Van al menos 780 personas migrantes detenidas en Florida, Estados Unidos, luego de una serie de operativos del Gobierno de Donald Trump y el de Ron DeSantis para acelerar las deportaciones.
Recientemente se informó que en la última semana, como parte de los esfuerzos de Trump por acelerar la expulsión de personas migrantes, comenzó a involucrar a gobiernos locales, y Florida, siendo una de las entidades con más personas migrantes, es clave para su ofensiva y aumento de las deportaciones.
Los datos oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) apuntan a que los migrantes detenidos son aquellos que tienen ordenes de deportación definitivas, según reportó The New York Times.
Además, 275 de los migrantes detenidos tienen orden definitiva para expulsión, por lo que más de una cuarta parte de los detenidos en Florida durante los últimos días no podrán encontrar recursos para quedarse en suelo estadounidense.
Las deportaciones masivas fue una de las propuestas más ambiciosas de Donald Trump durante su campaña presidencial; sin embargo, el ritmo de las deportaciones ha sido lento a comparación de lo prometido, por lo que su administración ha buscado el apoyo de las autoridades estatales.
Sumado a estos esfuerzos, los agentes migratorios tienen la posibilidad de realizar arrestos ‘colaterales’, mismos que permiten detener a migrantes que no eran inicialmente buscados, pero que sí eran cercanos a personas buscadas por el ICE.
Algunas de las personas que tienen órdenes de deportación son aquellas que no acudieron a audiencias con jueces, y aunque no tengan antecedentes penales y están de manera legal en Estados Unidos.
Tessa Petit, directora ejecutiva de la Coalición de Inmigrantes de Florida, remarcó los riesgos de esta clase de medidas, ya que considera que las deportaciones masivas van a “desintegrar familias”, además de que hacen que Florida deje de ser el estado “acogedor” que fue en el pasado para las personas migrantes.
Florida, con el gobernador Ron DeSantis a la cabeza, se ha convertido en uno de los principales socios del Gobierno del presidente Donald Trump y su plan de deportaciones masivas.
En febrero pasado, DeSantis firmó dos amplias leyes que endurecen las condiciones de los inmigrantes irregulares y facilitan en este estado la aplicación de la agenda migratoria del mandatario estadounidense.
Las iniciativas establecen penas más severas para los inmigrantes indocumentados que cometen delitos, requisitos de aplicación de la ley más estrictos para los funcionarios locales y cambios en el controvertido programa estatal de transporte de migrantes.
Florida ha dado a su policía poder para cuestionar el estatus legal de los residentes. Sin embargo, esta medida ha generado críticas por el perfil racial que puede generar.
Un ejemplo de esto fue el arresto la semana pasada de Juan Carlos López Gómez, de 20 años, un ciudadano estadounidense al que un agente de la Patrulla de Caminos de la Florida arrestó por supuestamente ser indocumentado.
El joven fue detenido cuando viajaba como pasajero en un vehículo que ingresó al estado desde Georgia. López Gómez tuvo que presentarse frente a un juez y no fue liberado sino hasta que su madre presentó su certificado de nacimiento.
Con información de EFE y The New York Times.