El día de la “liberación” llegó y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció aranceles recíprocos que entrarán en vigor el próximo 5 de abril. Con un discurso sumamente proteccionista, que pretende modificar el orden del comercio internacional y que originará fuertes disrupciones en el mismo, los aranceles que implementará van desde un 37 por ciento a un 10 por ciento para el grueso de los países, lo que irremediablemente originará mayores niveles de inflación, así como una marcada desaceleración en los niveles de actividad económica del mundo, incluyendo a Estados Unidos. Pero en el anuncio no aparecieron sus socios comerciales: ni México ni Canadá.
En el caso de Estados Unidos y para el mundo, sin duda alguna, la noticia es negativa y profundamente disruptiva, pues insisto que es una utopía la reindustrialización de ese país y que traerá costos muy elevados. Pero para México, hay quienes ven el vaso medio lleno y otros, medio vacío, aunque la primera reacción de los mercados fue positiva, con el peso fortaleciéndose hacia niveles de 19.90 y la bolsa de valores subiendo.
Sin embargo, no hay que perder de vista que México ya fue impuesto con tres tipos de aranceles. 1) Un 25 por ciento de arancel a los productos que no cumplen con las reglas de TMEC (que es el 50.1 por ciento de nuestras exportaciones), impuesto por razones de migración y tráfico de opioides. 2) El 25 por ciento a los autos terminados que importa Estados Unidos del mundo, y que en el caso de México representa 2.7 millones de automóviles al cierre del 2024 o el 22.7 por ciento del total, siendo el jugador más relevante. La tarifa se aplica a partir del 3 de abril al contenido que no es producido o manufacturado en Estados Unidos, que se calcula es, en promedio, el 40 por ciento, es así que el arancel a los autos es del 15 por ciento (25 por ciento del 60 por ciento que es producido fuera de Estados Unidos). 3) Y finalmente, un arancel del 25 por ciento al acero y al aluminio, así como a sus derivados. En Intercam hicimos un cálculo de lo que este último representa: es el 5.3 por ciento de las exportaciones y el 1.5 por ciento del PIB. Es decir, si bien la noticia de la exclusión de aranceles recíprocos es positiva, ya habíamos sido gravados por otras tarifas.
En el agregado, los aranceles recíprocos resuelven ciertas dudas, empero, hay muchas interrogantes que no han sido aclaradas, y más importante aún, solo el tiempo podrá darnos mayor certidumbre del impacto de la guerra comercial que ha iniciado Trump. De inicio, los movimientos de los principales mercados en Estados Unidos han comenzado a incorporar un escenario de menor crecimiento y mayor inflación. Las revisiones en sentido contrario sugieren que puede emerger un escenario de estanflación, negativo para Estados Unidos, pero también para México. En ese tenor, la demanda externa que se mantenía como una fuente de crecimiento, se verá afectada con la desaceleración en nuestro principal socio comercial, lo que acelerará la caída en nuestra economía que fue marcadamente visible en el 4T24.
No obstante lo anterior, de mayor plazo la exención de los aranceles recíprocos pone a México en una mejor posición relativa que al resto del mundo. Hay que recordar que nuestra economía es complementaria a la de Estados Unidos, y gran parte de lo que exportamos está siendo exento por las reglas del TMEC. De entrada hay un enorme alivio, pero el capítulo no está finalizado, aún falta mucho por ver, hay más interrogantes que certezas. Los siguientes pasos serán la renegociación anticipada del TMEC y la intención de Trump de elevar el contenido estadounidense.
Dada la estructura de costos de México, la cercanía con Estados Unidos, la mano de obra accesible y calificada, la profunda integración de las cadenas productivas, pueden hacer que este cisma del comercio global se convierta en una oportunidad para nuestro país de integrarse con Norteamérica. Pero para ello, tenemos que hacer lo propio, y trabajar por construir un país que reciba a la inversión tanto nacional como extranjera para poder fortalecer nuestra posición como socio comercial.