La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es la primera institución pública multilateral que ha evaluado el impacto que tendrían los aranceles propuestos por Trump.
Anticipa que México entrará en recesión si Estados Unidos aplica un arancel del 25 por ciento a la mayoría de los productos mexicanos. En este escenario, el PIB de México caería un -1.3 por ciento en 2025 y otro -0.6 por ciento en 2026, revirtiendo por completo las expectativas previas de crecimiento positivo (antes se proyectaba +1.2 por ciento y +1.6 por ciento, respectivamente). Esta drástica revisión ubica a México como el único país de la OCDE con cifras de crecimiento negativas en ambos años. En otras palabras, la economía mexicana sería la más afectada por la escalada arancelaria entre los países analizados.
La política comercial proteccionista afectaría a toda Norteamérica, pero de forma desigual. En Estados Unidos, el crecimiento económico se moderaría a 2.2 por ciento en 2025 (desde una previsión previa de 2.4 por ciento) y a 1.6 por ciento en 2026. Canadá sufriría una fuerte desaceleración, con apenas 0.7 por ciento de crecimiento en 2025 (frente al 2 por ciento anticipado previamente) y un ritmo similar en 2026.
Aun con estas reducciones, tanto Estados Unidos como Canadá seguirían en terreno positivo, evitando así la recesión. En contraste, México pasaría de un ligero crecimiento esperado a una severa contracción económica.
Esto significa que, bajo los aranceles propuestos, México sería el país más perjudicado, al grado de registrar dos años consecutivos de contracción económica, algo que ni Estados Unidos ni Canadá experimentarían.
Esta divergencia refleja que las mismas medidas arancelarias tendrían consecuencias mucho más profundas en México que en sus socios del norte.
La razón principal de la mayor vulnerabilidad de México es su elevada dependencia del comercio exterior en relación con el tamaño de su economía. A continuación, algunos indicadores que lo ilustran claramente:
El comercio exterior de México (exportaciones e importaciones) equivale aproximadamente al 73 por ciento de su PIB, porcentaje muy superior al de economías más grandes, como la estadounidense. Por ejemplo, en Estados Unidos el comercio exterior total representa cerca del 25 por ciento de su PIB, y sus exportaciones suman alrededor del 10 por ciento del PIB.
Otro factor es que casi el 80 por ciento de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos.
Esto implica que cualquier barrera comercial impuesta por EU afecta directamente a la gran mayoría de las ventas externas de México. En comparación, Canadá también está altamente integrado con EU, pero diversifica un poco más sus riesgos: alrededor del 77 por ciento de sus exportaciones van a EU, y su economía, aunque abierta, tiene un comercio total equivalente al 67 por ciento de su PIB.
Se estima que aproximadamente una cuarta parte de los empleos en México depende de sectores orientados al comercio exterior.
En el primer trimestre de 2024 había alrededor de 14.6 millones de puestos de trabajo vinculados a actividades de exportación e integración comercial con Norteamérica (manufactura, comercio al por mayor, transporte, etc.).
Esto significa que un choque en el comercio bilateral no solo reduciría el PIB, sino que además pondría en riesgo millones de empleos en México.
Dada esta estructura, México es particularmente sensible a perturbaciones en el comercio internacional.
Un arancel generalizado del 25 por ciento encarecería los productos mexicanos en su principal mercado, erosionando su competitividad y frenando la demanda externa.
La propia OCDE advierte que estos costos comerciales adicionales podrían “suponer un lastre para la actividad económica” de México al desincentivar la inversión productiva y reducir las exportaciones en sectores clave (como la industria automotriz, electrónica y textil).
Además, la incertidumbre asociada a una “guerra comercial” debilitaría la confianza de empresas y consumidores mexicanos, exacerbando la desaceleración económica.
En suma, la alta integración de México con Estados Unidos amplifica el impacto negativo de los aranceles: un golpe comercial de esta magnitud se traduce proporcionalmente en una caída más pronunciada del PIB mexicano, confirmando las proyecciones de recesión de la OCDE.
Ebrard ya adelantó ayer que México respondería con medidas no arancelarias.
Veremos en qué consisten estas medidas y qué impacto tendrán en nuestro país.