Familiares y colectivos de búsqueda han comenzado a identificar a las primeras víctimas de un campo de adiestramiento y “exterminio” en un predio de Teuchitlán, Jalisco, el cual habría sido operado supuestamente por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Este martes, la Fiscalía del Estado confirmó que ha localizado, hasta ahora, seis sitios donde halló restos óseos y más de 500 indicios, en cuatro puntos del predio del rancho Izaguirre. La semana pasada, el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco hizo público el hallazgo de tres “hornos” clandestinos en este sitio.
Los buscadores encontraron restos de huesos humanos calcinados y triturados, más de 200 pares de zapatos y cientos de prendas de vestir y objetos personales, en lo que llamaron un “campo de concentración y adiestramiento” del narcotráfico.
De acuerdo con declaraciones del Fiscal del Estado, Salvador González de los Santos, el lugar ya había sido descubierto anteriormente por la Guardia Nacional durante un operativo en septiembre de 2024 y permanecía asegurado por las autoridades.
Indicó que en aquel momento fueron detenidas 10 personas, mismas que fueron vinculadas a proceso, además de que se liberó a dos más que estaba privadas de su libertad.
González de los Santos, quien supervisa los trabajos de investigación que se llevan a cabo, detalló que se han registrado y clasificado cientos de prendas de vestir y objetos personales para realizar un “análisis forense detallado” y determinar la antigüedad de los restos y sus posibles identificaciones.
Identifican a víctimas en el rancho de exterminio en Teuchitlán, Jalisco
A partir del hallazgo de zapatos, mochilas, maletas, playeras, blusas, cinturones, sandalias, carteras, además de identificaciones, cartas y fotografías, estos elementos han servidor para que familiares pudieran identificar algunas de las pertenencias de sus seres queridos.
Tal es el caso de una joven, a quien apodaban ‘La China’, cuya foto en un relicario fue reconocida en Facebook. La usuaria Myriam Hernández mencionó en una publicación que la mujer de la imagen era madre de un niño. También le dedicó un mensaje de despedida.
“Fuiste una buena madre buscando un mejor futuro para tu hijo, siempre te recordaremos como una guerrera. Tu hijo se queda en buenas manos. Siempre te recordaremos como una mujer fuerte, no sabemos cuánto sufriste, pero al menos sabemos que ya descansas en paz. Te amamos, Chinita. No es un adiós, sino un hasta pronto. Dios te tenga en su Santa Gloria”.
Otra de las víctimas identificadas es Eduardo Lerma Nito, de 20 años, originario de Guanajuato y radicado en San Juan de los Lagos. Entre los objetos encontrados en el rancho Izaguirre, había una libreta en la cual encontraron un mensaje escrito por el joven que tenía su firma y su fecha de nacimiento: el 2 de mayo de 2003.
“Mi amor si algún día ya no regreso solo te pido que recuerdes lo mucho que te amo y digas: se me fue mi enojón berrinchón y celoso. J.G.L .Eduardo Lerma Nito 02 mayo 2003 Cortázar, Guanajuato”, se puede leer en el texto.
De acuerdo con la ficha de búsqueda emitida por la Comisión Estatal de Búsqueda de Jalisco, el joven fue reportado como desaparecido el 26 de febrero del 2024, en San Juan de los Lagos.
Indira Navarro, fundadora de Guerreros Buscadores de Jalisco, informó que la familia de Eduardo ya buscan contactar con la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas.
Así es como el CJNG recluta a jóvenes con falsas ofertas de empleo
Sobrevivientes al campo de adiestramiento del CJNG en Teuchitlán, Jalisco, relataron al colectivo cómo fue que lograron escapar de aquel lugar y el “gancho” con el que sicarios engañaban a hombres y mujeres.
Se trataba, en su mayoría, de jóvenes que habían sido reclutados a través de redes sociales, en particular Facebook, con la fachada de ofrecerles un trabajo con un sueldo atractivo. Sin embargo, pronto descubrieron que estas ofertas son falsas.
Según los testimonios, las personas llegaban a las estaciones de autobuses de Tlaquepaque y Zapopan, donde esperaban a que pasaran por ellos para trasladarlos al supuesto centro de trabajo. Luego eran subidos a un vehículo en donde les quitaban el celular y les tapaban la cabeza, dejándolos completamente incomunicados.
“Algunos tuvieron oportunidad de despedirse de sus familias, otros ya no. Al llegar al lugar los formaban en filas, uno de ellos comenta que los nombran y pasan lista por apodos. A los que no tenían apodo se lo asignan”, contó Indira Navarro en entrevista con Azucena Uresti.
En las primeras etapas del adiestramiento debían realizar ejercicios físicos y si cometían un error, los asesinaban. “En alambres de púas, había que pasar pecho tierra y si alguien quedaba atrapado también lo mataban”, así lo narraron quienes estuvieron recluidos.
Con información de EFE.