El presidente de Colombia, Gustavo Petro, presentó públicamente, este jueves 27 de febrero, un renovado gabinete, tras las sucesivas renuncias y despedidas que derivaron del inédito Consejo de Ministros televisado, que mostró divisiones internas hace casi un mes.
La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, fue separada del Ministerio de la Igualdad, que lideraba en simultáneo desde que entró en vigencia en 2023. Horas antes, Márquez advirtió en una carta pública que su vida corre peligro por denunciar la corrupción y hacer críticas sobre el gobierno.
Márquez, primera afrodescendiente en ocupar la Vicepresidencia, fue una de las voces que criticó la designación de dos altos funcionarios y puso en relieve la creciente violencia del país, durante la reunión ministerial televisada que mostró las tensiones en el gobierno internas.
“Hoy mi vida corre peligro”, avisó, sin señalar de dónde provienen las amenazas. “Denunciar la corrupción y señalar lo que está mal tiene consecuencias. No me han atacado con argumentos, sino con amenazas contra mi vida y la de mi familia. Aun así, no me callarán”, agregó en una carta abierta dirigida a la ciudadanía.
Mientras que Petro tenía en su fuero decidir sobre la permanencia de Márquez en el ministerio, al ser un cargo de libre remoción, no habría podido seguir el mismo proceso en caso de querer apartarla de la Vicepresidencia. Según la Constitución, la vicepresidenta puede ser reemplazada en caso de “falta absoluta”, que incluye su muerte, su renuncia aceptada y la incapacidad física permanente reconocida por el Congreso.
La vicepresidenta ha denunciado amenazas en varias ocasiones, especialmente en redes sociales con mensajes racistas. En 2023, denunció un presunto intento de atentado en su contra, que luego fue descartado por la fiscalía.
Tras la reunión televisada, que solía ser privada, renunciaron algunos ministros y otros lo hicieron después de que Petro pidiera la renuncia protocolaria a todo su equipo para reconfigurarlo.
En total renunciaron los ministros de Cultura, Interior, Ambiente, Trabajo y Defensa, así como los directores del departamento Administrativo de la Presidencia y el Departamento Nacional de Planeación. El presidente aceptó la renuncia del ministro de Minas y Energía y de la titular del Deporte.
Después de haber anunciado de a poco el reemplazo de algunos ministros durante casi un mes, la mayor expectativa de la reconfiguración recaía sobre Armando Benedetti, quien pasa de ser el jefe de despacho presidencial a ser el ministro del Interior.
Benedetti, quien ejerció como embajador en Venezuela en 2022, se convirtió durante la reunión televisada en el blanco de las críticas.
El ahora ministro fue recientemente acusado por la Corte Suprema en un presunto caso de corrupción. También enfrenta cuestionamientos por un posible caso de violencia de género y por la filtración de audios en los que sugiere posible financiación irregular de la campaña presidencial de Petro. Él ha dicho que es inocente y que lo demostrará ante los tribunales.
“No comparto su decisión de traer a este gobierno a estas personas”, aseguró la vicepresidenta en la reunión sobre el nombramiento de Benedetti y de Laura Sarabia como canciller.
En la carta pública, la vicepresidenta no dio nombres, pero insistió en sus inconformidades: “Como dijo Bolívar: ‘Más cuesta mantener el equilibrio de la libertad que soportar el peso de la tiranía’, y cuando el gobierno cede ante el chantaje de quienes susurran en la sombra, es el país entero el que termina pagando el precio”.
Petro decidió aceptar la renuncia que presentó Susana Muhamad a la cartera de Ambiente, quien durante la reunión televisada advirtió que no se sentaría en la misma mesa que Benedetti por sus principios feministas. En su reemplazo, designó a Lena Yanina Estrada, quien será la primera ministra indígena de Colombia.
Tras aceptar las renuncias de los ministros de Minas y Energía, Andrés Camacho, y de la ministra del Deporte, Luz Cristina López, Gustavo Petro designó respectivamente al sindicalista Edwin Palma y a Patricia Duque.
El presidente reafirmó como ministra de Cultura a Yannai Kadamani y mantuvo la ya anunciada designación del general Pedro Sánchez, quien tras ser anunciado ministro procedió a su retiro de las fuerzas armadas para asumir como un civil una cartera que en las últimas tres décadas ha sido típicamente liderada por civiles.