En un panorama de constante transformación, en el que la tecnología, la globalización y la sostenibilidad están redefiniendo las reglas de operación de diferentes industrias, el talento se ha convertido en el pilar fundamental para construir una sociedad innovadora y resiliente. Hoy en día, las empresas tienen la oportunidad y la responsabilidad de invertir en el fortalecimiento de su fuerza laboral, pues su crecimiento dependerá directamente de su capacidad para atraer, retener y potenciar al talento.
Al invertir en este importante componente, las organizaciones no solo contribuyen a su propio éxito, sino también al fortalecimiento de la sociedad y la economía del país, por lo que tanto el sector público como el privado deben destinar recursos a su desarrollo, ofreciéndole puestos de trabajo atractivos, que contribuyan al crecimiento del entorno.
Actualmente, fortalecer el talento es una responsabilidad colaborativa entre empresas, sociedad y gobierno. Por un lado, en la coyuntura de reconfiguración de las cadenas de valor es evidente que se trata de una prioridad crítica; por otro, sin embargo, existe una desalineación entre la gente con la preparación adecuada y las necesidades de reubicación de las cadenas de suministro. La gran cantidad de talento con el que cuenta nuestro país puede tener preparación académica, pero no necesariamente se ubica en las localidades donde se requiere a corto o mediano plazo.
En este contexto, es imperativa la colaboración con universidades y la asociación de instituciones educativas a fin de impulsar las condiciones necesarias para que el talento cuente con los conocimientos y habilidades que demanda el mercado y que además esté disponible en tiempo y lugar para llevar a cabo los proyectos.
Los programas de capacitación previos a la titulación de jóvenes estudiantes, el involucramiento de empresas en los programas académicos mediante cátedras con un enfoque optativo (pero crítico en el proceso de preparación profesional), o a través del reclutamiento temporal con entrenamiento técnico en condiciones de operación real, se han convertido en un verdadero catalizador para que el talento afine los conocimientos y habilidades adquiridos en las universidades.
Un enfoque basado en una anticipada y constante preparación evita que las organizaciones se vean en la necesidad de completar la formación de quienes se incorporan al negocio mediante cursos o entrenamientos en temas disruptivos como el análisis de datos o la inteligencia artificial (IA), lo que evidentemente implica recursos monetarios y, sobre todo, tiempo. En este sentido, la IA ayudará a potenciar el talento del personal, empoderándolo con base en nuevos esquemas de entrenamiento.
La situación poblacional de México, con el bono demográfico todavía vigente, es una variable que también juega a nuestro favor, en comparación con países donde la disponibilidad de talento joven es cada vez más escasa.
Para aprovecharlo, las áreas de Recursos Humanos (RR.HH.) están en un punto de inflexión, en el que es preciso analizar el momento en el que se están acercando al talento para reclutarlo; quizá el involucramiento debe ser más temprano, ya sea directamente con las universidades, mediante espacios de investigación y desarrollo (I+D) o por medio de incubadoras o aceleradoras de empresas que trasladen el conocimiento que brindan los programas educativos hacia iniciativas de emprendimiento.