Para no aceptar ninguna responsabilidad, el actual gobierno genera narrativas alternas ante graves problemas. Lo sucedido en el Rancho Izaguirre, noticia que dio la vuelta al mundo como campo de exterminio comparado a lo sucedido en el nazismo, es negado por el gobierno federal, quien busca culpar al estatal y a las madres buscadoras, alegando que fue un montaje. Nadie lo puede creer, aunque cada vez inventan más explicaciones absurdas. El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, llegó hasta la burla grotesca con los zapatos de los desaparecidos. Se dice que era usado como campo de entrenamiento del Cártel Jalisco Nueva Generación, lo cual corresponde a la verdad, pero que no era lugar de exterminio, se olvidan de hornos crematorios y restos humanos calcinados. Buscan cambiar el exterminio por el “hubo asesinatos”, como algo fortuito, pero la necia realidad se impone.
Es una tragedia por donde se vea. Primero porque reafirma la colusión de autoridades con el narco. Sin esa alianza los criminales no tendrían tanto poder. La FGR debió entrar a investigar de inmediato pues eran obviamente delitos federales, pero puso toda clase de excusas para no intervenir adecuadamente. Y dejar pasar el tiempo para acomodar las cosas a sus versiones. Lo segundo que duele es el engaño a quienes buscan trabajo sin encontrarlo, y esperanzados abandonan a sus familias siguiendo falsas promesas para alcanzar una vida mejor, y son amenazados, explotados y asesinados, hombres y mujeres. Sus testimonios en cartas a sus familiares despidiéndose ante lo irremediable, causan un gran dolor. Lo tercero es la elaboración de acusaciones a las madres buscadoras que no encuentran consuelo, ni tienen apoyo, para encontrar a sus seres queridos, como perversas organizaciones que, bajo teorías de conspiración, montaron un escenario para culpar al gobierno de supuestas acciones criminales.
Por esto, y porque hay más campos semejantes y miles de fosas clandestinas, y hay cada vez más desaparecidos y menos muertos, es imposible que el gobierno eluda su responsabilidad. En la frente de Claudia Sheinbaum quedará grabado IZAGUIRRE, toda su vida. Sus declaraciones para justificar lo injustificable la perseguirán. Su deber de encontrar la verdad y a los culpables no la puede hacer a un lado y barrer para esconder bajo la alfombra los hechos tan dolorosos y vergonzosos que predominan en México. Sin duda, Omar García Harfuch realiza una titánica labor, pero tampoco puede decir la verdad, y se revelan hechos medio ciertos.
La posverdad domina el discurso oficial. Fue tan penoso lo sucedido en la Cámara de Diputados para exonerar a Cuauhtémoc Blanco que se demuestra una vez más que el slogan “llegamos todas” carece de contenido. La investigación que se había pospuesto fue realizada por el fiscal Uriel Carmona, que fue atacado, encarcelado, amenazado y finalmente destituido por el nuevo Congreso de Morelos, acusado de delito de feminicidio nunca comprobado, en una celada que la FGCDMX le construyó. Tampoco se sostuvo la acusación de tortura. La honorabilidad de Uriel Carmona no está en duda. Sus investigaciones por diversos delitos contra Blanco causaron molestia y respuestas de venganza, sin fundamento las acusaciones. Los ataques de Claudia Sheinbaum, que, en su momento, con Ernestina Godoy, realizó contra Uriel Carmona, ahora los utiliza para descalificar la investigación. Muy lamentable.
Por el contrario, Cuauhtémoc Blanco tiene una trayectoria de corrupción, de abusos, falsedad de declaraciones, lavado de dinero, nexos con el narcotráfico, desvíos de dinero a Suiza por su asistente Sanz, y de tentativa de violación de su media hermana. Permitió el avance libre del crimen organizado, siempre cobijado por AMLO. También es acusado de enriquecimiento inexplicable. La propia gobernadora actual de Morelos, Margarita González, acusa a Blanco con denuncias por irregularidades en la entrega recepción del gobierno.
