BYD presentó un nuevo sistema para autos eléctricos que, según el fabricante chino, les permitirá cargarse casi tan rápido como tarda un auto normal en llenar el tanque de gasolina.
El presidente y fundador de BYD, Wang Chuanfu, dijo que una nueva batería y sistema de carga eran capaces de proporcionar 470 kilómetros (292 millas) de autonomía en 5 minutos en pruebas realizadas en su nuevo modelo Han L.
Poder cargar un coche en el tiempo que tarda un vehículo con motor de combustión en entrar y salir de una gasolinera podría convencer a los conductores que no están dispuestos a hacer paradas prolongadas a optar por un vehículo eléctrico.
El nuevo sistema, que sustentará muchos de sus futuros vehículos eléctricos, podría proporcionar otro impulso a BYD, que ha venido de atrás para competir con Tesla como el principal vendedor de vehículos eléctricos del mundo.
“BYD está llevando el juego a otra dimensión”, afirmó Lei Xing, analista independiente del sector automovilístico chino.
Las acciones de BYD, que cotizan en Hong Kong, han subido cerca de 45 por ciento este año.
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Desde autos voladores hasta vehículos controlados por IA y marcos regulatorios renovados, el hilo conductor fue claro: consolidar la posición de China como potencia global en el futuro del transporte.
La inteligencia artificial y la conducción autónoma ya no son conceptos futuristas, sino imperativos estratégicos. El fundador y director ejecutivo de Xiaom, Lei Jun, quien lideró la exitosa incursión del fabricante de teléfonos inteligentes en el mercado de los coches eléctricos, abogó por un sistema de estándares de IA y regulaciones más estrictas sobre los deepfakes generados por IA.
El impulso a la conducción autónoma fue igualmente pronunciado por Lei y el director ejecutivo de Xpeng, He Xiaopeng, con pedidos de pruebas aceleradas a nivel nacional, pautas regulatorias más claras e incluso productos de seguros específicos.
El líder del mercado, BYD, subió la apuesta en materia de asistencia avanzada al conductor el mes pasado cuando hizo de su tecnología “God’s Eye” una característica estándar en la mayoría de sus coches, incluidas algunas de sus opciones más económicas.
La falta de claridad sobre la responsabilidad en accidentes relacionados con tecnología de asistencia al conductor, sumada a la dificultad de evaluar los riesgos asociados con los sofisticados sistemas de IA, ha creado un obstáculo significativo.
Un marco estandarizado para determinar la responsabilidad y la posible colaboración entre fabricantes de automóviles y aseguradoras son esenciales para generar confianza en los consumidores y acelerar la adopción de dicha tecnología, afirmaron los ejecutivos.