A juzgar por los indicadores más recientes de la actividad económica, por el momento se disipa el riesgo de una recesión leve en México, pero mantiene un desempeño débil.
La economía mexicana habría registrado un crecimiento moderado en el primer trimestre del año, aunque cercano a cero o prácticamente nulo.
Esto, después de que en el cuarto trimestre de 2024, el PIB de México tuvo una contracción de 0.6 por ciento con cifras ajustadas por estacionalidad.
Este viernes el INEGI informó que en febrero de 2025, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) presentó un repunte sorpresivo de 1.0 por ciento mensual, su mayor crecimiento en un mes desde abril de 2023.
Además, la cifra del IGAE de enero se revisó al alza a un incremento de 0.1 por ciento desde una contracción de 0.2 por ciento mensual, con lo que pasó de territorio negativo a positivo.
Sin embargo, el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), publicado el martes pasado, estima que la actividad económica habría tenido un nulo crecimiento mensual en marzo.
Si bien la información para el primer trimestre de 2025 aún es incompleta, se anticipa que en ese periodo la actividad económica mantuvo su debilidad.
Gracias a la revisión al alza del IGAE de enero y a su repunte sorpresivo en febrero, el país habría esquivado la ‘recesión técnica’ en el primer trimestre de este año.
Antes del reporte del IGAE, los economistas de Citi México habían proyectado una contracción de 0.4 por ciento trimestral del PIB entre enero y marzo pasados, después de la caída de 0.6 por ciento entre octubre y diciembre precedentes.
“Así lo estamos viendo, una contracción en el primer trimestre y como ya se contrajo en el cuarto trimestre de 2024, eso es la definición más simple de recesión, que son dos trimestres de contracción consecutivos”, dijo a quien esto escribe el economista en jefe de Citi para México, Julio Ruiz.
“Pero esperamos algo de recuperación durante el resto del año y eso hace que nuestro pronóstico para todo el 2025 sea positivo en 0.2 por ciento, que igualmente es un crecimiento bastante débil”, abundó el experto.
En la encuesta quincenal más reciente de Citi México, la del 22 de abril, el pronóstico de los analistas de mercados para el crecimiento de nuestra economía este año se redujo de 0.3 a 0.2 por ciento, que está en línea con el del propio Citi.
Todavía no se tiene la expectativa de que en todo 2025 el PIB de México se ubique en terreno negativo, pero tendría uno de los peores desempeños entre los países de América Latina a los que da seguimiento Citi.
Los factores por los cuales la actividad económica en el país continuaría mostrando debilidad hacia delante son básicamente dos, ambos externos:
El principal viento en contra es la política comercial México-Estados Unidos, pues “hasta que no tengamos claridad de cuál va a ser el escenario final de aranceles y de la renegociación o revisión del T-MEC, va a seguir estando presente esta incertidumbre que va a mitigar el panorama de inversión”, dijo Ruiz.
El segundo es la desaceleración de la actividad económica en Estados Unidos, que también tendrá un efecto negativo sobre la economía mexicana.
A ambos factores externos se agrega, en el ámbito interno, el posible impacto de la reforma judicial en la confianza de los inversionistas ante los retos que plantea para el marco jurídico del país a partir de septiembre.
Lo que sí influyó negativamente en el sentimiento de los inversionistas fue el recorte en la previsión de crecimiento para México en 2025 por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El organismo anticipa que la economía mexicana se contraerá 0.3 por ciento este año, lo que implica un fuerte recorte desde su pronóstico de enero de un crecimiento de 1.3 por ciento.
México es el único país que este año enfrentará una caída en el PIB, según el FMI, que esta semana celebró en Washington, DC, sus reuniones de primavera junto con el Banco Mundial (BM).
Por su parte, el BM revisó a la baja su proyección para el PIB de México en 2025 a un crecimiento económico de cero desde uno de 1.5 por ciento anticipado previamente, ubicándolo como el país de peor desempeño en la región de América Latina.
De manera que el crecimiento de 0.2 por ciento previsto por el consenso de analistas para la economía mexicana este año luce optimista frente a las expectativas de los organismos de Bretton Woods.