Las brechas en la inclusión financiera en México tienden a reducirse, si bien prevalecen retos, entre los que se encuentran la inclusión de la población hablante de lengua indígena, en particular las mujeres.
El año pasado el porcentaje de población adulta con un producto financiero formal fue de 76.5 por ciento , más de ocho puntos arriba que en 2021, 2018 y 2015, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2024, levantada por el INEGI y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
De lo anterior se desprende que prácticamente uno de cada cuatro mexicanos de 18 a 70 años no tiene una cuenta de ahorro o de depósito, un crédito, un seguro o una cuenta de ahorro para el retiro o Afore.
En la presentación de la ENIF, el secretario de Hacienda, Edgar Amador, destacó que cerca de 8 de cada 10 personas en el país ya cuentan con al menos un producto financiero formal, lo que ha sido resultado principalmente de dos factores.
Por un lado, la expansión de los programas sociales ha abierto las puertas del sistema financiero a una parte importante de la población.
De acuerdo con los resultados de la encuesta, el 96 por ciento de las personas beneficiarias de programas sociales tiene al menos una cuenta de depósito.
El otro aspecto es la expansión del uso de internet y los dispositivos digitales , que se aceleró después de la pandemia y ha impulsado también una mayor inclusión, particularmente entre la población más joven.
Las personas de 18 a 29 años han sido las más propensas a contratar sus productos financieros por medios digitales , y alrededor del 90 por ciento de esta población utiliza una aplicación de celular para administrar sus cuentas, subrayó el funcionario.
Según la ENIF, el 63 por ciento de los adultos mexicanos tiene una cuenta de ahorro formal en una institución financiera que permite a la persona depositar y retirar su dinero.
Por sexo, el 58,6 por ciento de mujeres y el 68 por ciento de hombres contaban con una cuenta de ahorro formal en 2024.
En cuanto a las formas de ahorro de la población, en 2024 el 36,6 por ciento “ahorró exclusivamente de manera informal” , mientras que el 8,2 por ciento lo hizo “sólo a través de cuentas formales”.
Además, el 37.3 por ciento de la población adulta tiene al menos un crédito formal, es decir, una tarjeta de crédito departamental o una bancaria, un crédito a la vivienda o personal, entre otros productos.
Esto es un botón de muestra de que, pese la mejora en la ‘conducta financiera’ de la población en los últimos años, el espacio de inclusión en México aún es muy grande.
En términos del uso de infraestructura financiera, el 77,6 por ciento de la población adulta utilizó algún canal financiero.
De esta población, en el último año el 79,2 por ciento usó cajeros automáticos; 62.8 por ciento, sucursales bancarias, y 56.5 por ciento, corresponsales financieros en establecimientos comerciales.
Esto significa, como lo dijo el secretario de Hacienda, que la digitalización no ha desplazado el uso de los canales tradicionales.
Otro hallazgo de la ENIF 2024 es que, pese al mayor conocimiento y uso de canales digitales, el efectivo sigue siendo el medio de pago predominante en el país.
En las compras de 500 pesos o menos, 85 de cada 100 adultos prefieren el efectivo. En el caso de los pagos de 501 pesos o más, prácticamente 73 de cada 100 optan por utilizar billetes y monedas.
Edgar Amador afirmó que, pese a los avances que tiene la inclusión financiera en México, aún hay brechas que deben ser atendidas.
Destacó que los resultados de la ENIF muestran mejoras en la inclusión de grupos en situación de vulnerabilidad, como la población adulta mayor y las personas en localidades rurales.
Sin embargo, reconoció que la población aún desconfía del sistema bancario:
“Otra tarea pendiente que nos muestran los resultados de la ENIF es el importante trabajo que se requiere en conjunto para fortalecer la confianza de la población en las entidades del sistema financiero. Cerca de la mitad de la población considera que las entidades financieras no resolverían sus quejas y reclamaciones, y casi el 40 por ciento considera que su dinero no estaría seguro en ellas”.
Entre los temas que deben tener relevancia para este gobierno, promover la inclusión financiera debe ocupar un lugar destacado , pues los menores niveles de inclusión y la exclusión financiera incrementan la desigualdad y la pobreza.