Luego de que Nayib Bukele, presidente de El Salvador, criticara la situación de seguridad en México y la comparara con su estrategia para hacer frente a las pandillas, la presidenta Claudia Sheinbaum pidió “respeto” para el país y afirmó que no entraría en un debate con su homólogo centroamericano.
“Él fue electo por su pueblo, pero al mismo tiempo pedimos respeto para México”, señaló Sheinbaum durante su conferencia de prensa matutina este viernes al ser cuestionada sobre las publicaciones del presidente salvadoreño.
Un día antes, Bukele había comparado la situación de seguridad entre ambos países en su cuenta de X, donde sugirió que la violencia en México podría contenerse aplicando estrategias estado por estado, como él lo ha hecho en su país.
“Resuelvan el tema de la seguridad en un estado primero, luego en el siguiente, y así sucesivamente, hasta abarcar esos 28 estados”, comento Bukele, en respuesta a la publicación de un usuario que aseguró que no se podían comparar las medidas de seguridad de El Salvador con las de México.
Esto, debido a la extensión de cada país, pues mientras México tiene cerca de 129 millones de habitantes, El Salvador tiene apenas 6 millones.
He visto muchas publicaciones como esta y, la verdad, no entiendo la obsesión con El Salvador. Pero, en todo caso, 28 de los 32 estados de México tienen una población igual o menor a la de El Salvador.
¿Por qué, entonces, no pueden resolver el tema de la seguridad en un solo… https://t.co/WHjFC1kdOX
— Nayib Bukele (@nayibbukele) March 20, 2025
¿De qué trata el ‘modelo Bukele’ sobre la seguridad en El Salvador?
Desde 2019, cuando Nayib Bukele asumió como presidente de El Salvador, el mandatario prometió una política de “mano dura” contra las pandillas y el combate al crimen. Aquel año, la tasa de homicidios era de 38 por cada 100 mil habitantes, según datos del gobierno salvadoreño.
Alejado de un enfoque de prevención o de políticas de reinserción, Bukele decidió atacar directamente las finanzas de las pandillas, recuperar los centros de grandes ciudades y reforzar la seguridad en las cárceles.
Bukele sostiene que el 80 por ciento de las órdenes de homicidios y extorsiones salen de las propias cárceles, por lo que inició una operación para “cortar” la comunicación en estos centros como parte de su plan de seguridad.
En 2022, la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó una medida de régimen de excepción que incluyó de inmediato, la detención sin orden judicial de toda aquella persona con antecedentes penales y cualquiera que la policía considerara sospechoso de pertenecer a pandillas.
El gobierno desplegó al Ejército y a la Policía Nacional Civil a las comunidades más peligrosas de El Salvador y las cárceles del país comenzaron a llenarse con nuevos capturados. De igual forma, Bukele ordenó una depuración de los custodios considerados corruptos.
Acusan violaciones a los derechos humanos y tortura en ‘megacárcel’ de Bukele
Dentro de esta serie de acciones, también fueron aprobados los “juicios colectivos” para condenar a grupos de personas pertenecientes a una misma estructura delictiva. Igualmente, se cambiaron leyes y códigos para que los jueces tuvieron una mínima posibilidad de liberar a los procesados.
Una de sus medida más controversiales fue la construcción de una “megacárcel” con capacidad de hasta 40 mil reos.
Sin embargo, desde que comenzaron estas medidas, organismos de derechos humanos han cuestionado el régimen instaurado por Bukele y la violación a los derechos de al menos 6 mil salvadoreños detenidos.
Según cifras expuestas por colectivos ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), las torturas y el hacinamiento carcelario han provocado la muerte de hasta 174 detenidos.