Durante años, la equidad de género se ha visto como un tema de justicia social, pero es mucho más que eso. Es una enorme oportunidad económica. Como se destaca en nuestro informe ‘Gender-lens investment: The state of women in 2025’, cerrar la brecha de género podría sumar hasta 28 billones de dólares al PIB global. No se trata solo de hacer lo correcto, sino de hacer lo inteligente.
La inversión con perspectiva de género busca desbloquear el potencial de las mujeres en la economía a través de tres enfoques clave: invertir para mujeres, invertir en mujeres e invertir por mujeres.
Invertir para mujeres: Un mercado en expansión
Las mujeres toman la mayoría de las decisiones de consumo, pero muchos productos y servicios no han sido diseñados para ellas. Desarrollar soluciones que respondan a sus necesidades –desde servicios financieros hasta tecnología en salud femenina– no solo genera impacto social, sino que también abre oportunidades de negocio.
Invertir en mujeres: educación, emprendimiento y crecimiento
Destinar capital a la educación y el emprendimiento femenino es clave para cerrar brechas. A pesar de que las startups lideradas por mujeres generan mayores retornos, reciben solo una fracción del capital de riesgo. Corregir esta inequidad no solo es justo, sino una apuesta segura por la innovación y el crecimiento económico.
Invertir por mujeres: cambiar la cara del mundo financiero
Las mujeres controlan 32 billones de dólares en activos globalmente, pero los mercados financieros siguen dominados por hombres. Fomentar su participación en la gestión de inversiones aporta diversidad y estabilidad, lo que se traduce en mejores rendimientos a largo plazo.
Invertir en mujeres no es caridad, es estrategia. No solo cierra brechas, sino que impulsa el crecimiento económico de forma sostenible. Tanto el sector público como el privado deben reconocer que integrar la perspectiva de género en sus inversiones es clave para construir un futuro más equitativo y próspero para todos.