El riesgo se refiere a la posibilidad de que la amenaza se convierta en desastre. Con el regreso de Trump, el riesgo económico, político y militar de la relación con Estados Unidos para los actores occidentales globales y para el mundo en general se ha incrementado.
El comportamiento de EU ha sido errático e impredecible. El antídoto contra el riesgo es la diversificación. Los países buscan con rapidez alternativas que les proporcionen seguridad. Frente al fracaso del Partido Demócrata de evitar el regreso de Trump, en lo sucesivo será difícil confiar en EU como socio comercial o aliado político y militar. El mundo debe alcanzar un nuevo orden o equilibrio global sin depender de EU.
Trump ha mostrado especial interés en complacer a Rusia en su invasión a Ucrania, traicionando a sus aliados europeos, decidiendo de antemano la suerte de Ucrania con la pérdida de territorios invadidos y cerrando la puerta de la OTAN.
Europa deberá cubrir el espacio que EU deja vacío, incluyendo la defensa de Ucrania una vez alcanzado un cese al fuego. Con el retiro temporal de su inteligencia militar, EU permitió que Rusia recuperara parte del territorio que tenía Ucrania dentro de Rusia en la zona de Kursk, restándole una carta importante de negociación. Existen dudas de que Rusia acepte un alto al fuego con Ucrania, tratando de obtener máxima ventaja con el visto bueno de EU.
En el corto plazo, por la excesiva dependencia de Europa, no hay otra opción que buscar complacer a EU para continuar con un escamoteado apoyo militar, cediendo importantes recursos ucranianos ante la ambición de Trump. En el mediano y largo plazo, será indispensable ampliar la protección militar que ofrece Reino Unido y Francia al resto de Europa, incluyendo bajo su paraguas nuclear.
Durante la posguerra, Europa, Canadá, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelandia han dependido de la protección militar y paraguas nuclear de EU, en contra de la Unión Soviética en su momento y en contra de las autocracias de China y Rusia hoy en día.
Recientemente, buques de guerra chinos realizaron ejercicios militares alrededor de Australia. China continua con su afán expansionista en el Pacífico, donde recientemente realizó un acuerdo con las lslas Cook, dando la espalda a Nueva Zelandia.
China aumenta sus amenazas sobre Taiwán y sus vecinos en el Mar del Sur de China. Es muy posible que, ante la amenaza de China y Rusia y la falta de confianza en EU, países como Japón y Corea del Sur en Asia, Australia en Oceanía, y Alemania y Polonia en Europa, busquen contar con armas nucleares a la brevedad posible.
La relación entre Rusia y China se fortalece. Existe la posibilidad de un acuerdo para llevar a cabo un reparto de zonas de influencia entre Rusia, China y EU, lo que rompería con el equilibrio militar global actual ante el desamparo de aliados militares tradicionales de EU que buscan, con toda razón, rearmarse a pasos agigantados ante la nueva realidad.
Las alianzas de EU con las democracias desarrolladas en Europa y Asia habían mantenido un equilibrio militar global, pero ante el riesgo y posible traición del gobierno Trump, ahora el mundo democrático desarrollado debe buscar alternativas para hacer frente a la amenaza autoritaria, que ya incluye a EU. La democracia se ve arrinconada.
En materia económica, el mundo debe también diversificar su relación con EU. Trump ha decidido imponer aranceles al mundo para extraer concesiones en distintos ámbitos, buscando demoler las cadenas globales de valor que su país impulsó para crear un mundo más seguro e integrado. Trump argumenta erradamente que el mundo ha abusado de su país y, en venganza, busca reindustrializar a EU deshaciendo la integración global alcanzada, convirtiendo al mundo en un lugar más inseguro e ineficiente.