“Veinte años es demasiado tiempo”. Estas habrían sido las últimas palabras del mexicano Edgar Tamayo Arias, quien fue ejecutado de una inyección letal en enero de 2014.
Y es que justamente el ciudadano mexicano pasó 20 años a la espera de su cita con la muerte, pese a que fue sentenciado en 1994, entre los recursos que interpuso y que formó parte del caso ‘Avena’, fue hasta 2014 que pagó en Texas su delito.
De acuerdo con Murderpedia, la ejecución todavía se retrasó al final, ya que se tardaron tres horas a la espera de que la Corte Suprema de Estados Unidos determinara si aceptaba las apelaciones finales.
Las últimas herramientas que los defensores de Tamayo Arias intentaron fue que se le perdonara la pena de muerte porque padecía retraso mental y que sus derechos fueron violados, ya que en su detención no se le informó que podía comunicarse con el consulado de su país.
La inyección letal fue administrada a las 21:15 horas y Tamayo fue declarado muerto 17 minutos después.
¿Qué delito cometió Edgar Tamayo Arias?
Edgar Tamayo Arias ya tenía antecedentes delictivos, de acuerdo con lo expuesto por la Fiscalía de Texas. Entre su historial delictivo y condenas se encontraban amenazas de lesiones a varias personas, además de que en una ocasión disparó un arma en un parque de casas móviles y en alguna ocasión fue visto armado persiguiendo a un hombre.
Con esto a cuestas, Tamayo marcó su destino el 21 de enero de 1994, cuando asesinó al policía Guy Gaddis.
Esto comenzó temprano por la mañana de ese día, cuando un hombre abordó al oficial de la policía para denunciar que dos hombres lo acababan de robar en el estacionamiento de un club, al suroeste de Houston.
El oficial Gaddis dio con Tamayo y otro hombre a los que sometió y revisó en varias ocasiones; sin embargo, el policía cometió un grave error que le costó la vida, ya que no vio una pistola que el mexicano tenía en la cintura.
Con ambos sujetos esposados, el agente policiaco los subió a la patrulla. Ya dentro, Tamayo logró sacar la pistola y, pese a las esposas, abrió fuego contra Gaddis, al que le dio dos tiros en el cráneo y uno en el cuello, para poder escapar rompiendo la ventana del auto, pero fue recapturado casi al momento.
“La culpa es del policía por no haberme registrado bien”, dijo después Tamayo a la policía, según relató el sitio Chron.
Con su acto criminal, Tamayo Arias no solo mató a un policía, sino a un hombre que tenía solo cuatro días de saber que iba a ser padre.
La controversia por la ejecución del mexicano
Amnistía Internacional resaltó que en 2004 Estados Unidos recibió una orden de la Corte Internacional de Justicia para que revisara 51 casos de ciudadanos mexicanos, entre los que se encontraba Tamayo, sentenciados a muerte y que no recibieron el derecho de comunicarse con su consulado.
Este fue el llamado caso ‘Avena’; sin embargo, EU nunca atendió el llamado de la Corte. La orden de la CIJ se basa en que a Edgar Tamayo, al igual que a otros ciudadanos mexicanos, no fue informado del derecho a recibir asistencia consular, por lo que no tuvo ayuda de su país para afrontar el caso.
En tanto, el abogado que asistió a Edgar Tamayo en el juicio no presentó una serie de argumentos atenuantes, como las privaciones y abusos que su cliente había sufrido durante la infancia, sus problemas de desarrollo, la grave lesión que había sufrido en la cabeza a los 17 años y el impacto de esa lesión en su comportamiento, señala Amnistía Internacional.
Incluso, estando detenido, en 2008, un psicólogo señaló que Edgar tenía un rango de ’discapacidad intelectual leve‘, por lo que ejecutarlo sería inconstitucional.
Justicia para Gaddis
Además del choque diplomático por no obedecer a la CIJ, una parte de la sociedad mexicana, tanto en el país como de la comunidad migrante en EU, se manifestó en diversas ocasiones para que no fuera ejecutado Tamayo Arias, originario de Morelos.
No obstante, el destino lo alcanzó, lo que fue bien recibido por la familia del oficial Gaddis, quienes manifestaron estar tranquilos con la muerte de Tamayo.
“Mi corazón destrozado se siente un poco mejor”, dijo una de las hermanas de la víctima, mientras que Gary, hermano del policía asesinado, extendió sus condolencias a la familia Tamayo, pero pidió siempre recordar a la verdadera víctima.
Chron retomó que en el otro extremo de la prisión, unos 50 policías –parte de la habitual comitiva de motocicletas que llega cuando se ejecuta a los asesinos de policías– hicieron sonar los motores al momento de la declaratoria de muerte de Edgar Tamayo Arias.
Esta es la novena entrega de los mexicanos ejecutados por Estados Unidos. En las anteriores conocimos las historias de:
Mario Benjamín Murphy Rodríguez
Humberto Leal García
En la siguiente entrega presentaremos el caso de Ramiro Hernández Llanas.