En estos días la presidenta Claudia Sheinbaum ha encabezado una auténtica cruzada en contra del ex presidente Ernesto Zedillo, acusándolo de una serie errores, omisiones y torpezas. La causa, fue un texto publicado por Zedillo en dos revistas mexicanas (Nexos y Letras Libres) en las que el ex mandatario, realizó una profunda crítica al desmantelamiento del sistema judicial federal.
Esto provocó la ira desmedida de la señora Sheinbaum quien se lanzó con todo en contra de Zedillo.
Entre estas acusaciones, surgió inevitablemente el Fobaproa, aquel histórico rescate bancario del gobierno federal a cargo de Zedillo, en el que endeudó a los mexicanos para rescatar al sistema bancario y financiero de México.
Hoy, más de 27 años más tarde, los mexicanos seguimos pagando aún parte de aquel paquete de créditos, préstamos y refinancimiento que impidió la quiebra de múltiples instituciones.
Los daños a miles de personas en su patrimonio, vivienda y ahorros fue descomunal. Se formaron frentes y organizaciones que protestaron y lucharon en contra del Fobaproa.
Pero a pesar del debate en el Congreso y de la confrontación partidista, el Fobaproa fue aprobado en las Cámaras y se ejecutó con luces y sombras.
En retrospectiva histórica, hay quienes defienden hoy que de no haber sucedido, el sistema bancario y financiero mexicano, hubiera desaparecido en una quiebra apotesósica, enviando al país a tiempos del siglo XIX.
Sus detractores aseguran, sin que falte razón, que se cometieron muchos abusos, excesos, beneficios a privilegios entre bancos, deudores, empresarios y otra serie de personajes que terminaron por ser rescatados en el paquete.
Uno de los más polémicos fue Banamex, que en opinión de muchos, no debía ni merecía recibir el respaldo gubernamental.
La punzante crítica de organizaciones sociales, civiles, de deudores y de afectados por créditos hipotecarios y la pérdida de su viviendas, fue que protegieron a los “de arriba” como diría ya saben quien, cuidaron a los bancos, a las financieras, a las aseguradores y barrieron con los ciudadanos, pagadores finales de todos los platos rotos.
Todas estas versiones y muchas más son ciertas, pero una de las más certeras, es la que apunta a una carencia brutal de regulación. La banca cometía una serie de excesos en el manejo de dinero, se autoprestaba, autoendeudaba y nadie ponía freno porque la normatividad era débil. Una herencia luminosa del Fobaproa fue el fortalecimiento de la regulación bancaria, que generó al paso de unos años, una banca privada nacional sólida, solvente, consolidada, con carteras muy manejables en todos sentidos.
Pero Claudia Sheinbaum y la narrativa de la 4T señala al Fobaproa como uno de los grandes pecados del pasado priísta neoliberal. Lo que no dice, y ahí la trampa morenista, es ¿porque no hicieron nada?. Andrés Manuel utilizó (como hizo con Ayotzinapa y la Mina de Conchos, y toda tragedia que le diera rédito político) al Fobaproa como un ejemplo del mal manejo neoliberal en perjuicio del pueblo. Pero cuando llegó al poder, no hizo nada. No ordenó una investigación, una Comisión especial que revisara el caso y llamara a los suspuestos responsables. Nada, puro discurso de relumbrón. Igual que su sucesora.
Pero entremos en detalles: hay múltiples morenistas encumbrados hoy que fueron parte del Fobaproa. Que votaron a favor como el ilustre diputado morenista Ignacio Mier, o como la inefable diputada Patricia Armendáriz que fue Directora de calificaciñon bancaria y crediticia del Fobaproa.
El mismísimo e impresentable -por traidor a la justicia- Arturo Zaldívar, morenista confeso y servil, fue abogado de los bancos que reclamaron ser rescatados y recuperar bienes y beneficios. ¿Entonces? ¿dónde está la congruencia?
En efecto Ernesto Zedillo tomó la decisión política de construir un mecanismo de rescate por la quiebra bancaria para evitar que el país se convirtiera en una república bananera. Pero pasó por el Congreso, y diputados, hoy morenistas insulfados, votaron a favor.
La deuda que dejó el Fobaproa a los mexicanos, equivale hoy, a la séptima parte de la deuda que contrajo AMLO como presidente.
Pero eso no lo dice la presidenta. Es más, lo maquilla, cuando declaró la semana pasada que Andrés Manuel endeudó muy poquito a México en su gobierno.
Estábamos en 43 puntos del PIB en materia de deuda soberana nacional, y dejó a México en 51 puntos del PIB. Casi 8 puntos que equivalen a muchos cientos de miles de millones de pesos.
Es mucho más objetivo y equilibrado decir que el Fobaproa cometió múltiples excesos y abusos evitando la quiebra de muchos sinvergüenzas, pero que eso sucedió gracias al apoyo de muchas personas, entre ellas, a varios destacados morenistas del presente.