En las últimas semanas, las condiciones económicas y políticas han transformado las estrategias de inversión en los Estados Unidos abriendo nuevas oportunidades, especialmente en Texas, un estado clave tanto por su tamaño como por su dinámica economía.
De acuerdo con un estudio realizado por la universidad de Stanford en 2024, Texas es el segundo estado con mayor número de transacciones de compraventa de empresas por parte de Acquisition Entrepreneurs, sólo tras el estado de California. Las generaciones de los baby boomers; personas nacidas entre 1946 y 1964, se encuentran en un punto de transición empresarial, lo que genera un mercado para aquellos interesados en adquirir empresas.
Este fenómeno se da en un contexto en el que los aranceles impuestos por la administración de la Casa Blanca están afectando la competitividad de productos mexicanos, haciendo que las inversiones en empresas texanas sean cada vez más atractivas, por sus múltiples ventajas y la protección frente a la incertidumbre política y económica entre México y EE.UU. Los baby boomers, que dominan las empresas familiares, se están acercando a la jubilación.
Según un informe de la National Association of Realtors, aproximadamente el 50% de los dueños de pequeñas y medianas empresas en EE.UU. se encuentran entre los 55 y 75 años de edad. Estos empresarios están enfrentando un problema de sucesión que los lleva a vender sus negocios.
Esto ha creado un mercado interesante para los inversionistas, quienes pueden adquirir empresas a múltiplos atractivos de EBITDA. En EE.UU. las pequeñas empresas, con ingresos de menos de US$10 millones, suelen tener múltiplos de EBITDA más bajos, típicamente entre 3x y 5x, sin embargo, dependiendo de su historial de rentabilidad y base sólida de clientes, los múltiplos pueden ser más altos. Mientras tanto, las empresas medianas, con ingresos entre US$10 millones y US$100 millones, generalmente se encuentran en un rangos de 5x a 7x EBITDA.
El tamaño y el crecimiento potencial son factores determinantes que, en muchos casos, resultan ser más atractivos que los mismos sectores en México.
La necesidad de vender sus empresas ha aumentado la oferta de negocios en Texas, lo que brinda una oportunidad de oro para adquirir compañías bien establecidas con una base sólida de clientes y activos. Las empresas familiares suelen tener buenos márgenes, sin la presión de accionistas o expectativas de crecimiento de las empresas cotizadas en bolsa.
Esto permite que los compradores negocien precios que reflejan una relación de valor razonable. Además, Texas es un estado con una economía sólida. Se espera que en 2025 su economía alcance los 2.6 billones de dólares, convirtiéndose en la segunda economía más grande de EE.UU., después de California, y la octava más grande del mundo, por sobre países como Rusia, Canadá, México, o Italia. Texas incentiva la inversión debido a su bajo costo de vida, un sistema fiscal favorable y una infraestructura de alta calidad.
La administración de la Casa Blanca, especialmente en las últimas semanas, ha implementado políticas comerciales que incluyen la imposición de aranceles sobre productos importados.
Estos cambios, dirigidos principalmente a productos provenientes de China y otras regiones como Canadá y México, han alterado significativamente las cadenas de suministro y la competitividad de sus productos. Esto ha creado un entorno incierto para las empresas que dependen de la importación y exportación de bienes, generando un riesgo considerable para los productos al margen del T-MEC.
Las empresas texanas, muchas de las cuales están orientadas al mercado interno, representan una opción atractiva para los inversionistas que buscan reducir su exposición a estos riesgos arancelarios.
Texas, debido a su proximidad con México y su rol como un centro de manufactura, tecnología, y comercio, ofrece una ventaja competitiva para aquellos inversionistas que deseen minimizar los efectos negativos de las políticas arancelarias. Aunque México sigue siendo un socio comercial clave de EE.UU., los nuevos aranceles han encarecido algunos productos, lo que ha favorecido a las empresas de Texas, que pueden ofrecer productos similares a precios más competitivos.
En este contexto, adquirir empresas texanas permite a los inversionistas diversificar su portafolio y beneficiarse de una menor exposición a la volatilidad de los precios internacionales.
Las empresas texanas pueden ser vistas como un refugio en tiempos de incertidumbre arancelaria. Texas abre una ventana única para aquellos que estén listos para aprovechar las oportunidades y asegurar el futuro de sus empresas en el dinámico ambiente que impera en la economía global.
El Dr. Cárdenas es profesor de EGADE Business School y es autor del libro: Financiando el Futuro. Es Socio de Ascendis Capital, Visiting Entrepreneur en IESE Business School Nueva York, y mentor en Harvard Innovation Labs Boston.