Las recientes semanas han sido abundantes en noticias que impactan tanto a las grandes naciones, los interconectados mercados internacionales, como a las personas de a pie.
La llegada a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump en su segundo periodo al frente de la nación norteamericana inició con una serie de iniciativas y decertos que, de facto, cambiaron por completo el panorama internacional, afectando directamente a México.
Uno de esos cambios radicales en la política pública norteamericana tiene que ver con el trato a migrantes internacionales ilegales, con una vigilancia mucho mas agresiva tanto en la frontera como al interior del país.
Como resultado de estas medidas, flujos masivos de migrantes deportados comenzaron a ser repatriados a naciones como Colombia y México, sin importar los costos sociales que esto podria representar en términos de separación de familias, o las condiciones de vulnerabilidad en las cuales quedarían quienes dependen del migrante deportado pero quedan varados y desprotegidos en Estados Unidos.
Ante esta radicalización del entorno norteamericano para recibir migrantes ilegales, y el desprecio que pudiera haber incluso a los legales por la falsa asociación con la inseguridad que se vive en ese país, surge naturalmente la pregunta: si el denominado “sueño americano” es ahora tan costoso, o resulta imposible de alcanzar, ¿qué alternativa queda para la enorme cantidad de migrantes que han llegado a nuestro país, y que consecuencia tendría en el corto, mediano, y largo plazo para nuestra sociedad? Siendo Nuevo León un estado de vanguardia en muchos aspectos sociales, y también cercano a la frontera norteamericana, surge la pregunta de si existe lo que podríamos denominar el “sueño nuevoleones” o, mas en breve, el “sueño regio”.
Ante esta compleja y multidimensional pregunta, como parte de un amplio trabajo de investigación que compilará a manera de informe la evidencia sobre la movilidad social en el estado el cual me encuentro elaborando en conjunto con el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), comparto con usted en esta columna algunos resultados preliminares que muestran el tamaño del reto que tenemos frente a nosotros, y la necesidad de comenzar a diseñar políticas públicas efectivas para enfrentarles.
Utilizando la información en forma de microdatos de la Encuesta de Movilidad Social ESRU-EMOVI 2023 para Nuevo León, un primer análisis replica un estudio de Monroy-Franco y Vélez (2024) para actualizar la importancia de las circunstancias de las condiciones del hogar de origen de los ciudadanos nuevoleoneses en los últimos años. En este estudio desarrollado en colaboración con Gerardo Olivo y Sergio Martínez (doctorantes de la Facultad de Economía, UANL), los resultados preliminares demuestran que en Nuevo León, entre los años 2021 y 2023, la importancia de las circunstancias de origen de las personas para poder ascender socialmente se redujeron de un 35% a un 27%, esto es 8 puntos porcentuales o un equivalente a 25% relativos a la importancia inicial.
Estos indicadores, ya de por si menores a los del resto del país, significaría que la movilidad social en el estado existe y no está anclada a las condiciones de la familia de origen de las personas.
Lo que es más, los resultados sugieren que, probablemente, como resultado de la pandemia por COVID-19 y las políticas diferenciales implementadas en el estado durante este crítio periodo, la movilidad social se fortaleció, confirmando la existencia de, al menos en promedio, un avance social significativo.
Sin embargo, una nueva pregunta original surge sobre este tipo de fenómeno, en particular buscando identificar si esta movilidad social es diferente a lo largo de todos los estratos de condiciones de origen, y heterogenea para los migrantes de primera generacion al estado con respecto a los individuos residentes. Al respecto, Luciano Ayala (profesor e investigador de la Facultad de Economía, UANL) y yo, nos dimos a la tarea de realizar un artículo académico (actualmente en forma de documento de trabajo) para investigar la posibilidad de la existencia del “sueño regio” para los migrantes.
Esta hipótesis establace que los migrantes de primera generación que llegan al estado pueden ascender significativamente en el orden de la distribución de riqueza en el estado, con respecto a las conduciones de su hogar de origen.
Así, aprovechando la representativad de la encuesta ESRU-EMOVI NL 2023 para el estado, en este segundo trabajo analizamos las características de la movilidad social en las condiciones de los recursos económicos de origen, de locales y migrantes, controlando por distintos factores que pudieran contaminar la identificación del efecto de movilidad intergeneracional de interés.
Los resultados preliminares de este estudio, son sorprendentes y arrojan una enorme enseñanza sobre la complejidad del fenómeno migratorio en la entidad.
En particular, es posible demostrar que mientras los migrantes de condiciones inferiores tienden a empeorar en su posicionamiento relativo a su condición hacia dentro del estado, los migrantes con una situación más privilegiada de recursos tienden a ascender en la escala relativa de distribución de recursos.
En otras palabras, y sin intención de simplificar los resultados, los migrantes pobres se quedan en situación pobre o empeoran, y los migrantes ricos, mejoran y se vuelven más ricos.
Claramente la implicación directa de estos resultados son que el “sueño regio” existe, esto es, hay evidencia de movilidad social, pero para los migrantes más vulnerables o de menores recursos, esta movilidad no necesariamente los ubica en una situación de mayor privilegio en el estado que les recibe.
En otras palabras, los migrantes que llegan al estado son altamente heterogéneos, y mientras algunos requieren políticas que garanticen seguridad, servicios públicos, acceso a la educación superior y un transporte de calidad, entre otros temas, otros migrantes requieren atención inmediata a necesidades básicas que van desde su alimentación, salud, hasta un lugar donde hospedarse para no quedar a merced de la violencia y la trata de personas.
El endurecimiento de las leyes migratorias en Estados Unidos en los próximos meses representarán un reto para nuestras autoridades locales en su capacidad para responder asertiva y oportunamente a los migrantes que habrán de decidir optar por Nuevo León como su destino, buscando un “sueño regio”.
La capacidad de cooperación y acción de todos los ámbitos de gobierno y partidos políticos locales permitirán evitar una crisis humanitaria que sobrepase la capacidad del estado para atender las necesidades de sus habitantes residentes, y, simultaneamente, las de los visitantes y migrantes que decidan permanecer y hacer de Nuevo León su hogar para iniciar una nueva vida.