Distintas certificaciones y el creciente financiamiento verde dan fe del avance de la sustentabilidad en el negocio inmobiliario de México.
En los últimos años, los bonos verdes han permitido a desarrolladores e inversionistas del negocio inmobiliario acceder a mejores condiciones crediticias, pero también consolidar su reputación en la comunidad de inversión, entre inquilinos y usuarios.
De acuerdo con el Banco Mundial, este tipo de financiamiento soportó en los últimos años el desarrollo de 4 mil 727 proyectos en América Latina. En la lista aparecen parques industriales, oficinas, hoteles y vivienda, donde México tiene una posición relevante.
El último dato de la International Finance Corporation (IFC) indica que la entidad ha destinado 12 mil millones de dólares de financiamiento a proyectos de edificación sostenible, tendencia que ha hecho posible que se hayan certificado 10.32 millones de metros cuadrados ( m²), de todo tipo de proyectos, de los cuales sólo el segmento vivienda representa el 47 por ciento.
A nivel LATAM, el financiamiento verde residencial ha permitido integrar 41.62 millones de m² de viviendas con superficies promedio de 60 m² en 22 países de la región.
La influencia de este segmento en la bolsa de financiamiento explica la reciente operación con la que la IFC otorgó a Vinte para su proyecto Vinte Green PCG, 58 millones de dólares.
Por otra parte, el avance de la ola verde también puede verse en casos como el fondo CCLA inmerso en la vivienda institucional en renta, cuyos proyectos de coliving son administrados por Nomad Living, y en el futuro inmediato como parte de la iniciativa EDGE Buildings Champions, comprometió certificar más del 80 por ciento de sus proyectos.
Otra historia que destaca es la integración del Nexxus Private Debt Fund II, que con 30 millones de dólares, busca apoyar la expansión del acceso a financiamiento verde para PYMEs en México orientadas al nearshoring.
En una escala mayor, la industria tiene otras historias de certificaciones y líneas de financiamiento por sus compromisos con el medio ambiente. En la lista figuran, Fibra Hotel, Posadas, Fibra Uno y Fibra Macquarie, entre otros.
Para quienes observan esta evolución, es un hecho que esta dinámica ha sido posible por la penetración de EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies) y otras certificaciones como LEED (Leadership un Energy & Environmental Design), que en su historia reciente consolidó su posición entre los 10 países con mayor adopción en Latinoamérica, con cerca de 2 mil proyectos registrados o certificados.
Distintas edificaciones dan cuenta de este avance. Un ejemplo es Torre Diana, el primer proyecto en el país y uno de los primeros a nivel global en obtener la certificación LEED v5 Nivel Platino, la versión más reciente de este sello.
Sólo en LEED, México consolidó su posición entre los 10 países con la mayor adopción de certificados, a través de dos mil proyectos registrados o certificados, como muestra del esfuerzo en atender la construcción sostenible.
El camino aún tiene desafíos, no obstante el componente financiero hará que su influencia crezca en los años por venir.