El presidente Donald Trump inició una investigación sobre la necesidad de imponer aranceles a minerales críticos, la última acción en una guerra comercial en expansión que se ha dirigido a sectores clave de la economía global.
La orden, que Trump firmó este martes 15 de abril, exige que el secretario de Comercio inicie una investigación de la Sección 232 bajo la Ley de Expansión Comercial de 1962 para “evaluar el impacto de las importaciones de estos materiales en la seguridad y resiliencia de Estados Unidos”, de acuerdo con una hoja informativa de la Casa Blanca.
Si el secretario considera que las importaciones de minerales críticos amenazan con “perjudicar la seguridad nacional y el Presidente decide imponer aranceles”, esos gravámenes reemplazarían a los llamados aranceles recíprocos actuales, que Trump anunció a principios de abril para los socios comerciales de Estados Unidos.
La orden abarca minerales críticos, incluyendo tierras raras, considerándolos como componentes esenciales de nuestra base industrial de defensa y cruciales para la construcción de motores a reacción, sistemas de guiado de misiles, computadoras avanzadas, así como equipos de radar, óptica y comunicaciones. La orden también abarca el uranio, así como minerales críticos procesados y sus productos derivados.
De acuerdo con el decreto, se espera que el secretario de Comercio entregue los resultados de su investigación dentro de 270 días.
Trump había anunciado la medida en los últimos días, sugiriendo que su administración podría considerar la imposición de gravámenes a minerales críticos, tras otros aranceles sectoriales que ha impuesto al acero y el aluminio, los automóviles y las autopartes.
El lunes, la administración de Trump también anunció el inicio de investigaciones sobre las importaciones de semiconductores y productos farmacéuticos, también lideradas por el Departamento de Comercio.
El mes pasado, Trump también invocó poderes de emergencia para impulsar la capacidad de Estados Unidos de producir minerales críticos, como parte de un amplio esfuerzo para impulsar el desarrollo de los recursos naturales nacionales y reducir la dependencia del país de las importaciones extranjeras. Esta orden busca proporcionar financiamiento, préstamos y otras ayudas a la inversión para procesar minerales críticos a nivel nacional.
A pesar de poseer algunos de estos minerales, Estados Unidos importa actualmente una cantidad significativa, lo que genera riesgos económicos y de seguridad, según la Casa Blanca. La administración afirmó que EU depende de las importaciones de al menos 15 minerales críticos y que el 70 por ciento de las importaciones de tierras raras provienen de China.
Los minerales críticos se utilizan en una amplia gama de equipos de defensa, automóviles, viajes espaciales, baterías y otros, pero Estados Unidos depende de China y otras naciones para la mayor parte de su suministro.
La orden de Trump se produce en un momento en que China toma represalias contra los aranceles estadounidenses mediante nuevas restricciones a la exportación de estos minerales, que se prevé tendrán un amplio impacto en Estados Unidos, Europa y Japón. La lista más reciente de tierras raras restringidas incluye el samario, el gadolinio, el terbio, el disprosio, el lutecio, el escandio y el itrio, utilizados en pantallas e imanes potentes, así como en tecnología médica crucial.
Trump ha implementado aranceles radicales en un intento por impulsar la producción manufacturera y energética de Estados Unidos y generar nuevos ingresos para el gobierno federal. Sin embargo, estas medidas han inquietado a los mercados, preocupados por la posibilidad de que los gravámenes del presidente carguen a los consumidores con precios más altos, interrumpan las cadenas de suministro internacionales y reduzcan el comercio, lo que podría llevar a la economía mundial a una recesión.
A principios de abril, Trump impuso, y luego suspendió rápidamente aranceles más altos a unos 60 socios comerciales de EU, con el fin de darles tiempo para negociar acuerdos que eviten el aumento de los gravámenes de importación. Esta suspensión no ha disuadido al presidente de avanzar con aranceles sectoriales.