Boeing ganó un contrato para diseñar y construir el avión de combate furtivo de próxima generación de Estados Unidos, superando a su rival Lockheed Martin en el programa multimillonario destinado a preparar al ejército para un posible conflicto con China.
El nuevo avión de combate de sexta generación, cuyo costo total se estima en cientos de miles de millones de dólares, “garantizará que Estados Unidos siga dominando los cielos”, declaró el presidente Donald Trump en una presentación en la Casa Blanca. Trump, el 47.º presidente, anunció con una sonrisa que se llamará F-47.
El premio culmina más de dos años de competencia entre los gigantes de la defensa por la fase de desarrollo a gran escala del caza tripulado Next Generation Air Dominance (NGAD). El avión, que reemplazará al F-22 Raptor, está previsto para operar en conjunto con drones, que se desarrollan en un programa independiente.
Una representación artística del avión, colocado junto a Trump en el Despacho Oval, mostraba una aeronave de morro afilado con cristales tintados en la cabina bajo una bandera estadounidense. La cola estaba oculta por la sombra, lo que reflejaba que el desarrollo del avión aún está incompleto.
Aunque se ha hecho poca publicidad sobre el proyecto, las cifras presupuestarias publicadas el año pasado muestran que la Fuerza Aérea planea invertir hasta 20 mil millones de dólares en investigación y desarrollo de NGAD hasta 2029. Los costos totales serán mucho mayores, si nos basamos en el avión furtivo más reciente, el F-35 de Lockheed. Se espera que este avión cueste a los contribuyentes estadounidenses casi 2 billones de dólares al final de su vida útil.
“El F-47 será el avión más avanzado, más capaz y más letal jamás construido”, declaró Trump. Estados Unidos planea vender los aviones a ‘ciertos aliados’, aunque ‘quizás versiones más atenuadas’, añadió.
Las acciones de Boeing subieron hasta un 6.2 por ciento después del anuncio, mientras que Lockheed borró las ganancias anteriores para caer un 5.8 por ciento a las 2:47 p. m. en Nueva York.
Un factor clave para el desarrollo del F-47 ha sido mantenerse al día con los sistemas de defensa aérea y guerra electrónica de China, que se han vuelto más sofisticados desde la entrada en servicio del F-22 en 2005, según un informe de enero del Servicio de Investigación del Congreso. China también está trabajando en un avión de combate de sexta generación, y en las últimas semanas han aparecido en línea imágenes y vídeos de su avión triangular.
El informe del CRS también señaló que el Raptor podría verse limitado en un posible conflicto en el Océano Pacífico, donde las islas están separadas por cientos de kilómetros, debido a sus limitaciones de combustible y carga útil. Una prioridad clave del diseño del F-47 será su capacidad para volar a mayores distancias.
Asesores de Trump cuestionan aviones de guerra tripulados ante avance de drones
El desarrollo también es una apuesta por sistemas de armas ambiciosos y costosos, así como por el futuro de los vuelos tripulados del ejército estadounidense. Algunos asesores de Trump, incluido Elon Musk, han criticado públicamente el F-35 y han cuestionado la necesidad de aviones de guerra tripulados dados los avances en la tecnología de drones.
El proceso de decisión “justo y exhaustivo” del programa proporcionará “tecnología de vanguardia al combatiente al tiempo que optimiza la inversión de los contribuyentes”, dijo la Fuerza Aérea en un comunicado, y agregó que la plataforma NGAD es “la solución más capaz y rentable para mantener la superioridad aérea en un entorno de amenazas globales cada vez más complejo y disputado”.
Para Boeing, ganar el NGAD es un repunte después de perder el programa de cazas F-35 ante Lockheed Martin en 2001. El negocio de defensa de Boeing se ha visto afectado por miles de millones de dólares en sobrecostos en programas de desarrollo de precio fijo, como el avión cisterna de reabastecimiento aéreo KC-46 y el avión presidencial de próxima generación Air Force One.
También es un impulso para la empresa mientras se recupera de un difícil 2024, que incluyó una importante huelga laboral y un escrutinio regulatorio después de que un panel explotó de uno de sus aviones en el aire.
“En preparación para esta misión, hicimos la inversión más significativa en la historia de nuestro negocio de defensa, y estamos listos para proporcionar los aviones NGAD más avanzados e innovadores necesarios para apoyar la misión”, dijo Steve Parker, presidente interino y director ejecutivo de la división de defensa de Boeing, en un comunicado.
EU buscará realizar la producción de aeronaves de combate de prueba
El precio y demás términos del contrato, clasificado como confidencial, no se divulgaron públicamente. El contrato lleva formalmente el programa a la fase de ingeniería y desarrollo a gran escala, según un funcionario de la Fuerza Aérea. El siguiente paso será la producción de una pequeña cantidad de aeronaves para realizar pruebas.
El funcionario afirmó que se trataba de un contrato de “costo adicional”, lo que significa que los sobrecostos serían pagados por el gobierno, no por Boeing. Esto contrasta con un contrato de precio fijo como el que Boeing firmó para desarrollar el nuevo Air Force One, y que ha obligado a la compañía a pagar más de 2 mil millones de dólares en costos adicionales.
Se espera que el nuevo caza entre en servicio en la década de 2030 si todo marcha según lo previsto. Si bien el F-22 presume de capacidades furtivas y una velocidad de crucero supersónica, el avión se desarrolló y se puso en servicio antes de que el ejército apostara por los drones como una extensión del poder estadounidense.
Al igual que el F-22, el avión de nueva generación está diseñado para ser un caza aire-aire. Si bien el más conocido F-35 también cumple una función aire-aire, también se le confía la tarea de recopilar y distribuir información sobre objetivos aéreos y terrestres.
Esta victoria garantiza que Boeing mantenga su papel histórico como diseñador y productor de aviones de combate militares. También representa un probable impulso para su centro de fabricación de aviones de combate en San Luis. Boeing está eliminando gradualmente la producción del F/A-18 Super Hornet, dejando como pilar un avión cuyo diseño data de hace medio siglo, el F-15.