Integrantes del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco insisten en que el tour que la Fiscalía General de la República (FGR) hizo en el rancho Izaguirre, en Teuchitlán, “fue una trampa” para justificar su negativa a reconocer la existencia de un campo de exterminio.
En entrevista con El Financiero, Raúl Servín Gómez, integrante de ese colectivo, insistió que en el lugar, “aunque la autoridad lo niegue”, sí había hornos crematorios.
“Según el gobierno no se trata de un campo de exterminio, no sé qué esperaban encontrar, cómo esperaban ver la escena, pero para nosotros sí lo es”, dijo el hombre de 53 años, quien busca a su hijo Raúl, desaparecido en 2018.
“Sí había crematorios, porque estas personas cavaron la tierra –hoyos de un metro a metro y medio de profundidad– y había alrededor unos ladrillos, que es donde metían a las personas y les quitaban la vida y se deshacían de ellas de esa manera (incinerándolas)”, agregó.
“En el gobierno esperaban ver una estructura de metal, pero el hecho de hacerlo bajo la tierra, es algo como lo que se usan para hacer una barbacoa”, puntualizó.
Dijo que es un hecho innegable que en el lugar sí estaban la ropa y los zapatos mostrados en las imágenes que le dieron la vuelta al mundo, además de que los restos óseos encontrados en el rancho Izaguirre sí son de humanos.
“Lo que sí es un hecho es que fueron varias las personas quemadas ahí, ¿cuántas?, no lo sabemos, por eso decimos que sí es un horno crematorio”, insistió.
Rancho Izaguirre no es un montaje de madres buscadoras: Buscadores
Negó que lo del rancho Izaguirre haya sido “armado” por los padres y madres buscadoras, como se acusa en redes sociales.
“Esto fue una cosa verídica, nosotros entramos el 5 de marzo y fue con lo que nos encontramos. La ropa, tal cual, ahí estaba, nosotros no la llevamos; como tampoco llevamos los restos óseos para sepultarlos… no, todo eso estaba ahí”, relata.
Al referirse al recorrido del viernes por el rancho, consideró que la FGR lo hizo “como espectáculo”.
“Nos tendieron una trampa y caímos”, aseguró y acusó que el lugar fue limpiado y lo que mostraron a periodistas, defensores de derechos humanos y madres buscadoras no fue lo que Guerreros Buscadores hallaron aquel “miércoles negro”.
“Lo hicieron para justificar su negativa de reconocer la existencia de un campo de exterminio. Fue algo bien elaborado por ellos, porque ellos querían que fuera así, para decir que manipulamos la escena, que ya no se puede trabajar así, caímos en su trampa”.
Advirtió que ni las amenazas o descalificaciones detendrán la búsqueda de sus hijas e hijos.