Las negociaciones bilaterales en Washington, lideradas por los titulares de las secretarías de Economía y Hacienda de México, que se extendieron por más de dos semanas, no rindieron fruto. A pesar de los esfuerzos diplomáticos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó en una rueda de prensa que los aranceles del 25 por ciento a productos mexicanos entrarán en vigor mañana, sin margen para nuevas negociaciones.
“No hay espacio para México o Canadá. No, los aranceles están listos. Entrarán en vigor mañana”, afirmó Trump al ser cuestionado sobre la posibilidad de un acuerdo de último momento. El mandatario estadounidense también vinculó la medida con el flujo de fentanilo hacia su país.
“Grandes cantidades de fentanilo han entrado a nuestro país desde México y, como saben, también desde China, donde va a México y Canadá. China también tiene un 10 por ciento adicional, así que es 10 más 10”, dijo Trump a los periodistas.
Por la mañana, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró por la mañana que esperarán, “hemos hecho acuerdos y tenido comunicación, pero la decisión depende de su presidente, cualquiera que sea su decisión, nosotros tomaremos las nuestras”, dijo. Por su parte, la ministra de Exteriores canadiense, Mélanie Joly, dijo que la nación está lista para tomar represalias comerciales contra EU con aranceles a 155 mil millones de dólares de importaciones estadounidenses.
Listos en aduanas
Adrián González, agente aduanal de Estados Unidos y presidente de Global Alliance Solutions, confirmó que ya se recibió la notificación oficial de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) sobre la aplicación de los aranceles.
“Es desafortunado. Estados Unidos no va a lograr sus objetivos de migración, combate al narcotráfico, seguridad nacional o desarrollo de cadenas de suministro impactando la economía de México de esta manera”, afirmó.
González advirtió que, de no resolverse pronto, la medida podría ser “devastadora” para la economía mexicana y para quienes dependen del comercio exterior. “Ya hemos estado notificando a clientes todo el día, explicando temas desde la implementación hasta la parte técnica de pagos. El feedback de la industria no es bueno, como te puedes imaginar. Hay mucha preocupación”, dijo.
El agente aduanal también cuestionó los objetivos finales de la medida. “Nadie realmente se explica cuál es el fondo o el punto final de estas medidas. Si bien entendemos las razones que se han planteado, no vemos cómo esos objetivos se puedan lograr a mediano o largo plazo”, señaló.
Adiós integración regional
Diego Marroquín, catedrático en el Woodrow Wilson Center, señaló que los aranceles representan más que una simple herramienta de negociación. “A corto plazo, socavan el potencial de nearshoring en América del Norte. A largo plazo, parecen estar diseñados para alejar la inversión manufacturera de México y Canadá”, afirmó.
Marroquín agregó que, de implementarse, los aranceles podrían “hacer añicos el T-MEC, debilitando la capacidad de Estados Unidos para competir e innovar a nivel mundial”. Aunque no cree que los aranceles acaben con el comercio tal como lo conocemos, advirtió que “la integración se verá afectada”.
“Después de 40 años de cooperación económica, es demasiado tarde, y demasiado costoso, desmantelar nuestras cadenas de suministro. Pero los aranceles alterarán los cimientos económicos de América del Norte, con consecuencias reales para las empresas y los consumidores”, indicó.
Temen ‘guerra en agro’
En su red Truth Social, el presidente Trump escribió que “a los grandes agricultores de Estados Unidos: prepárense para producir muchos productos agrícolas que serán vendidos dentro de Estados Unidos. Impondré aranceles a los productos externos a partir del 2 de abril”.
Juan Carlos Anaya, director general de GCMA, destacó la interdependencia agroalimentaria entre México y Estados Unidos. “En términos agroalimentarios, México y Estados Unidos son interdependientes. El establecimiento de aranceles a productos mexicanos y la posible retaliación de México nos llevaría a una guerra comercial en donde ambos países pierden indudablemente”, explicó.
Anaya subrayó que una guerra comercial generaría inflación y afectaría a los consumidores de ambos países.
“No se va a privar a la población de los alimentos que necesita y que son complementarios”, dijo. Sin embargo, consideró que es poco probable que se llegue a un escenario de confrontación total. “Probablemente sí, Estados Unidos pondrá aranceles a ciertos productos específicos y quizá México pueda responder con algunos aranceles también a productos muy específicos que no hagan daño”.