El año pasado, junto con otros colegas como son la Dra. Ana Rosa Leal, el Dr. Mario Vázquez y el Dr. Eduardo Aguinaga, publicamos un estudio sobre la enseñanza e investigación de la ética de los negocios. Nuestro estudio*, centrado en México, forma parte de un esfuerzo global de presentar cómo se afronta este tema en los distintos países del mundo.
Por más que pasen los años, el tema de la ética es un tema universal que va a seguir al ser humano. Y, por ende, a todas las actividades que este haga, como son los negocios. En el estudio mencionado, se vio que México es un país con muchos retos en el ámbito de la ética de negocios.
Es un país que enfrenta distintas situaciones estructurales que tienen que ver con la inseguridad, la pobreza, la corrupción o la inequidad. Son problemas que llevan tiempo acarreándose y que a veces pareciera que ya nos hemos acostumbrado a que así debe ser y no se puede cambiar. Y es parte también de lo que se puede concluir del estudio.
A lo largo de las distintas entrevistas y encuestas realizadas, se ve que las empresas están poniendo su atención en otros aspectos, como es la sostenibilidad y cambio climático, la inteligencia artificial y, sobre todo, aspectos que tienen que ver con la conducta individual de sus colaboradores a través del desarrollo de códigos de ética propios y la formación en la aplicación de estos.
En parte, tiene su lógica; es cierto que hay desafíos éticos estructurales, pero también es cierto que sobre lo que podemos tener más influencia y capacidad de acción es en las decisiones que cada quién toma en el día a día, sean tomadas tanto en el ámbito laboral, como en el ámbito personal. Y tiene su impacto e importancia, porque finalmente la ética organizacional existe como el conjunto de las decisiones que toman los miembros de una organización.
Por último, otra de las conclusiones que se puede extraer del estudio es la necesidad de colaboración entre universidad y empresa, en virtud de que la academia puede aportar el conocimiento necesario para afrontar los retos de las organizaciones y, a la vez, poder aplicar esos conocimientos en el laboratorio real de las empresas.
La universidad aporta conocimientos, ideas, metodologías y tiempo para la reflexión; mientras que la empresa tiene recursos para poder experimentar, pilotar y contrastar en el mundo real aquello que es ideado en la mente.
Yuval Noah Harari afirma que si la especie humana ha logrado prosperar es gracias a su capacidad de colaboración. El ámbito de la ética de los negocios no es una excepción. La colaboración universidad-empresa puede ser nuestra mayor fortaleza para desarrollar sociedades más humanas y sostenibles.
Si alguien quiere revisar el estudio completo puede descargarlo a través de esta página: https://pure.udem.edu.mx/en/publications/chapter-14-mexico
El autor es catedrático de la Escuela de Negocios de la UDEM, es Doctor en Ciencias Humanas por la Universidad de Deusto en San Sebastián, España y cuenta con certificaciones como coach ejecutivo y de valores.