A casi tres meses de haber tomado posesión como presidente de Estados Unidos, Donald Trump mantiene a los aranceles como el eje de su política económica. Si bien algunos expertos consideran que esta medida es un ‘balazo en el pie’ para EU, el mandatario continúa con las tarifas y su amenaza de incrementarlas.
La pregunta es: ¿Por qué? A través de los aranceles, Trump ha conseguido que México y Canadá, dos de sus principales socios comerciales, refuercen sus acciones de seguridad en la frontera y contra el fentanilo, existe un motivo más importante: revitalizar la economía estadounidense.
Puede sonar contradictorio el hecho de subir precios a las importaciones y con ello ayudar a la economía de los estadounidenses; sin embargo, Trump ‘se la juega’ con los aranceles para rescatar algunos de los sectores económicos más golpeados de Estados Unidos.
Trumpconomics 1.0: ¿Cuáles son los objetivos de Trump con los aranceles?
Durante su audiencia de confirmación como secretario del Tesoro a principios de enero, Scott Bessent ofreció un adelanto de las tres formas en que Trump utilizaría los aranceles.
Una de las metas es aumentar los ingresos para el presupuesto federal, lo que sería importante para ayudar a pagar los planes de Trump de extender los recortes de impuestos; y para utilizarlos como palanca con potencias extranjeras en lugar de sanciones, que Trump cree que se han utilizado en exceso.
Estos son los tres principales ejes en los que Trump quiere fortalecer la economía de Estados Unidos a través de los aranceles:
Impulsar la manufactura estadounidense
Donald Trump quiere usar aranceles para revitalizar la manufactura y evitar que Estados Unidos sea ‘estafado’ por otros países debido a los desequilibrios comerciales. Ha planteado la idea de usar una combinación de aranceles e incentivos, como la aprobación acelerada de permisos, para incentivar a las empresas a construir sus instalaciones en Estados Unidos.
“Vamos a recuperar a las empresas”, declaró durante una entrevista con John Micklethwait , editor jefe de Bloomberg, en el Club Económico de Chicago en octubre. “Vamos a reducir aún más los impuestos para las empresas que fabriquen sus productos en Estados Unidos. Vamos a proteger a esas empresas con fuertes aranceles”.
Trump impuso varias rondas de aranceles a los productos chinos durante su primer mandato y dijo que recién estaba comenzando a usarlos para reconstruir la economía estadounidense, cuando la pandemia de COVID-19 golpeó y trastocó sus planes.
Cuando anunció la pausa aranceles recíprocos, Trump sugirió que su propósito es brindar a los socios comerciales de Estados Unidos la oportunidad de llegar a acuerdos para evitar los cargos. El mandatario desea que los países eliminen las tarifas que cobran a EU.
Aumento de los ingresos
Los ingresos generados por los aranceles podrían ayudar a financiar las rebajas fiscales prometidas por Trump. Quiere extender las reducciones del impuesto sobre la renta aprobadas en 2017 durante su primera presidencia, muchas de las cuales expiran a finales de 2025. Además, ha presentado propuestas para ampliar estas exenciones fiscales, por ejemplo, eximiendo de impuestos las propinas y las ganancias de la seguridad social de los trabajadores. También pretende recortar el tipo impositivo corporativo del 21 al 15 por ciento.
“El presidente Trump quiere pasar del mundo de los impuestos sobre la renta e innumerables agentes del IRS (Servicio de Impuestos Internos) al mundo donde los aranceles, como en la era de (el presidente William) McKinley, financiarán una gran cantidad de gobierno que debemos pagar y reducirán nuestros impuestos”, dijo Peter Navarro , asesor comercial de Trump, a CNBC en enero.
Los aranceles como ‘herramienta diplomática’
Howard Lutnick enmarcó el plan arancelario como un medio para recuperar el respeto del mundo durante su audiencia de confirmación como secretario de Comercio, diciendo a los senadores que tanto los aliados como los adversarios de Estados Unidos “se están aprovechando de nosotros, nos están faltándonos el respeto y me gustaría ver que eso termine”.
Según Bessent, Trump se ha vuelto escéptico respecto de las sanciones porque alejan a otros países del dólar y ve los aranceles como una forma de ganar influencia en las negociaciones.
Las órdenes arancelarias de Trump sobre las importaciones de México, Canadá y China —los tres principales socios comerciales de Estados Unidos, que juntos representaron alrededor del 40 por ciento de todo el comercio de mercancías el año pasado— tienen como objetivo abordar lo que él llama una “amenaza a la seguridad de los estadounidenses, incluyendo la crisis de salud pública causada por las muertes por el consumo de fentanilo”.
