Alrededor de 70 por ciento de los policías municipales en México recibe un sueldo menor al recomendado y reconocido por el gobierno federal, aseguró Mariana Campos, directora general de México Evalúa.
En la presentación de su informe Policía Desprotegida. Ruta para la Dignificación Laboral, la directora remarcó que las carencias que viven los agentes de seguridad se suman a los peligros que conlleva su trabajo.
“Esto se suma a su creciente exposición de riesgos letales por la diversificación del crimen, lo que provoca que muchos elementos, lamentablemente, abandonen la carrera policial”, sostuvo.
Dentro de su informe, la entidad expuso que “el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) estima que el ingreso necesario para que las y los policías, junto con sus familias, puedan llevar una vida digna es de 16 mil 688 pesos netos mensuales”.
Por otro lado, Campos remarcó que los agentes municipales también sufren graves carencias, como el seguro social, pues únicamente 19 por ciento de ellos cuenta con este servicio.
“Una de las actividades más riesgosas que alguien puede desempeñar, y más en el contexto que vive México, es el ser policía y la seguridad social es un esquema importantísimo”, remarcó Campos.
“No podemos esperar un desempeño excepcional si las policías enfrentan condiciones laborales tan precarias. Prácticamente estas condiciones laborales los condenan a la pobreza patrimonial”.
Advirtió que con lo anterior los únicos que ganan son los grupos del crímen organizado, ya que los jóvenes no tienen los incentivos correctos para entrar a las academias de la policía. “En las últimas semanas han habido análisis y trabajos que hablan de cómo las industrias criminales tienen una capacidad muy efectiva de atraer el talento, a los jóvenes. Deberíamos cambiar los incentivos”, aseveró.
Sin embargo, señaló que eso no va a suceder mientras no se tengan las herramientas para protegerlos y darles las condiciones necesarias.
“Estamos en un círculo de deterioro institucional con graves impactos en la calidad de vida de las comunidades. Si no cuidamos a quienes nos deben cuidar, el problema no se queda en las policías y sus familias. Nos afecta a todas las comunidades”, concluyó.