En el mundo competitivo, cada época tiene sus propios paradigmas y modelos a seguir que marcan un contexto de desarrollo para la organización que busca evolucionar y estar a la vanguardia.
En este momento, el concepto de ágil se presenta como la fórmula incuestionable del momento para propiciar la competitividad y tiene mucho sentido. La época que vivimos demanda de acción, velocidad, así como estructuras esbeltas y fluidas que se adapten a los cambios y permita la ejecución de procesos con dinamismo. No hay discusión.
Sin embargo, un riesgo potencial que corren algunas empresas es que “actuar rápido” puede llegar a ser, culturalmente, valorado por encima de actuar con procesos de reflexión, ya que la época de ágil “así lo sugiere”. A lo largo del tiempo hemos visto esos casos, donde un paradigma inclina la balanza a un sólo lado, de manera disfuncional, eclipsando perspectivas complementarias; en este caso, hacer las cosas rápido no es lo mismo que optimizar el resultado.
La clave aquí es el balance, y por ello es importante asegurar que los Líderes de la organización cuenten con habilidades que, ante una situación de reto, puedan ser capaces de reflexionar en la justa medida y actuar de la mejor manera posible, ante un escenario con grados de libertad de acción reducidos y de alta presión por los resultados (en varios artículos del management lo mencionan como “ambidexterity” o ambidestreza, la capacidad de reflexionar y de ejecutar inteligentemente).
Existen cuatro habilidades pensantes complementarias que no debemos pasar por alto y que permiten a los Líderes actuar con agilidad, pero también contar con procesos reflexivos en la dosis correcta; nos referimos a Pensamiento Estratégico, Pensamiento Crítico, Pensamiento Sistémico y Pensamiento Creativo. ¿Qué puede aportar cada una de estas competencias al líder en el día a día? Algunas reflexiones:
Pensamiento Estratégico es la capacidad del líder para formular una solución a las situaciones que enfrenta, considerando fortalezas y oportunidades. Permite visualizar escenarios y decidir tácticas para optimizar el resultado.
Pensamiento Crítico es la capacidad de analizar y evaluar información para formar un juicio propio y bien fundamentado, evitando sesgos y falacias. Implica ser capaz de cuestionar, analizar e interpretar la información disponible para llegar a conclusiones lógicas y racionales.
El Pensamiento Sistémico es una forma de analizar la realidad entendiendo los fenómenos como partes interconectadas de un todo, en lugar de elementos aislados. Se centra en comprender las relaciones e interacciones entre las partes para entender el funcionamiento del sistema en su conjunto y así solucionar problemas complejos.
El Pensamiento Creativo es la habilidad del líder para generar ideas originales y encontrar soluciones innovadoras a problemas y desafíos, a pesar de los obstáculos o las restricciones de la situación, combinando imaginación, conocimientos y flexibilidad.
Cada competencia, por sí misma, es muy poderosa para que un líder en la organización, en una posición de influencia, pueda tomar mejores decisiones apoyado en modelos mentales enriquecidos y complementarios.
Con mejores herramientas mentales para enfrentar situaciones más complejas, se podrán considerar diferentes perspectivas y factores relevantes, evitando decisiones impulsivas, basadas en emociones o prejuicios.
Atendiendo a la pregunta de ¿cómo desarrollar este tipo de pensamiento reflexivo en los líderes o ejecutivos de alto potencial de manera práctica?, podemos recomendar:
- Desarrollar las habilidades a través de educación ejecutiva y formación continua
- Invitar a los líderes a participar en proyectos estratégicos de la empresa
- Integrarlos en los procesos de revisión de la estrategia y elaboración de planes estratégicos de la organización
- Pedirles diagnosticar posibles soluciones a problemáticas complejas en la empresa
- Invitarlos a comités estratégicos para atacar oportunidades de negocio
- Integrarlos en iniciativas para la adaptación o transformación organizacional
- Involucrarlos en el desarrollo armónico de la organización, partiendo del diagnóstico estructural y funcional, a través de tableros de indicadores estratégicos
- Fomentar procesos de reflexión sobre temas críticos que puedan detonar resultados de alto impacto en la rentabilidad y desempeño del negocio
Estas habilidades del pensamiento ejecutivo permiten una mejor toma de decisiones, desde aquellas que se toman de manera ágil hasta aquellas que requieren reflexión. Invertir en el desarrollo de estas habilidades permitirá cosechar mejores dividendos.
El autor es Consultor y Profesor de Cátedra del Departamento de Estrategia y Liderazgo de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.
Contacto: alfonso.cornejo@tec.mx