La llegada de sargazo a las costas del Caribe afecta a la imagen de las prístinas playas de arena blanca, causado un dilema en el procesamiento de la macroalga. A lo largo de una década, múltiples instituciones han propuesto diferentes maneras de procesamiento de sargazo, desde calzado hasta bloques para la construcción, sin embargo, estos no han podido desarrollarse en masa.
No obstante, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) encontró una solución: el sargapanel.
La solución elaborada por Miriam Rocío Estévez González, investigadora del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada en Juriquilla, Querétaro y su equipo, consiste en un panel similar a la tablaroca que, en su núcleo, contiene sargazo, así como en su recubrimiento, ya que de esta macroalga se puede obtener una película similar al papel con el que se recubre tradicionalmente los paneles de tablaroca.
En entrevista para El Financiero, Estévez y su equipo de científicos detallan que la tecnología permitió solventar tres problemas que presentaban productos de sargazo anteriormente: mal olor, producción de hongos y flexibilidad limitada.
“Estamos hablando de un panel estándar usado en la construcción, que implica el uso de 5 kilos de sargazo seco y entre 50 y 60 kilos de sargazo húmedo”, detalla la investigadora y encargada del proyecto.
¿Qué ventajas tendrá el sargapanel creado por la UNAM para la construcción?
De esta manera, la UNAM logró desarrollar una solución que, además, fuera reciclable. A diferencia de los paneles normales que contienen fibra de vidrio, el sargapanel está construido de la macroalga y de yeso, por lo que una vez concluido su uso, es posible reciclarlo.
Otra de las ventajas que tiene el sargapanel en comparación de una tablaroca tradicional es que el primero funciona como un aislante térmico e, incluso, tiene mejores propiedades acústicas, por lo que su instalación podría beneficiar la construcción de instalaciones como hoteles en la misma Riviera Maya.
Además, contó Estévez, en caso de presencia de fuego, el sargapanel no se incendia con la rapidez de una tablaroca, sino que demora hasta 10 minutos en quemarse, a diferencia del material tradicional, al que le bastan unos cuantos segundos.
Aunque con anterioridad ya se había propuesto un producto de paneles de sargazo estos no funcionaron porque la materia orgánica permitía la presencia de hongos en el material.
Los científicos de la UNAM resolvieron este problema, además que hallaron que la recolección del sargazo en altamar, y no en las playas, beneficia la producción del panel, al mismo tiempo que evita que la costa se erosione o se contamine por la macroalga.
“Al hacer este tratamiento desde la recolección, allí es donde el sargazo puede mantenerse, podemos almacenarlo para fabricar el sargapanel, tenemos almacenamiento para seguir trabajando, esa es la gran solución”, agrega el Maestro Eduardo Urzúa Fernández, director de emprendimiento universitario de la Coordinación de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNAM.
Inversión y cooperación, necesidades para el sargapanel
Una vez desarrollada la tecnología y el producto por los científicos de la máxima casa de estudios, ahora es necesaria la inversión de una empresa para comenzar con la producción industrial del sargapanel.
Uno de los interesados en licenciar la tecnología, y a través de su uso pagar regalías a la UNAM, es la empresa Panelrey, que ya se encuentra en pruebas de la tecnología desarrollada por los científicos universitarios.
“La parte central es quién va a poner la plata, de dónde va a venir la inversión”, agrega Urzúa Fernández, quien añade que además de los recursos, es necesaria la sensibilidad del gobierno y de la Iniciativa Privada para no solo invertir, sino participar activamente.
En el Caribe mexicano, la Secretaría de Marina es la encargada de recolectar, con sus barcos sargaceros, la macroalga; las autoridades recolectan alrededor de 21 mil toneladas de sargazo y desechan, de forma no especializada, la biomasa en los tiraderos tradicionales.
La propuesta de la UNAM es que ese material recolectado por la Marina pueda servir para ser almacenado y tratado para luego ser usado en la fabricación en masa de los paneles de sargazo.
“La UNAM ya les dio la solución, ahora se tiene que trabajar con todos”, remarca el director de emprendimiento universitario.