Mark Carney, primer ministro de Canadá, aprovechó su primer viaje internacional para promover una alianza más estrecha con sus aliados europeos, mientras el país busca reducir su dependencia de un Estados Unidos cada vez más antagónico.
Junto al presidente francés, Emmanuel Macron, en París, Carney afirmó que Canadá debe profundizar sus lazos comerciales y de seguridad con las naciones democráticas de Europa. «Quiero asegurar que Francia y toda Europa colaboren con entusiasmo con Canadá, el más europeo de los países no europeos», declaró.
Carney, quien asumió el cargo de primer ministro el viernes, agregó que Canadá sigue siendo “decididamente norteamericano” y buscará “mantener las relaciones más positivas posibles con Estados Unidos”.
Se espera que el exbanquero central convoque elecciones en Canadá en los próximos días, pero decidió viajar primero a Europa para una presentación diplomática en lugar de visitar Washington. También visitará al primer ministro británico, Keir Starmer, en Londres el lunes antes de regresar a Canadá, donde hará una parada en el extremo norte para recalcar la importancia de proteger el territorio ártico del país.
Carney, de 60 años, ha asumido el poder en uno de los momentos más difíciles de la historia para las relaciones entre Canadá y Estados Unidos.
El presidente Donald Trump ha amenazado con usar la “fuerza económica” para intentar convertir a Canadá en el estado número 51 de Estados Unidos y ya ha impuesto aranceles a importaciones estadounidenses de productos canadienses por valor de decenas de miles de millones de dólares, a lo que Canadá ha respondido con la misma moneda. La escalada de tensiones comerciales y políticas entre ambos países ha obstaculizado los planes de gasto de empresas y consumidores.
Trump dijo durante el fin de semana que Estados Unidos impondría “aranceles recíprocos” amplios y aranceles adicionales específicos para sectores contra una serie de países el 2 de abril.
Macron también aprovechó la oportunidad para abogar por vínculos más estrechos entre Francia y Canadá mientras Estados Unidos siembra el caos en el sistema comercial global.
“Ambos creemos que un comercio justo que respete las normas internacionales beneficia la prosperidad de todos”, dijo Macron. “Y sin duda es más eficiente que los aranceles que generan inflación y perjudican las cadenas de producción y la integración de nuestras economías”.
La Unión Europea se enfrenta a sus propios desafíos. La semana pasada, Trump amenazó con imponer un arancel del 200 por ciento al vino, el champán y otras bebidas alcohólicas procedentes de Francia y otros países de la Unión Europea. Esto se produce después de que la Casa Blanca impusiera aranceles al acero y al aluminio de todo el mundo, así como aranceles separados contra una amplia gama de productos de Canadá y México.