¿Eres de las personas que compra jugo adicionado con vitamina C porque crees que traerá más beneficios a tu salud? Este tipo de alimentos podría resultar contraproducente.
Algunos productos en el supermercado anuncian en sus etiquetas estar fortificados con calcio, magnesio u otras vitaminas y minerales para promover una buena salud; sin embargo, pueden contener altas porciones de grasas trans, azúcar o sodio, e incluso, conservadores y pesticidas que dañan la salud, explicó la nutrióloga Paola Ortíz Barrera, en entrevista con EL FINANCIERO.
Incluso, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) actualizó, recientemente, el concepto de saludable para que los consumidores aprendan a elegir productos que mejoren su salud.
La dependencia de EU establece que el término ‘saludable’ puede utilizarse en alimentos que no contengan demasiadas grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio.
“Yo siempre le digo a mis pacientes, elige los (productos) que tengan menos azúcar, menos grasa, que nos ofrezcan algún adjunto como fruta natural o granos enteros porque eso es algo que sí te va a traer algún beneficio, ya que hay productos que solo traen colorante y eso no tiene ningún beneficio a tu salud”, explicó la especialista.
Además, la nutrióloga Paola Ortíz llamó a consumir productos sin grasas trans, las cuales aumentan el riesgo de padecer ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares y diabetes.
“Las grasas (trans) son las que elevan en tu cuerpo triglicéridos y colesterol, a diferencia de las grasas buenas, que son las poliinsaturadas, las cuales vienen en cacahuates, aguacate, aceite de oliva”, comentó.
La nutrióloga señaló que, para llevar un buen balance, las personas pueden seguir una alimentación basada en el plato del bien comer, el cual se divide de la siguiente manera:
- 50 por ciento: Frutas y verduras;
- 22 por ciento: Cereales como la tortilla de maíz, pan o avena;
- 15 por ciento: Leguminosas como las lentejas o el frijol;
- Ocho por ciento: Proteína como carne, pescado pollo o huevo;
- Cinco por ciento: Grasas naturales.
“Que tu plato siempre esté complementado, que no sea pura proteína y pura verdura, porque necesitamos de todos los componentes para una nutrición adecuada. Tu cuerpo necesitas energía y la energía la obtenemos de los cereales, necesitas proteína y esa va directo a tu músculo. Entonces cada alimento tiene una necesidad para tu cuerpo y lo tienes que consumir”, remarcó Paola Ortíz.
¿Cuál es la cantidad máxima de sodio y grasa diaria que se recomienda consumir?
Para los adultos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta inferior a 2000 mg/día de sodio (el equivalente a menos de 5 gramos al día de sal: poco menos de una cucharadita).
Respecto a las grasas, la nutrióloga, Paola Ortíz, explicó que no deben sobrepasar del 25 al 30 por ciento de sus calorías diarias. “Deben limitar las grasas saturadas a menos del 10 por ciento de sus calorías diarias. Para una dieta de 2 mil calorías, esto es, 200 calorías o 22 gramos de grasas saturadas al día”.
¿Cómo mejorar la selección de alimentos diarios?
Con el objetivo de mantener una buena salud, evitar enfermedades y seleccionar mejor los alimentos que incluimos en nuestra dieta diaria, la especialista compartió las siguientes recomendaciones:
- Consume alimentos frescos que aporten vitaminas y minerales como las frutas, verduras y grasas como el aguacate, así como los que contengan granos enteros como el maíz, centeno, avena o arroz, que son ricos en vitaminas B y E.
- Si tu economía lo permite, elige alimentos orgánicos, ya que no han sido tratados con conservadores o pesticidas, por lo que no hay residuos tóxicos que dañen tu salud.
- Evita alimentos precocidos como las croquetas, pescados rebozados, papas fritas o pizzas congeladas, pues son altos en conservadores y sodio.
- Procura preparar tus alimentos o snacks en casa, pues son más nutritivos, ricos y, a la larga, pueden significar un ahorro para tu bolsillo.
- Modera tu consumo de sal y azúcar.
- Acude con un profesional que realice un plan de alimentación adecuado a tu estilo de vida y patologías. Recuerda que el objetivo no es restringir la comida, sino aprender a elegir los alimentos que promuevan tu salud.