Se ha destapado una ola de críticas hacia la presidenta Sheinbaum debido a su postura y primera reacción después de que el gobierno de Estados Unidos anunciara la imposición del 25 por ciento de los aranceles a todos los productos exportados desde México hacia aquel país a partir del 4 de marzo de 2025.
En su mensaje, la presidenta, además de señalar los amplios avances en materia de seguridad y tráfico de fentanilo, convocó a un mitin de unidad el próximo domingo en la plancha del Zócalo capitalino, este en formato de asamblea informativa, costumbre propia de la izquierda obradorista desde sus inicios. Así mismo, señaló que será entonces cuando anuncie medidas arancelarias y no arancelarias en respuesta a la imposición de las tarifas a los productos mexicanos antes mencionadas.
Las críticas señalan haber convertido una crisis que urge de medidas y soluciones en un acto político, demagógico y electorero; sin embargo, en consideración de esta pluma, la estrategia de la presidenta no es tan simple, ni coincide con los análisis simplistas o simplones de la oposición.
China y Canadá han respondido con la imposición de aranceles recíprocos en contra de las exportaciones de productos estadounidenses a sus respectivos países; Europa, por su parte, ha manifestado en lo general su total respaldo al presidente de Ucrania, Zelenski, después del desacuerdo público que tuvo en días pasados en su visita a la Casa Blanca con el presidente Trump y el vicepresidente Vance; en este contexto, al no tener una reacción inmediata de represalia, México puede mostrarse como aliado de los Estados Unidos, de esta manera se gana también tiempo, tanto para evaluar los efectos de esta imposición de aranceles, como para poder negociar que estos mismos sean reducidos o retirados en su totalidad antes del domingo 9 de marzo, día en que probablemente no sea necesario el anuncio de medidas en respuesta contra Estados Unidos y, en cambio, nuestra presidenta anuncie el haber sorteado exitosamente esta crisis y sea un mitin del anuncio de una victoria política, de una victoria de gestión de nuestro gobierno, probablemente sea el anuncio de nuevos acuerdos de cooperación y de fortalecimiento de la relación bilateral.
La presidenta de México ha hecho un amplio llamado a la unidad, al cual todas y todos estamos convocados sin distingos.