Se ha anunciado que se adelantarán pláticas para la renegociación del TMEC, lo cual es una buena señal para la economía mexicana en medio de escenarios de incertidumbre a nivel global. La pregunta que surge es, ¿cuáles son los grados de libertad que nos da este proceso de renegociación para crecer? Sin lugar a duda la renegociación del tratado con Estados Unidos es el que definirá el escenario internacional con el que esta administración aterrizará su programa de crecimiento para 2025-2030, sin embargo, no asegura que esto dinamizará a la economía, en la última renegociación de 2018 no fue suficiente para asegurar un fuerte crecimiento de la economía, en 2024, la economía mexicana creció un 1.3%, siendo el crecimiento más débil en tres años, según datos del INEGI. Este desempeño fue menos dinámico de lo esperado y, en el último trimestre, se observó una contracción de 0.6%, la primera desde 2021. Si se añade el dinamismo de crecimiento de la población el resultado es negativo.
Las exportaciones han crecido sostenidamente en los últimos años, en 2024 crecieron 4.1 por ciento, sin que tuvieran el efecto de arrastre esperado sobre la economía. Bajo esta perspectiva tenemos que repensar el modelo de desarrollo de forma de articular un crecimiento desde adentro para impulsar el desarrollo, en este sentido no debemos esperar los resultados de la renegociación para reestructurar el modelo de crecimiento de la economía.
Se requiere impulsar a los otros factores del crecimiento, para ello es necesario que el sector público haga crecer la inversión pública en forma mas acelerada, pero para ello requiere contar con recursos adicionales porque planes existen, pero no los recursos. En este sentido es necesario revisar las posibilidades para aumentar el gasto público con recursos propios para lo que se requiere de una reforma fiscal, la cual por alguna razón no se ha querido discutir en las últimas décadas, lo cual parece absurdo. Incluso en el fin de semana pasado se escuchó de parte de Donald Trump en una entrevista a CNN la idea de realizar una reforma fiscal en Estados Unidos poniendo el dos porciento de impuestos adicionales a los más ricos, tal como lo sugiere Piketty. Es necesario explorar todas las opciones que se presentan y sobre ello definir de que manera realizar una reforma fiscal que se ha vuelto anatema en los últimos gobiernos y que ha limitado el crecimiento del gasto en sectores estratégicos, salud e inversión de infraestructura.
Asimismo, debemos explorar otras posibilidades tal como lo está buscando la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) con su acercamiento a China, con el fin de abrir nuevos mercados y atraer inversión estratégica. Ayer se hizo saber que el canciller Juan Ramón de la Fuente representa a México en la comitiva de la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) en la IV Reunión Ministerial del Foro China-Celac en Pekín, que inició el día de ayer en Beijing. Además de la participación del canciller De la Fuente, también se espera la presencia de los presidentes Lula da Silva de Brasil, Gustavo Petro de Colombia y Gabriel Boric de Chile, así como unos 20 cancilleres de la región.
Es necesario que se abra una discusión más amplia en el país, no debemos encerrarnos en los debates ya conocidos, la renegociación del TMEC representa una oportunidad estratégica para México, pero no debe ser vista como la única vía para detonar el crecimiento económico. La experiencia reciente nos demuestra que depender exclusivamente del comercio exterior no garantiza un desarrollo sostenido. Es imperativo repensar el modelo económico desde adentro, impulsando una reforma fiscal que permita financiar una inversión pública robusta en sectores clave como salud e infraestructura. Al mismo tiempo, se deben explorar nuevas alianzas internacionales, es necesario aprender de Europa, discutir mas con América Latina, realizar alianzas estratégicas con el Sudeste Asiático, hacer alianzas para el desarrollo de tecnología con India. Solo a través de una estrategia integral que de contenido a lo que se ha denominado Plan México, que combine apertura externa con fortalecimiento interno, será posible construir un modelo de crecimiento inclusivo y sostenible para el periodo 2025-2030.