La imagen es elocuente. A decir de la cuenta en Instagram de la Casa Blanca, el Secretario de Salud de los Estados Unidos puso el ojo en los Takis Fuego, la marca más exitosa de Barcel.
A Robert Kennedy le preocupa el contenido de un ingrediente en esta botana, uno de varios que estarán bajo la mira de esta administración que pretende “hacer sanos a los Estados Unidos otra vez” o bien, como ellos dicen: “to Make America Healthy Again (MAHA)”.
La semana pasada, precisamente el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, en inglés) de ese país anunció una estrategia para cambiar las reglas de registro de nuevos ingredientes en los alimentos de esa nación.
¿La razón? Los funcionarios recién llegados con la administración del presidente Donald Trump exhiben públicamente su desconfianza en ciertas sustancias usadas por empresas para saborizar sus productos.
Como parte de la campaña de difusión de la nueva medida, la Casa Blanca publicó en redes sociales un video en el que, frente a la cámara, varios miembros del gobierno leen con dificultad el contenido detallado en etiquetas de varios productos.
El mismo Kennedy lee: “glutamato monosódico”, mientras aparece en pantalla la imagen de la exitosa marca mexicana de botanas.
Atención, Roberto Servitje, hermano del fundador de Bimbo, Lorenzo Servitje, declaró en el canal del emprendedor Oso Trava que Takis es “el producto más exitoso” de Barcel, una empresa que tuvo una relevancia menor dentro de Bimbo, hasta que surgió Chip’s, su marca de papas fritas.
Posteriormente, Lorenzo Servitje en compañía de un equipo encargado de nuevos productos, lanzó al mercado Takis hace más de 25 años. Los llamaron así por el modo en el cual su suegra, de origen extranjero, pronunciaba la palabra “tacos”. Hoy los venden incluso en países de Medio Oriente.
¿Cuál es el problema?
Al Departamento de Salud de Estados Unidos le preocupa que actualmente se permita a las empresas alimentarias introducir nuevos ingredientes en productos alimenticios sin demostrar su seguridad y sin informar previamente a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés).
Las empresas pueden hacerlo mediante una laguna legal llamada “autoafirmación”, lo que significa que declaran la seguridad de los ingredientes ellas mismas, sin supervisión externa. Esta práctica puede llevar a que añadan ingredientes con perfiles de seguridad desconocidos, lo que supondría riesgos para la salud del consumidor.
¿Cómo planean abordarlo?
Planean abordar este problema eliminando la laguna legal de la autoafirmación. Próximamente podrían exigir a las empresas que notifiquen a esas autoridades antes de introducir nuevos ingredientes en los alimentos.
Además, compartir públicamente los datos de seguridad de los nuevos ingredientes alimentarios y garantizar que la FDA revise los datos de seguridad antes de que estos entren en el suministro de alimentos. La estrategia contempla una posible aprobación de nuevas leyes.
¿Y de dónde salió el glutamato monosódico (GMS)?
El origen de este ingrediente usado también por marcas como Doritos, de Sabritas, y Pringles, de Kellanova, puede estar en Japón, en donde Kikunae Ikeda lo descubrió en 1907, mientras investigaba el sabor del kombu dashi, un caldo tradicional japonés elaborado con algas.
Aisló el glutamato de esas plantas marinas y lo combinó con sodio para crear el GMS, que patentó en 1909. Hasta ahora, la FDA lo considera seguro.
En cualquier caso, el cambio de reglas propuesto por el equipo de Trump para el registro de ingredientes supone un reto para la agilidad de otras empresas mexicanas que juegan en las “grandes ligas” de Estados Unidos y compiten frecuentemente con nuevos productos.
En esa lista pueden contar a la salsera Herdez; la lechera Lala, a la vendedora de productos Coca Cola, Arca, y al productor de harina de maíz y de tortillas, Gruma.