Faltan menos de 400 días para la ceremonia inaugural del Mundial de Futbol 2026, que está programado para levarse el 11 de junio de 2026, en lo que hoy es el Estadio Azteca ubicado en la Ciudad de México. Faltan menos de 400 días para que inicie este magno evento cuando en este momento un porcentaje importante del país controlado (entre 40 por ciento a 60 por ciento, según diferentes expertos) por organizaciones criminales, ahora considerados como terroristas por Estados Unidos, Canadá y Europa.
Y aun con el cambio de la estrategia de “Abrazos y no Balazos” de la presidenta Claudia Sheinbaum, a menos de 400 días del inicio del Mundial, es difícil visualizar que el gobierno de México pueda mitigar suficientemente la crisis de seguridad ante los ojos de la FIFA y los encargados de seguridad de los países participantes.
Y es que, la crisis de violencia y desapariciones en México no se puede resolver antes del sorteo en diciembre de este año, cuando se define dónde jugarán los diferentes países en los 11 juegos que se llevarán a cabo en México.
Y aunque las autoridades mexicanas argumenten que hay control en las 3 sedes- Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara-esto no será suficiente. Cuando se lleva a cabo un evento como el Mundial de Futbol, no es suficiente resolver la seguridad en las sedes, sino se tiene que evaluar y estudiar cuál es la situación de seguridad del país y su infraestructura crítica como los aeropuertos, los puertos en donde llegarán embarques, las carreteras, y la red eléctrica y de internet, solo por mencionar algunos ejemplos.
Y sobre todo está la preocupación que ha expresado Estados Unidos sobre el control de México en la frontera sur y la frontera con Estados Unidos.
Pero hay un problema adicional, que tiene que ver con la actitud que ha tomado Donald Trump y las preocupaciones que ha expresado sobre la actual estrategia de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Cada vez que Trump sugiere que hay que enviar tropas estadounidenses a México para enfrentar a estos “grupos terroristas”, debilita la credibilidad de la presidenta ante el mundo. También aumenta la desconfianza, y se reduce la cooperación y coordinación necesarias para detener posibles atentados de terroristas extranjeros.
También hay que agregar que no es muy claro qué tan solidario será el otro socio del Mundial, que es Canadá; ha habido un distanciamiento entre ambos gobiernos, en parte por las diferentes tácticas que ha tomado Canadá y México ante los embates de Trump con su guerra de aranceles. Porque la estrategia de seguridad para el Mundial del 2026 va a requerir una cercana colaboración de confianza entre los tres países anfitriones, asegurando que las fronteras estén blindadas para no permitir el paso de grupos terroristas extranjeros que buscarían usar el mundial como una plataforma para llevar a cabo actos terroristas, no solamente en contra de los Estados Unidos, sino otros intereses que estén representados por los diferentes equipos que van a participar en este mundial.
Hay otro tema que está creando fricción en la relación bilateral, que tiene que ver con el TMEC, ese acuerdo comercial firmado por México, Estados Unidos y Canadá. Según el capítulo 34, fracción 7 del TMEC, la revisión de este tratado comercial debería de definirse en julio de 2026. Ante la estrategia comercial de Donald Trump, de vincular el comercio entre Canadá y México, a los pasos que se tomen para detener el tráfico del fentanilo a Estados Unidos, esto incrementará la fricción entre los tres países anfitriones.
Finalmente, para ponerle un turrón al pastel de desastre que será el 2026, no podemos olvidar que el año entrante, el 3 de noviembre, hay elecciones intermedias en Estados Unidos, donde estarían en juego ambas cámaras legislativas que hoy controla Donald Trump y el partido Republicano. A 100 días de que tomó protesta, Donald Trump tiene el nivel de aprobación más bajo de cualquier presidente estadounidense en los últimos 80 años. No sorprendería que, además de la eventualidad de una desaceleración o recesión de la economía estadounidense en el 2026, Trump decida recurrir de nuevo a su “piñata” favorita que es México, provocando una severa crisis en la relación bilateral entre ambos países. El impacto de estas elecciones lo abordaremos con más detalle en la siguiente entrega.