Decir que Blanco se presentara ante la Fiscalía de Morelos para aclarar los hechos es una falacia. Con fuero no se puede proceder contra él. Vergonzoso que las mujeres morenistas cobijaran al diputado, dándole la palabra en tribuna, con el coro “no estás solo”, porque si ya de por sí desechar el expediente fue penoso, y ya se procedería a su favor, fue excesivo el cinismo del evento. La conducción de la sesión fue sesgada. Se negó la palabra a quienes se oponían. Aún así, varios diputados morenistas se ausentaron para no votar.
Y 22 diputadas morenistas votaron en contra de la resolución de la sección instructora y han sido atacadas por sus compañeros. Meggie Salgado, María Teresa Ealy, Olga Sánchez Cordero, Xóchitl Zagal, Mildred Concepción Ávila, María del Carmen Bautista, Rufina Benítez, Miriam Burgos, Claudia García, Evangelina Moreno, Alma Delia Navarrete, Beatriz Andrea Navarro, Fabiola Karina Pérez, Claudia Rivera, María Magdalena Sánchez, María de Jesús Rosete, Alma Laura Ruiz, Nancy Guadalupe Sánchez, Gloria Sánchez, Julieta Cristal Vences, Marisela Zúñiga, coinciden en que comparezca ante la Fiscalía sin fuero, para probar su inocencia.
La forma de lograr la mayoría calificada en el Senado con los senadores del PRD, Yúnez y Daniel Barreda, de MC, con negociaciones de protección, y con amenazas, acusaciones y presiones para controlar ambas cámaras fue también una maniobra terrible. La posverdad que quiso imponerse fue que Yúnez atendía a su conciencia, frente a su dirigencia, lo cual era obviamente falso. Lo sucedido con Barreda nunca quedó claro, pues su ausencia pudo o no ser pactada, pero fue claro el resultado. La sobrerrepresentación se aplicó por partidos, aunque en otra acción se tomó a la coalición como sujeto. Lo cierto es que avanzamos hacia una autocracia.
La presidenta Sheinbaum llamó a la unidad nacional frente a los ataques de Trump. Desde luego los mexicanos en general estamos en contra de las medidas que quieren violentar nuestro pacto comercial y que tendrían terribles resultados en la economía, que crecerá si acaso un 0.6 por ciento, en la represión a migrantes, y en posibles intervenciones del gobierno de EU contra los cárteles, calificados como terrorismo externo. Pero construir la unidad requiere de diálogo, de acuerdos, de compromisos con todas las fuerzas políticas y económicas del país. Llamar a una concentración en el Zócalo, es negar la esencia plural de nuestra sociedad. Es recurrir al populismo para justificar un gobierno que no logra legitimarse. No hay, y seguramente no habrá, unidad nacional porque no hay voluntad política. Una cosa es el discurso de posverdad y otra la realidad que excluye y sataniza al que opina distinto.
La democracia es plural, implica escuchar y construir opciones en consenso, actuar con un propósito, proteger los intereses superiores de la nación. Y hoy nuestro sistema político cambió, ya no hay pluralidad y se busca una hegemonía sobrevaluada, pues aun cuando imperó la sobrerrepresentación, ahí quedan los 40 millones de votos en contra del gobierno morenista. Por eso el discurso de democracia y libertades es otra posverdad que busca una interpretación de apoyo al gobierno sin restricciones.
El problema del agotamiento de este método de gobierno está cercano, porque son insostenibles sus tesis, porque no logran resolver problemas serios como la salud, porque las finanzas públicas están débiles y la aplicación de aranceles limitarán empleo e inversión y por tanto, captación fiscal. Por el momento aún hay márgenes de maniobra, pero se agotarán si no hay acciones decididas para enfrentar lo que viene en el corto plazo. Y no se puede vivir de la posverdad.