de manualidades, de bricolaje y de descuento como Dollar General y Dollar Tree, según la firma Earnest Analytics. Otras compañías estadounidenses están tratando de emular algunas de las innovaciones de Temu, en particular abriendo almacenes en China o México para empaquetar pedidos y enviarlos individualmente a Estados Unidos libres de impuestos, explica Derek Lossing, fundador de la firma de consultoría logística Cirrus Global Advisors. La intención es eliminar los empleos vinculados a la logística y entrega en Estados Unidos que pagan más de 20 dólares la hora y reemplazarlos con trabajadores chinos que ganan 5 dólares la hora, de una forma parecida a la deslocalización que erosionó la base manufacturera del medio oeste estadounidense. “¿De qué otra manera se puede competir cuando la gente compra dos pares de jeans por 13 dólares enviados directamente desde China?”, pregunta Lossing. “Si eres estadounidense, no hay forma de analizar esto sin perder algo”.
El beneficio de los minimis
La regla de minimis siempre había sido un tema secundario antes de Temu y Shein. Kim Glas trabajó en el Departamento de Comercio durante el gobierno de Obama y fue designada por Biden para la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad entre Estados Unidos y China, un panel de 12 miembros que entrega informes anuales al Congreso sobre las relaciones comerciales entre los países. En noviembre, la Comisión publicó un informe de 800 páginas que detalla la amenaza que Temu y otros cibermercados similares representan para las empresas y la seguridad pública de Estados Unidos. Una recomendación clave fue eliminar la exención de minimis. “Si no se cierra esta laguna, más aranceles solo exacerbarán los mismos problemas que Trump está tratando de resolver”, apunta Glas, quien también preside el Consejo Nacional de Organizaciones Textiles, asociación que representa al gremio textil. “Habrá una avalancha de paquetes de China como nunca antes hemos visto”, añade.
La combinación de los aranceles de Trump y los cambios en los hábitos de compra provocados por la pandemia suscitaron una explosión en la cantidad de paquetes pequeños que ingresaban a Estados Unidos a través del régimen de minimis. De totalizar 400 millones de paquetes en 2018 subió a 1,400 millones en 2024, y la mayoría provenía de China. Durante ese mismo tiempo, la cantidad de envíos que ingresaban a Estados Unidos a través de los canales tradicionales creció menos del 10 por ciento. “Se ha convertido en una pesadilla comercial”, dice Glas, “se ha convertido en una puerta trasera para evitar el control, evitar el cumplimiento de las regulaciones en materia de seguridad del consumidor y evitar los aranceles”.
Advirtiendo el peligro político, Temu ha decidido protegerse. Desde fines del año pasado, da a los vendedores la opción de enviar sus productos y almacenarlos en bodegas que Temu posee o alquila en EU, refiere el portavoz de la empresa. Temu también está contratando empresas de logística para acelerar los tiempos de entrega y reducir la dependencia de la modalidad de importación de minimis. Hoy, aproximadamente la mitad de todos los productos que los estadounidenses piden en Temu provienen de almacenes dentro del país, según otra persona familiarizada con el negocio. El crecimiento internacional se ha vuelto importante para la empresa matriz de Temu, ya que la recesión económica china pesa sobre su negocio doméstico. Una revisión de la política comercial de EU sería devastadora para el gigante chino.
La forma más eficaz de ejecutar esa revisión sería que el Congreso modificara la ley, pero esos esfuerzos nunca llegaron muy lejos. Otro enfoque sería a través de la regulación. En el ocaso de la administración Biden, la Casa Blanca propuso reglas que eliminarían la laguna fiscal para los bienes sujetos a aranceles y exigirían que los exportadores que soliciten una exención de minimis presenten información adicional. La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza inició el proceso de elaboración de normas una semana antes de que Trump asumiera el cargo.
Trump, que tiene poca paciencia con los reguladores, ideó una forma de eludir el proceso. Los aranceles que firmó el 1 de febrero ordenaron la suspensión de la exención de minimis, citando las importaciones de fentanilo como la justificación principal, aunque afectarán a Temu de igual modo. Al incorporarlo a una orden ejecutiva, Trump puede implementar el cambio más rápidamente que a través de los reguladores o el Congreso, pero el problema es que es más vulnerable a una impugnación en los tribunales. Sin embargo, antes de que pudiera llegar a ese punto, Trump restableció la antigua política de minimis para que el funcionariado tuviera tiempo para prepararse. Su plan de imponer aranceles a Canadá y México, que también está en suspenso, contiene una disposición de minimis similar.
Un cambio a la política de minimis, como los aranceles mismos, es políticamente riesgoso. Ambos aumentarán los precios para los consumidores. Más de la mitad de los estadounidenses están preocupados por que los aranceles aumenten el costo de los productos chinos, y el 42 por ciento se opone a impuestos adicionales, según una encuesta publicada la semana pasada por la firma Omnisend. Si bien a Trump le gusta mostrar mano dura con China, también quiere mantener contentos a sus electores, y hay muchos estadounidenses a los que les gustan los descuentos.
Incluso Sholtis, por mucho que ame a Temu, tiene conflictos. En una entrevista después del día de las elecciones, todavía tenía un cartel de “Trump Vance 2024″ en el jardín de su casa. “Me siento un poco mal por pedir todas estas imitaciones, porque ahora me gusta apoyar más a las empresas estadounidenses; son tiempos difíciles”, admite.
Por Spencer Soper, Zheping Huang y Claire Che, con Luz Ding.
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