Desde 2020, BlackRock ha identificado una transformación en la economía global, marcada por una mayor volatilidad macroeconómica. Este cambio exige abandonar los modelos tradicionales de ciclos económicos y adoptar estrategias más dinámicas. Además, visualizamos transformaciones profundas que están reconfigurando las industrias y la sociedad, redefiniendo la economía moderna.
BlackRock identifica estos procesos como “megafuerzas”: divergencia demográfica, disrupción digital e inteligencia artificial (IA), fragmentación geopolítica, transición energética y una arquitectura financiera en constante evolución, las cuales también están impactando las industrias y el panorama de inversión en México y América Latina.
En nuestras Perspectivas de Mercado para 2025, destacamos cómo los inversionistas pueden aprovechar estas transformaciones estructurales. Las tendencias a largo plazo requieren un enfoque temático en las inversiones, priorizando estrategias que vayan más allá de las fluctuaciones de corto plazo del mercado.
Infraestructura: La base del progreso
Con el 8% de la población mundial, América Latina sigue siendo clave para la inversión, a pesar de los desafíos que enfrenta. La infraestructura emerge como un sector clave para su desarrollo y la modernización. Mientras que la digitalización y la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono están incrementando la demanda de inversiones en este ámbito. Según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), América Latina y el Caribe requieren una inversión de más de 2.2 billones de dólares en infraestructura para 2030, equivalente al 3.1% del PIB anual de la región.
La inversión en el sector energético también es crucial para satisfacer la demanda global, incluyendo parques eólicos, plantas solares y redes de transmisión de alta capacidad. De acuerdo con el BlackRock Investment Institute, esto requerirá una inversión de 3.5 billones de dólares anuales en esta década.
El auge de la IA generativa también está transformando las demandas de infraestructura. Esto incluye la necesidad de centros de datos avanzados para procesar modelos complejos. Se proyecta que, para 2030, las grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos invertirán más de 700 mil millones de dólares anuales en centros de datos, chips y energía, una cifra equivalente al 2% del PIB del país.
Aunque las empresas estadounidenses lideran esta revolución, la IA generativa también transformará empleos e industrias en América Latina, pues su adopción incrementará la demanda de centros de datos adicionales y complementará el crecimiento de la transformación digital y la expansión de la nube en diversos sectores.
La evolución de las finanzas: Nuevas oportunidades de inversión
La arquitectura financiera está cambiando el panorama de inversión en América Latina. Los mercados privados desempeñan un rol creciente en financiar empresas emergentes vinculadas a la infraestructura y la IA. Los prestamistas no bancarios están asumiendo funciones que antes eran de los bancos, apoyados por inversionistas institucionales locales como fondos de pensiones y family offices.
El aumento de los family offices y equipos de asesoría transfronteriza también está permitiendo a las instituciones y personas de alto patrimonio diversificar sus portafolios accediendo a mercados internacionales. Asimismo, el interés por activos alternativos como capital y deuda privada sigue creciendo, abriendo nuevas oportunidades de diversificación.
México: Potencial y desafíos en la nueva economía global
En este contexto, México se ha posicionado como un actor clave en la transformación económica global, impulsado por su ubicación estratégica y su fortaleza en manufactura avanzada, creando un modelo productivo que combina la innovación, el desarrollo tecnológico y el capital humano especializado para agregar valor a la producción.
Este enfoque no solo refuerza la competitividad económica del país, sino que también lo posiciona como un centro de conocimiento y diseño, capaz de impulsar la transformación empresarial.
De cara al 2025, consideramos que los inversionistas podrían beneficiarse al adoptar una visión enfocada en los cambios estructurales y las oportunidades emergentes. Dinamizar los portafolios y adoptar una perspectiva más detallada serán dos elementos clave para alcanzar este objetivo.
Las transformaciones globales impulsadas por fuerzas estructurales están cambiando la forma en que vivimos, trabajamos e invertimos. América Latina, como el resto del mundo, está inmersa en este cambio. En este entorno, los inversionistas deben adoptar un enfoque activo, diversificado y orientado al largo plazo.
Ampliar los horizontes hacia mercados privados como infraestructura y crédito privado es esencial para encontrar nuevas fuentes de retorno y diversificación.