El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, adelantó que la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá podría iniciar en el segundo semestre de 2025, incluso antes de lo previsto por el presidente estadounidense Donald Trump.
El lunes, en su participación en el ‘Summit Comercio México–Norteamérica: Más allá del T-MEC’, ante empresarios de la Coparmex, Ebrard indicó que, con base en el análisis y los anuncios del gobierno estadounidense, se espera que las negociaciones empiecen durante la segunda mitad del año.
“Estamos estimando que (la revisión) inicie después de los próximos tres meses que anuncia el gobierno de Estados Unidos, que va a estar concentrado en la negociación del sistema (de aranceles) que describo. Y ahí seguramente vamos a llegar a esa revisión del tratado”, dijo el funcionario mexicano.
Ayer, en un evento para la entrega del distintivo Hecho en México, Ebrard apuntó que adelantar la revisión podría convertirse en una estrategia para incentivar la inversión extranjera y reducir la incertidumbre económica.
El Capítulo 34 del T-MEC establece que a partir del sexto año de su entrada en vigor se realizará una revisión de este tratado, es decir, en julio de 2026.
Las declaraciones de Ebrard contrastan con lo dicho por Trump, quien la semana pasada afirmó que el próximo año su gobierno podría ajustar o incluso terminar el T-MEC, argumentando que el tratado ha sido efectivo, pero que “no todos lo han respetado”.
La revisión anticipada del tratado puede representar una oportunidad, pero también un desafío para México, si con las reformas constitucionales del ‘Plan C’ y otras más recientes, como la que se discute en el Congreso sobre telecomunicaciones y radiodifusión, se acusa al país de violar sus obligaciones en el T-MEC.
Sería darle la razón a Trump cuando dice que “se tiene que respetar el tratado y eso ha sido un problema”, porque “no lo han respetado”.
Lo que está en juego es la integración y vinculación con la mayor economía del mundo, de la que México no sólo es su primer socio comercial, sino su principal proveedor de mercancías.
A pesar de la imposición de aranceles a productos mexicanos por parte de Trump, las exportaciones de México hacia Estados Unidos alcanzaron un nuevo récord histórico en el tercer mes de 2025, según los datos oficiales del gobierno estadounidense.
En marzo, los envíos de productos mexicanos al país vecino del norte sumaron 47 mil 982 millones de dólares, cifra sin precedente que representa un repunte de 15.4 por ciento anual.
México se mantiene como el principal proveedor de mercancías para el mercado estadounidense. Los productos mexicanos representaron el 14 por ciento del total de compras externas de Estados Unidos en marzo.
El comercio total de mercancías entre ambos países, sumando exportaciones e importaciones, alcanzó 77 mil 344 millones de dólares en marzo de 2025, un incremento de 13 por ciento en comparación con el mismo mes del año pasado.
México mantuvo su posición como principal socio de Estados Unidos, con una participación de 14.5 por ciento en el comercio exterior de la primera economía mundial.
Canadá y China se ubicaron en segundo y tercer lugar, con participaciones de 12.6 y 7.7 por ciento, respectivamente.
En el acumulado del periodo enero-marzo de 2025, los envíos de mercancías procedentes de México sumaron 131 mil 299 millones de dólares y experimentaron un crecimiento de 9.6 por ciento en comparación con el mismo trimestre del año anterior.
Entre enero y marzo México también fue el mayor proveedor de mercancías a Estados Unidos y a la vez, su principal socio comercial, con participaciones de 13.8 por ciento en las compras estadounidenses del periodo y de 14.6 por ciento en su comercio total.
Las medidas anunciadas por la administración de Trump para otorgar un trato preferencial a las mercancías mexicanas exportadas a Estados Unidos bajo el T-MEC disminuyen el arancel efectivo para México, lo que puede llevar al país a ampliar su participación en las importaciones estadounidenses.
Pero no hay que descartar que durante la revisión del T-MEC, el gobierno de Estados Unidos busque endurecer las disposiciones de origen –reglas de contenido regional– y laborales para que un producto mexicano pueda recibir el tratamiento arancelario preferencial.