Decano de la Escuela de Ciencias Sociales de la UDLAP.
La competencia entre China y Estados Unidos, además de ocurrir en lo político y militar, se manifiesta en lo económico y tecnológico. China ya es la mayor economía del mundo cuando el PIB se mide en términos de paridad del poder de compra, pero se mantiene lejos de EU en términos de producto per cápita. Tecnológicamente China está muy cerca de desbancar a EU en distintos sectores o ya lo ha logrado, incluyendo la inteligencia artificial, la economía limpia y los microprocesadores. Mientras tanto, EU se empeña en hostigar a sus universidades por permitir la libertad de expresión, retirando fondos de investigación y acosando a mentes brillantes que prefieren evitar un ambiente hostil.
Una mayor integración y cooperación económica, y un mejor funcionamiento de organismos y acuerdos internacionales son condiciones necesarias, aunque insuficientes, para mantener la paz global. La gran pregunta es cómo lograr un nuevo equilibrio global sin EU que asegure la prosperidad y la paz.
Además de evitar una catástrofe climática o planetaria, un enorme reto es impedir un conflicto bélico entre Europa y Rusia o entre China y EU, que pudiera escalar a una guerra nuclear. Para lograrlo es requerido un poder militar nuclear disuasivo para que los costos del conflicto sean claramente insoportables para cualquiera evitando así la destrucción mutua, pero también se requiere crear y mantener intereses compartidos, lo que bajo las circunstancias actuales se ve complicado por el regreso de Trump y la belicosidad de China en Asia y Rusia en Europa.
La democracia es el enemigo a vencer para las dictaduras, a la vez que las dictaduras suelen enfrentase como sucedió durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la Alemania Nazi buscó derrotar a los países democráticos en Europa Occidental y luego se lanzó en una lucha de exterminio contra la Unión Soviética.
Mantener un poder militar disuasivo frente a Rusia y China sin los EU es de vital importancia. Japón, Corea del Sur, Australia, Canadá y la India deberán estrechar vínculos económicos con China a la vez que aumentan su poder disuasivo militar conjunto. Para los europeos, es fundamental desarrollar un poder militar disuasivo para evitar que Rusia invada a países vecinos frente al posible retiro de EU de la OTAN.
Las economías democráticas e integradas difícilmente entrarán en un conflicto bélico, como lo demuestra la evolución de la Unión Europea a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, donde su integración y gobernanza han sido un modelo a seguir a nivel global, salvo para la extrema derecha americana y europea, Rusia y China.
La propuesta económica trumpista está destinada al fracaso por ser un mercantilismo de fines del siglo 18 en pleno siglo 21, lo que provocará un mundo más proteccionista, nacionalista, inflacionario y recesivo, con graves consecuencias geopolíticas.
Las políticas de Trump en diversos ámbitos están causando importantes reacciones en EU. Existen protestas por despidos masivos de la burocracia; sospechas de corrupción y enriquecimiento ilícito; un poder judicial dividido entre progresistas y conservadores, con una suprema corte pro-Trump; rebeliones crecientes de republicanos que se manifiestan en contra del mercantilismo trumpista por sus efectos económico-electorales.
Lo ideal sería la derrota del partido republicano en las elecciones intermedias de EU, buscando corregir las fallas que llevaron a su entronización, pero Trump no reconocerá derrota. A pesar de sus fechorías, los demócratas no han logrado inhabilitarlo.
Las políticas del trumpismo, basadas en xenofobia y proteccionismo, están convertido a EU en un país atrasado. Independientemente de si se logra una reacción demócrata positiva en EU, el mundo libre debe buscar alternativas sin EU para lograr la paz y la prosperidad.