México enfrenta una crisis humanitaria de proporciones alarmantes: la desaparición de personas suma más de 124 mil 62 hombres, mujeres y jóvenes no localizados en un país en el que cada nueva tragedia supera nuestra capacidad de asombro.
A la larga lista de horrores y desgracias hay que sumar una nueva. Es el hallazgo de un campo de exterminio a sólo una hora y minutos de la ciudad de Guadalajara, el Rancho Izaguirre, en Teuchitlán. Allí fueron hallados al menos 493 objetos personales y un número indeterminado de restos humanos calcinados.
Lo más preocupante es que, según testimonios de sobrevivientes y víctimas, ese lugar operaba desde 2012, es decir, más de 10 años bajo las narices de autoridades estatales y municipales que, en muchas ocasiones, en lugar de ayudar a buscar soluciones, son parte del problema.
Reportes periodísticos detallan que en septiembre de 2024 las autoridades estatales y federales rescataron a dos personas secuestradas y detuvieron a 10 presuntos delincuentes en ese mismo rancho. Durante el operativo, encontraron un cadáver, casquillos y huesos quemados, pero la investigación no continuó.
No fue sino hasta que Guerreros Buscadores, un colectivo que busca a personas desaparecidas, ingresó al lugar que hubo nuevas pistas de los horrores que padecieron ahí decenas de jóvenes que cayeron en la trampa de falsas ofertas laborales.
Lamentablemente, este caso no es el único. Desde 2010, en plena guerra contra el narcotráfico lanzada por el expresidente Felipe Calderón, las fosas clandestinas se han multiplicado. Basta recordar el hallazgo de 193 cuerpos en San Fernando, en Tamaulipas, principalmente migrantes que intentaban llegar a Estados Unidos.
Entre 2011 y 2012, 383 cadáveres fueron localizados en distintas fosas clandestinas en el estado de Durango y un año después 74 personas muertas fueron halladas en pozos en el municipio de La Barca, en los límites de Jalisco y Michoacán.
En 2020, en Jalisco, en el municipio de El Salto, se registró otro hallazgo de fosas clandestinas con 113 personas asesinadas, y tres años después, en Tlajomulco y Zapopan, en la zona conurbada de Guadalajara, autoridades encontraron 133 cadáveres enterrados en predios muy similares al rancho de Teuchitlán.
En 2021, el horror alcanzó un nuevo nivel cuando fue encontrada media tonelada de huesos calcinados en el rancho La Bartolina, en Tamaulipas, que fue señalado como un campo de exterminio.
Como en su momento lo señaló la extitular de la Comisión Nacional de Búsqueda, Karla Quintana, la desaparición de personas en México es el crimen perfecto. Pues es más fácil desaparecer un cuerpo que cometer algún otro crimen. Principalmente porque un esclerótico sistema de justicia, la impunidad y la corrupción hacen su parte y revictimizan a las madres, padres e hijos que buscan a sus desaparecidos. Esto los somete a largos trámites, pesquisas inacabadas e investigaciones que, lejos de dar claridad, solamente retardan la acción de la justicia.
La desaparición forzada, perpetrada por agentes del Estado, y la desaparición cometida por particulares, a menudo vinculada al crimen organizado, son dos caras de la misma moneda. Ambas comparten la impunidad como denominador común. La falta de investigación y sanción a los responsables perpetúa el ciclo de violencia y dolor.
Es necesaria una verdadera coordinación entre distintos niveles de gobierno, pues horrores como el que ahora asoma desde Teuchitlán no pueden ser posibles sin el conocimiento de autoridades municipales y estatales, entre las que tristemente más se ha enquistado la corrupción y la impunidad.
Sotto voce
En la conferencia de la presidenta Sheinbaum en Palacio Nacional se reconoció que Guerrero registró un descenso en el índice de homicidios, por lo que la entidad que gobierna Evelyn Salgado se ubica en el noveno lugar nacional…
En la Ciudad de México ya no habrá corridas de toros con violencia. Ahora se llamarán “espectáculos taurinos libres de violencia” (como un circo malo) y se prohibirá la muerte del animal dentro y fuera de la plaza…
Alarmantes noticias llegan desde EU. No conforme con sus políticas antiinmigrantes, el presidente Donald Trump planea invocar la Ley de Enemigos Extranjeros, creada en 1798, para deportar incluso a refugiados y residentes permanentes sin respetar el debido proceso. Organizaciones de la sociedad civil en EU ya advierten sobre las graves consecuencias de esta nueva ocurrencia…
Ronald Johnson, el nuevo embajador de EU en México, afirmó en su comparecencia ante el Congreso estadounidense que no descarta acciones militares en nuestro país contra los cárteles de las drogas.