El orden internacional que los Estados Unidos de América de manera muy importante junto con los ganadores de la Segunda Guerra Mundial construyeron inimaginablemente esta siendo destruido en estos días. Nadie habría previsto que justo la potencia que surgió hegemónica de la posguerra en 1945 es la misma que hoy está buscando por todos lados echar abajo, las reglas, instituciones y arquitectura internacional, violentando el derecho internacional o los tratados comerciales. Atacando a sus amigos, aliados, o vecinos queriendo poner el carro de la historia en sentido contrario, para que en vez de avanzar retroceda y escarbando (literal) en leyes de hace siglos para justificar acciones de deportaciones masivas, o casi invocando la autarquía en este mundo globalizado para “hacer grande a América otra vez” , Trump y su grupo de ultra ricos están cuáles fanáticos del populismo autoritario querido imponer sus condiciones imperiales a base de amenazas y golpes arancelarios incluso para quedarse con territorios “ de un modo u otro” como han dicho, o recursos minerales de países que hasta principios de este año eran sus aliados.
Es claro que de manera inmediata, por ejemplo, con sus medidas arancelarias los más perjudicados serán todos los consumidores norteamericanos, que incluye por supuesto a sus propios votantes, el aumento de los precios no solo de los productos importados, sino en general una presión a la alza de la inflación y como y se ha visto en los últimos días una caída en los valores accionarios de las empresas sobre todo las que tienen que ver con la producción de automóviles en las bolsas de valores, pero apenas antier declaró Trump al medio estadounidense NBC que eso lo “ tiene sin cuidado “ .
Pero lo más relevante es que para los que habían sido aliados históricos de los Estados Unidos, como los países y gobiernos de la Unión Europea o sus socios del Tratado de Libre Comercio, el gobierno de Trump ha dejado de ser un socio confiable. Hoy la Unión Europea y el Reino Unido por ejemplo en el contexto de la guerra por la invasión de Rusia a Ucrania han acelerado de manera notable una estrategia y definido tiempos y montos de recursos para armarse en su defensa al considerar no solo la ambivalencia del gobierno trumpista frente a seguir apoyando a Ucrania y sus coqueteos con Putin sino además las actitudes retóricas en contra de los europeos.
La destrucción de la democracia en Norteamérica por Trump no solo es en daño de los estadounidenses, sino que dada la influencia como nación poderosa y haber sido la primer democracia moderna afecta y golpea a la democracia en el mundo, y en contraposición alienta los populismos autoritarios, aunque ni ellos se salvan como sería el caso de México, porque como dice el refrán popular “ cuando la perra es brava hasta a los de la casa muerde”, y la vena imperialista en este momento trasciende esta identidad contrademocratica. Porque como Trump aquí el obradorato ha logrado construir un autoritarismo hegemónico que destruye no solo la democracia, sino que ha dado muestras inobjetables de ineficacia en el ejercicio gubernamental y además con una gran corrupción en un contexto de gran violencia e inseguridad que ante los manotazos de Trump toma en una condición de extrema debilidad económica, de Estado de Derecho y una sociedad polarizada a México.
En la antesala de la recesión, el obradorato no ha sido capaz de tener una estrategia ni mucho menos de buscar la unidad nacional, al contrario los hechos de Teuchitlan Jalisco, el drama de los desaparecidos y la lucha de las víctimas los retratan de cuerpo entero al querer esquivar la responsabilidad, pero además de poner en el centro de su narrativa el ataque a la oposición, cuando por cierto la oposición partidista está más que desaparecida, anulada políticamente y si se le busca también sin duda algunos de sus gobernantes tendrían que dar explicaciones, porque desafortunadamente las desapariciones de mexicanos no es solo de los últimos seis años.
Para que tengamos una idea mínima del desastre que se nos viene con los efectos de los aranceles y solo de esta medida de Trump, hay que señalar la extrema debilidad de la economía nacional desde los tiempos de López Obrador que en todo el sexenio el promedio de crecimiento del PIB solo fue del 0.8% y que en este mes que hoy está terminando las expectativas del crecimiento económico de las principales instituciones financieras son según Fitch Ratings, Banamex, UBS, del 0.0 % ; y Bank of America, Prognosis, Invex y Citi del 0.8 % , pero la OCDE señala una caída hasta de -1.3% . Es claro que si así están las cosas al terminar el primer trimestre y previo a la entrada en vigencia ya en abril de los aranceles y solo con la “ estrategia de Kaliman” de “serenidad y paciencia “ el aluvión económico que se nos viene será desastroso, pero es solo una parte de la cara del autoritarismo hegemónico, porque vendrán más.