La decisión de retrasar dos veces los aranceles sobre las importaciones de México y Canadá se produjo después de que sus gobiernos acordaran intensificar los esfuerzos para abordar la migración ilegal y el narcotráfico en la frontera con Estados Unidos, y Trump dijo en ese momento que estaba satisfecho con el progreso.
La situación actual de los aranceles de Donald Trump: ¿Cuáles están vigentes?
Luego de que pausara los aranceles recíprocos, y a la espera de una nueva tanda de aranceles al jitomate, componentes eléctricos, entre otros, estas son las tarifas que permanecen vigentes:
- Aranceles del 145 por ciento sobre los productos procedentes de China, con algunas excepciones. Esta tasa se alcanzó tras múltiples aumentos.
- Un impuesto mínimo del 10 por ciento sobre todas las demás importaciones, con algunas excepciones.
- Arancel general del 25 por ciento sobre los productos procedentes de Canadá y México que no estén cubiertos por el tratado de libre comercio de América del Norte (T-MEC)
- Un arancel del 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio.
- Aranceles del 25 por ciento a las importaciones de automóviles totalmente ensamblados, que se ampliará a partir del 3 de mayo para incluir las principales piezas del vehículo.
¿Cómo funcionan los aranceles de Trump y qué tan radicales son?
Un arancel, también conocido como derecho o gravamen, suele calcularse como un porcentaje del valor de una mercancía (declarado durante el despacho de aduanas) y se asigna según su país de origen. Esto se complica cuando un producto se ensambla con piezas que cruzan varias fronteras, como un automóvil con componentes fabricados en Estados Unidos que se ensambla en México y se reimporta a Estados Unidos. Un arancel también puede aplicarse como una cantidad fija a cada artículo.
Las mercancías que cruzan las fronteras reciben códigos numéricos según una nomenclatura estandarizada denominada sistema internacional armonizado. Los aranceles pueden asignarse a códigos de producto específicos relacionados, por ejemplo, con el chasis de un camión, o a categorías más amplias, como los vehículos eléctricos. Las agencias aduaneras recaudan los aranceles en nombre de los gobiernos.
Bloomberg Economics estimó el 10 de abril que, incluso considerando la suspensión de Trump de la mayoría de los aranceles recíprocos, el arancel promedio sobre las importaciones en Estados Unidos había aumentado a poco más del 26 por ciento, el nivel más alto desde principios del siglo XX. El arancel se situó en el 2.3 por ciento el año pasado.
¿Quién paga los aranceles de Trump y cómo afectan a la economía de EU?
Los aranceles los paga el importador o un intermediario que actúa en su nombre, aunque los costos suelen repercutirse. Trump argumenta que, en última instancia, es el exportador quien termina asumiendo el costo de un arancel. Diversos estudios han demostrado que la carga es más difusa.
La empresa extranjera que fabrica el producto podría decidir bajar sus precios como concesión al importador, o invertir en la construcción de una fábrica en otro lugar para eludir el arancel. Como alternativa, el importador —como Walmart Inc. y Target Corp. , dos de los mayores importadores de Estados Unidos— podría subir el precio del producto para proteger su margen de beneficio, lo que significa que el consumidor asume indirectamente el costo del arancel.
Puede ser difícil analizar los efectos económicos de los aranceles. Estos pueden estimular el empleo atrayendo inversión, ya que las empresas intentan evadir los aranceles trasladando fábricas al país que los grava.
Al mismo tiempo, se pueden perder empleos en otros sectores de la economía cuando los aranceles provocan represalias por parte de los países afectados, como ha ocurrido con los aranceles más recientes de Trump.
Cuando un país impone aranceles a las importaciones, los fabricantes nacionales no necesariamente se apresuran a empezar a fabricar los productos afectados. Y si el país no cuenta con un suministro interno alternativo de los bienes en cuestión, los precios de dichos bienes pueden subir.
Un modelo de 2018 de la Reserva Federal sugiere que cada aumento de 1 punto porcentual en la tasa arancelaria reduce el producto interno bruto en un 0.14 por ciento y aumenta los precios en un 0.09 por ciento. Con base en ese modelo, Bloomberg Economics estima que los aranceles impuestos por la administración Trump podrían reducir el PIB en un 3.4 por ciento y añadir un 2 por ciento a la inflación.