“Es realmente sorprendente”, así describió Natalie Kitroeff, jefa de la oficina de la Ciudad de México de The New York Times, el desmantelamiento de narcolaboratorios clandestinos de fentanilo en Sinaloa tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
La reportera del NYT narró que regresó a Sinaloa para evaluar algún cambiado después de la toma de posesión de Trump. En su visita, confesó que contactó al cártel que le había filtrado información sobre las “cocinas” de fentanilo en el estado.
Sin embargo, le sorprendió la respuesta que recibió del grupo delictivo, el cual le pidió reunirse esta vez en un cuarto de hotel y no en un laboratorio de fentanilo, como lo habían hecho anteriormente.
“Nos reunimos con los dos cocineros que nos habían invitado a sus laboratorios. Nos dijeron: ‘Cerramos todo. Hay una represión tan intensa por parte del Gobierno (mexicano) en este momento, y estamos bajo tanta vigilancia y presión, que no estamos cocinando nada”, explicó.
Según la periodista estadounidense, quien describió este hecho en un podcast del New York Times, parecía que la dinámica en Sinaloa había cambiado por completo desde la última vez que visitó el estado fronterizo.
“Seguía siendo un lugar muy peligroso. Había mucha violencia. Pero cuando empezamos a hablar con nuestros contactos del cártel, nos dijeron que, básicamente, no había producción de fentanilo en la ciudad. Se había desplomado por completo, había caído en picada”, recalcó.
Cárteles despidieron a ‘cocineros’ de fentanilo en Sinaloa por represión
La producción de la droga sintética no se había frenado en México, aclaró, sino que los grupos delictivos habían dedido detener la creación de fentanilo en Sinaloa y lo había trasladado a otras zonas del país.
“Reconocieron que la producción seguía ocurriendo en otras partes del país. No es que el fentanilo haya dejado de producirse en México en general. Pero aquí, las cosas se habían desacelerado casi por completo”, aclaró.
De acuerdo con los testimonios de los narcotraficantes, Kitroeff recalcó que los capos de la droga decidieron despedir a personal en México y ahorrar dinero para enfrentar las pesquisas de Trump en contra del crimen organizado.
“No estamos haciendo nada en este momento. De hecho, estamos despidiendo empleados. Estamos ahorrando dinero. Estamos tratando de vender nuestros autos y otras propiedades para compensar la pérdida de ingresos. No hay ningún laboratorio que puedan visitar esta vez”, finalizaron.
El año pasado, las periodistas The New York Times aseguraron que entraron con trajes de protección tipo hazmat y máscaras de gas a un laboratorio de fentanilo, pero el cocinero solo llevaba un cubrebocas quirúrgico, y él y su ayudante atendían un pedido de 10 kilogramos de fentanilo.
No obstante, la presidenta Claudia Sheinbaum criticó la investigación y sostuve que “no son creíbles las fotografías que se presentan ahí, incluso por el daño a la salud que podría causar para quien está cocinando estas drogas”.