Aún necesitamos 134 años para alcanzar la paridad de género, según el Informe Global sobre Brecha de Género 2024 del Foro Económico Mundial. Tres ‘Senior Partners’ de McKinsey & Company, tres de las mujeres más poderosas del mundo de los negocios, hace unas semanas publicaron el libro titulado ‘The Broken Rung’ que se traduce a ‘El Tramo Pendiente’ en el cual analizan los momentos en los que las mujeres se quedan rezagadas de los hombres en el mundo laboral.
El texto escrito por Kweilin Ellingrud, Lareina Yee y María del Mar Martínez indica que por cada 100 hombres que obtienen su primera promoción, solo 81 mujeres tienen la misma oportunidad. Esto hace que las mujeres se queden atrás desde el principio y hace casi imposible que se pongan al día. Y esto se va convirtiendo en un embudo que filtra aún a más mujeres de las siguientes oportunidades, haciendo que tan solo unas pocas lleguen a los puestos más altos de liderazgo. El acceso a promociones no es por falta de capacidad o mal desempeño; en todo el mundo, las mujeres superan a los hombres en materia de educación. Las mujeres, en promedio, tienen mejores calificaciones y se gradúan en mayor proporción que los hombres. Al ingresar al mundo laboral, el plano es equitativo, pero al poco tiempo, esto cambia.
Este rezago laboral tiene efectos catastróficos y mantiene a las mujeres desfasadas económicamente, alejándolas de la posibilidad de poder obtener seguridad económica, crear riqueza o ahorrar para el retiro.
Cuando hablamos de la brecha de género, hablamos de la disparidad que existe en la remuneración entre hombres y mujeres por realizar el mismo trabajo, que según el IMCO en México es casi del 15%. Pocas veces se toman en cuenta factores como el tiempo extra que pasa cada mujer sin ser promovida, lo que afecta su capacidad patrimonial. Esto ocurre por diversas razones alrededor del mundo, pero la más común es el rol que se les ha atribuido a las mujeres como las encargadas del cuidado del hogar, la familia y los adultos mayores. En México casi el 80% de las personas cuidadoras son mujeres y ellas dedican casi tres veces más tiempo que los hombres a tareas domésticas y de cuidado no remunerado.
¿A quienes cuidan las mujeres? Un estudio de Harvard Business School reveló que los hombres casados son más felices, tienen mejor salud, disfrutan de una vida laboral más estable, ganan más dinero y, en general, viven una vida más plena, en comparación con sus pares, hombres heterosexuales de estratos económicos similares. La explicación es que sus esposas se encargan de una gran parte de su vida. Los resultados no son los mismos en las respuestas del lado de las esposas.
La realidad es que la sociedad está cambiando y esos 134 años probablemente sigan incrementando si no tomamos medidas radicales. Es urgente que recuperemos esos tramos en todas las industrias para que las mujeres que estamos en la fuerza laboral realmente podamos lograr independencia económica.