La economía mexicana sorprendió con un repunte de 1.0 por ciento a tasa mensual durante febrero, lo que representó su mayor alza en 22 meses, desde abril del 2023, impulsada principalmente por el sector industrial.
De acuerdo con los analistas, los resultados del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) y las cifras esperadas para marzo apuntan a un ligero crecimiento del PIB en el primer trimestre, con lo que el país evitaría una recesión técnica, aunque avizoran que la actividad productiva seguirá débil en los siguientes meses.
La actividad industrial repuntó 2.49 por ciento mensual, en las cifras ajustadas por estacionalidad, lo que representó su mejor desempeño desde septiembre de 2020, según los registros del INEGI.
Destacó el avance de las manufacturas, de 2.94 por ciento mensual, el mayor desde marzo de 2021. La construcción creció 2.82 por ciento y la minería subió 0.82 por ciento.
Por su parte, el sector de servicios creció 0.61 por ciento, y con ello logró su mejor cifra desde mayo de 2024. En su interior, el rubro de esparcimiento cultural y deportivo fue el que más destacó al crecer 5.39 por ciento mensual.
En tanto, las actividades primarias crecieron al 1.0 por ciento mensual, acumulando tres meses en positivo.
Sortea recesión
Andrés Abadía, economista en jefe para América Latina de Pantheon Macroeconomics, señaló que las cifras sugieren que, a primera vista, la economía mexicana podría haber evitado una recesión técnica en el primer trimestre.
“El PIB aumentaría 0.3 por ciento trimestral en el primer trimestre si el IGAE se mantiene estable en marzo, tras una caída del 0.6 por ciento en el cuarto trimestre. Dicho esto, los riesgos siguen inclinados a la baja, y es probable que se produzca una recuperación parcial en marzo”, indicó.
Miguel González, coordinador del Centro de Estudios Financieros y Finanzas Públicas de la Facultad de Economía de la UNAM, señaló que aún no se confirma una recesión, pero sí una desaceleración.
“Lo profundo que pueda ser dicha desaceleración depende de la percepción de riesgo, ya sea de empresas, inversionistas o consumidores, ante la incertidumbre interna del país, con la reforma judicial, y externa, con el tema arancelario”, indicó.
Agregó que la economía global se perfila hacia una nueva concepción de una globalización regionalizada. “En este escenario tendremos que observar la manera en que se adapta la economía mexicana, más allá de un tema recesivo”.
Mario Correa, analista independiente, consideró que cifras del IGAE deben tomarse con muchas reservas y es importante esperar diversos indicadores que aún no se publican para dar una mejor conclusión sobre la recesión. “La forma en que se calcula la desestacionalización en el IGAE está sujeta a imperfecciones y febrero es un mes particularmente difícil, por lo que debemos ser cuidadosos”, señaló.
Analistas de Banco Base destacaron que, considerando este crecimiento de 1.01 por ciento en febrero y la estimación de una contracción de 0.02 por ciento en marzo según el IOAE, el PIB del primer trimestre del 2024 estaría mostrando un crecimiento de 0.27 por ciento, con respecto al trimestre anterior.
Asimismo, analistas de Banamex señalaron que el dato positivo de febrero y la información oportuna de marzo, estiman una variación trimestral nula para el PIB del primer trimestre, mejor que la contracción de 0.2 por ciento estimada antes del dato sorpresivo, y después de una contracción de 0.6 por ciento en el cuarto trimestre del 2024.
Seguirá debilidad
Alberto Ramos, economista en jefe para América Latina, de Goldman Sachs, señaló que, de cara al futuro, es probable que la actividad económica se enfrente a dificultades derivadas de la incertidumbre política postelectoral, un impulso fiscal negativo y una débil confianza empresarial.
“Se prevé que la inversión pública se modere dada la necesidad de consolidación fiscal, y que la inversión privada se vea afectada por la incertidumbre interna y externa, en particular en relación con la política comercial estadounidense y el resultado de la revisión del T-MEC”, apuntó.
Para Alejandro Saldaña, economista en jefe de Ve por Más, si bien las cifras del IGAE fueron favorables, se estima que la actividad mantenga cierta fragilidad, al menos, en lo que resta del primer semestre, en un entorno de elevada incertidumbre económica.
“Si el panorama se empieza a despejar, la actividad podría reactivarse en el segundo semestre. Así, prevemos que el PIB crezca 0.5 por ciento este año”, agregó.
Banamex prevé que, con base en las perspectivas para los determinantes de la actividad, en particular los efectos de la elevada incertidumbre por factores externos e internos, se anticipa que se mantendrá débil en los próximos meses.