En esta semana se llevarán a cabo las reuniones anuales de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), en Washington, DC. Si bien estas reuniones y los eventos que surgen de ellas son siempre relevantes, considero que en esta ocasión lo serán más, por lo que está experimentando la economía a nivel global. Los tres grandes temas serán el significado y consecuencias de: (1) La política arancelaria del presidente de EU; (2) el atentado en contra de la independencia del Banco de la Reserva Federal (Fed); y (3) el dólar.
(1) La política arancelaria del presidente de EU. ¿Qué es lo que realmente desea el presidente Trump con su política comercial? ¿Reducir los déficits comerciales de los Estados Unidos -como lo ha dicho el propio presidente Trump-, o utilizar los aranceles para lograr negociar diversos asuntos en condiciones más favorables para su país? Sabemos que la primera opción no tiene ningún tipo de beneficio, por lo que al estilo de su libro “El arte de la negociación”, escrito en 1987, considero que Trump utiliza los aranceles como herramienta para conseguir objetivos no necesariamente comerciales. Una herramienta que no necesita aprobación legislativa y que por ser EU el país más importante en términos de consumo tiene un impacto relevante con la mayor parte de los países en el mundo. Uno de los países con los que no ha surtido el mismo efecto es con China. Claramente no es porque no vaya a tener consecuencias económicas. Sin embargo, China se ha preparado para consumir lo que produce y necesitar relativamente poco del exterior. Asimismo, la lucha va más allá de los temas comerciales, sino hegemónicos y es un país en el que el gobierno tiene un mucho mayor control. Al final del día, en mi opinión, una gran cantidad de países se sentarán en la mesa de negociación que Trump les ofrece después de las amenazas arancelarias con temas comerciales, de seguridad o migratorios y terminaremos en un mundo con una gran complejidad arancelaria, pero lejos de lo que ocurrió con Smoot-Hawley, en 1930 (“Ecos de hace un siglo y paralelismos”, 8 de abril). No obstante lo anterior, la incertidumbre sobre esta política comercial, así como el hecho de que las políticas que Trump prometió para impulsar el crecimiento, como la desregulación y menores impuestos, tardarán en llegar, esto puede provocar una desaceleración económica importante (“Lo bueno tardará, lo malo ya está aquí”, 18 de marzo).
(2) El atentado en contra de la independencia del Banco de la Reserva Federal de EU (Fed). Una lección clara sobre política monetaria a nivel global es que los políticos que han atentado contra la autonomía de sus bancos centrales terminan de una u otra manera con tasas de interés significativamente más altas. Si bien no son muchos quienes se atreven a hacerlo, debido a las consecuencias tan negativas que puede tener, sobre todo en temas de pérdida de credibilidad de la política monetaria, sí los hay e inclusive hay casos recientes. Por un lado, el presidente Lula da Silva, de Brasil, continuamente ha estado criticando las decisiones del Banco Central de Brasil y solicitando abiertamente que baje el nivel de la tasa de referencia Selic. Una de las razones más importantes por las cuales la tasa ya no se encuentra alrededor de 10.00 por ciento y con tendencia a la baja -como estaba en septiembre del año pasado-, sino en 14.25 por ciento, como se encuentra ahora, y con altas probabilidades de ubicarse en niveles más altos, es justamente los ataques a la autonomía del instituto central de dicho país. De hecho, en algún momento los miembros del Comité de Política Monetaria (Copom), que habían sido designados por Lula, votaron por una reducción de 50 puntos base (0.50 puntos porcentuales) en mayo del año pasado, marcando un cisma en la credibilidad del banco central. Por otro lado, un caso más álgido es el de Turquía. La tasa de interés en dicho país oscilaba alrededor de 8.00 por ciento por muchos años (2010-2018) y sin embargo, una vez que el presidente Erdogan atacó la autonomía del Banco Central de Turquía en 2019 -despidiendo al Gobernador Cetinkaya-, la tasa ha llegado a estar en 50.00 por ciento. De hecho, actualmente se encuentra en 46.00 por ciento. Ahora bien, esto ha pasado en mercados emergentes, pero: ¿Pasará lo mismo en EU? La situación podría ponerse muy difícil porque si bien la economía estadounidense se está desacelerando, el consumo privado continúa mostrando cierta fortaleza y la instrumentación de los aranceles puede hacer que se puedan transferir dichos costos a los consumidores, antes que la desaceleración pueda acentuarse, teniendo así un equilibrio con inflación más alta, a pesar del menor crecimiento.
(3) El comportamiento del dólar. Me ha sorprendido la dinámica del dólar recientemente. El dólar se ha fortalecido aun en episodios donde la crisis económica surge del propio EU. El caso más emblemático es el de la Crisis Financiera Global de 2008-2009, donde el problema global inició en EU y sin embargo, los inversionistas quisieron incrementar sus tenencias de dólares y de bonos del Tesoro americano. No obstante lo anterior, en esta ocasión el dólar ha estado observando una depreciación. ¿Será que nos encontramos en un mundo distinto en donde el debilitamiento institucional de los Estados Unidos está teniendo un efecto en las decisiones de inversión de los administradores de portafolios globales o simplemente “ya se saltaron” esa parte y ahora descuentan que la Fed bajará tasas y entonces el dólar se está comportando “como siempre”? Hay mucho más que discutir en este tema, pero seguro será de los más relevantes en estas reuniones del FMI y BM.