Colectivos de madres buscadoras acusan que, desde 2010, han localizado cientos de predios considerados por ellos “campos de exterminio”, con miles de restos óseos, ropa y objetos de víctimas, pero la autoridad oculta la información.
Angélica Orozco, integrante del colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León, afirmó en una entrevista con El Financiero que “son cientos de estos lugares en el país”.
“Nosotros hemos denunciado en Nuevo León, 10; en Las Abejas hallamos más de 250 mil restos óseos y se identificaron más de 100 perfiles genéticos, es decir, 100 personas que no han regresado a casa”, expresó.
La buscadora agregó que “el tema es que entra la autoridad y prácticamente cierran la información… hacen un trabajo muy desaseado”.
El colectivo al que pertenece Orozco, desde 2012, fue uno de los primeros que denunciaron la existencia en México de “campos o sitios de exterminio”.
“Comenzamos a llamarle de esta manera por la barbarie con la que nos hemos enfrentado, reducir a la persona a su expresión más mínima. No es normal, no es humano, es totalmente inexplicable, aberrante, terrorífico, no debemos de normalizarlo, toda la sociedad debería estar saliendo a la calle, debería estar protestando y acompañando a las víctimas”, agregó.
Madres buscadoras denuncian omisión constante por parte de las autoridades
Orozco aseveró que las autoridades reciben información de las madres buscadoras y lo único que hacen es archivarla. Dijo que lo mismo ocurre con las personas no identificadas que están en los forenses.
“Sabemos que los cuerpos están muy dañados, pero en algunos estados del país se dieron a la tarea de hacer retratos, y le decíamos eso a la Fiscalía de Nuevo León, ‘difundan la información, sean creativos, sean transparentes para encontrar a las familias’, pero no hacen nada”.
Asimismo, consideró que esa ineficiencia de las autoridades significa una revictimización para los familiares de las personas desaparecidas; y su inacción, obligó a las madres a salir en busca de sus hijos e hijas.
“Nuestra búsqueda siempre va a ser en vida, nuestra exigencia es que regresen a casa con vida, pero ante la inacción de las autoridades comenzamos a salir a las búsquedas en campo y empezamos a tener este tipo de hallazgos”, manifestó.
Lo que ocurre en el campo de tortura y adiestramiento localizado en Teuchitlán Jalisco, no es único, pues antes se han encontrado cientos en todo el país, insistió.
La integrante del colectivo neoleonés dijo que muchos de estos casos tienen similitudes, la principal es que ocurren sin que nadie haga nada ni se dé cuenta. “No puede ser que nadie se haya dado cuenta, no puede ser que la autoridad no se haya dado cuenta”.